Situada en el corazón de Oviedo, España, la Iglesia de San Tirso es un impresionante testimonio del rico patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad. Ubicada en la Plaza de Alfonso II el Casto, a pocos pasos de la majestuosa Catedral de Oviedo, esta iglesia ha sido testigo de siglos de historia, transformaciones y resiliencia. Su historia está marcada por el patrocinio real, la evolución arquitectónica y su importancia cultural, convirtiéndola en una visita obligada para quienes exploran los tesoros históricos de Asturias.
La Iglesia de San Tirso fue fundada en el siglo IX por el rey Alfonso II el Casto de Asturias. Como parte de su ambicioso plan para establecer Oviedo como la capital de su reino, Alfonso II encargó la construcción de esta iglesia junto a otras estructuras significativas, como el Palacio Real y la Basílica de San Salvador. Esta primera fase de construcción se caracterizó por un estilo arquitectónico prerrománico, reflejando las influencias artísticas y culturales de la época.
Desafortunadamente, gran parte de la estructura original se ha perdido debido al paso del tiempo, desastres naturales y reconstrucciones posteriores. La iglesia experimentó transformaciones significativas a finales del siglo XII durante el período románico y nuevamente en el siglo XIV. Un devastador incendio en 1521 obligó a realizar esfuerzos de reconstrucción, dando lugar a la mezcla arquitectónica ecléctica que se observa hoy en día. Las modificaciones más recientes se llevaron a cabo en el siglo XX, asegurando la preservación de este monumento histórico para las generaciones futuras.
Al acercarse a la Iglesia de San Tirso, su exterior austero pero cautivador llama inmediatamente la atención. La fachada, construida con piedra local, emana una sensación de intemporalidad. El elemento más notable que sobrevive de la estructura original del siglo IX es la pared oriental del ábside, que muestra el característico trabajo en mampostería prerrománica con cursos alternos de piedra y ladrillo.
Uno de los aspectos arquitectónicos más destacados es la ventana triforio única en la pared oriental. Esta ventana, enmarcada por tres arcos semicirculares sostenidos por columnas de mármol intrincadamente talladas, recuerda a otras iglesias asturianas contemporáneas como San Julián de los Prados y San Pedro de Nora. Las columnas presentan capiteles bellamente detallados adornados con hojas de acanto, un guiño a la tradición corintia. La ventana está encajada en un alfiz, un marco rectangular que añade un toque morisco al diseño.
Al entrar, la iglesia revela un plano rectangular con tres naves separadas por robustos pilares que sostienen arcos semicirculares. La nave central conduce al altar principal, que está dominado por un magnífico retablo elaborado por José Bernardo de la Meana. Esta intrincada obra de arte presenta una imagen de la Asunción y una estatua de San Tirso realizada por Antonio Borja. Las naves laterales albergan la Capilla de Santa Ana, con su impresionante bóveda gótica de nervaduras, y un pasillo que conduce a varias otras capillas y altares.
La Capilla de Santa Ana, que data del siglo XVI, es una joya dentro de la Iglesia de San Tirso. Accesible a través de un arco semicircular, esta capilla cuenta con una bóveda gótica de nervaduras sostenida por ménsulas adornadas con figuras angelicales que sostienen escudos heráldicos. La serena atmósfera de este espacio invita a la contemplación y reflexión, ofreciendo un vistazo a la vida espiritual de la histórica congregación de la iglesia.
Además del retablo principal, la iglesia alberga varias otras obras de arte notables. Estas incluyen una conmovedora escultura de la Piedad, un retablo dedicado a Cristo y trípticos del artista Francisco Reiter. Cada una de estas piezas contribuye al rico tapiz de arte religioso y devoción que define a la Iglesia de San Tirso.
La Iglesia de San Tirso ocupa un lugar especial en el paisaje cultural e histórico de Oviedo. Ha sido designada como Bien de Interés Cultural desde 1931, reconociendo su importancia como monumento de valor histórico y artístico. Esta designación asegura la protección y preservación de la iglesia, permitiendo a los visitantes seguir explorando su pasado histórico y belleza arquitectónica.
Entre las muchas figuras históricas asociadas con la iglesia se encuentra Balesquita Giráldez, fundadora de la Capilla de La Balesquida. Su tumba dentro de la iglesia sirve como recordatorio del legado perdurable de quienes contribuyeron a su historia y mantenimiento.
Una visita a la Iglesia de San Tirso es un viaje a través del tiempo, ofreciendo una perspectiva única sobre la evolución arquitectónica y cultural de Oviedo. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero curioso, esta iglesia proporciona una fascinante mirada al pasado. Mientras recorres sus espacios sagrados, tómate un momento para apreciar la artesanía, el arte y la devoción que han dado forma a este notable monumento a lo largo de los siglos.
En conclusión, la Iglesia de San Tirso se erige como un testimonio del rico patrimonio de Oviedo y el espíritu perdurable de su gente. Sus muros resuenan con las historias de reyes, arquitectos y fieles congregantes, convirtiéndola en un destino imperdible para quienes buscan descubrir las joyas ocultas de Asturias. Así que, la próxima vez que te encuentres en Oviedo, asegúrate de entrar en este santuario histórico y sumergirte en la belleza intemporal de la Iglesia de San Tirso.
¡Compre sus entradas ahora!
¡Con myCityHunt descubre miles de ciudades de todo el mundo en emocionantes gymkanas, búsquedas del tesoro y juegos de escape!
¡Los vales de myCityHunt son el regalo perfecto para cualquier ocasión! ¡Sorprende a tus amigos y a la familia con este extraordinario regalo! Los vales de myCityHunt tienen una validez de 2 años a partir de la fecha de compra y pueden ser utilizados dentro de este período para una ciudad y un tour de libre elección del portafolio de myCityHunt.
Cupones de regalo