El bombardeo de Alicante, conocido localmente como el Bombardeo del Mercado Central de Alicante, es un capítulo conmovedor en la historia de esta hermosa ciudad española. Este trágico suceso, que tuvo lugar el 25 de mayo de 1938 durante la Guerra Civil Española, se recuerda por su devastador impacto en la población civil y sus significativas repercusiones históricas.
El bombardeo de Alicante ocurrió en un período de intenso conflicto en España. La Guerra Civil Española, que se libró de 1936 a 1939, dividió al país entre los republicanos y los nacionalistas, liderados por el General Francisco Franco. Alicante, una ciudad en la costa mediterránea, se encontró en el punto de mira de este brutal conflicto. En ese fatídico día de mayo de 1938, la ciudad fue sometida a un aterrador bombardeo aéreo por fuerzas fascistas italianas aliadas con los nacionalistas de Franco.
Era una mañana de miércoles, alrededor de las 11:18 AM, cuando entre siete y nueve bombarderos italianos Savoia-Marchetti SM.79 despegaron de Mallorca y se dirigieron hacia Alicante. La ciudad, llena de actividades cotidianas y ajena a la inminente catástrofe, fue tomada por sorpresa. Los bombarderos lanzaron aproximadamente 90 bombas, incluyendo 56 de 100 kg, ocho de 20 kg y 20 de 15 kg. Muchas de estas bombas cayeron en el Mercado Central, que estaba abarrotado de gente a esa hora.
La devastación fue inmediata y abrumadora. Las bombas causaron una destrucción masiva, reduciendo edificios a escombros y causando numerosas víctimas. El número de muertos fue impresionante, con estimaciones que van de 275 a 393 fallecidos, incluyendo hombres, mujeres y niños. Además, más de 1,000 personas resultaron heridas, muchas de ellas de gravedad. Las escenas de destrucción y sufrimiento humano fueron descritas como horribles, con muchas víctimas decapitadas o mutiladas por las explosiones.
Las consecuencias del bombardeo dejaron a Alicante en un estado de shock y luto. La infraestructura de la ciudad quedó gravemente dañada y las calles llenas de escombros y restos de los caídos. Las autoridades locales y los residentes lucharon por hacer frente a la magnitud del desastre, y la respuesta inmediata consistió en rescatar a los sobrevivientes y atender a los heridos.
Internacionalmente, el bombardeo de Alicante atrajo una atención significativa. El gobierno español presentó protestas formales ante los gobiernos de Francia y el Reino Unido, destacando el ataque deliberado a una zona civil. Una comisión británica fue enviada para investigar el ataque, llegando a Alicante el 22 de agosto de 1938. Sus hallazgos confirmaron que el bombardeo fue un asalto deliberado a una zona civil, condenando aún más las acciones de las fuerzas fascistas italianas.
A pesar de la magnitud de la tragedia, el bombardeo de Alicante no recibió el mismo nivel de reconocimiento internacional que otros eventos similares, como el bombardeo de Guernica. Durante muchos años, la memoria del bombardeo estuvo ensombrecida por el miedo y la represión. Sin embargo, se han hecho esfuerzos para asegurar que las víctimas no sean olvidadas.
En la Plaza del 25 de Mayo, una modesta placa de cerámica conmemora a las víctimas del bombardeo. Dentro del Mercado Central, los visitantes pueden ver la sirena de alarma que no sonó ese fatídico día, junto con un reloj detenido a la hora del ataque. En 2013, se instaló un memorial más sustancial en la entrada del Mercado Central. Este monumento, diseñado por la arquitecta Elena Albajar, consiste en nueve placas de aluminio que representan a los nueve bombarderos, con 90 puntos negros simbolizando las bombas lanzadas. Estas placas también tienen 300 agujeros llenos de terminales de fibra óptica que se iluminan en rojo al mediodía, conmemorando las vidas perdidas en el bombardeo.
La Plaza del Mercado fue oficialmente renombrada Plaza del 25 de Mayo en 2010, tras una campaña de la asociación cultural Alicante Vivo. Esta ceremonia de renombramiento estuvo marcada por un evento emotivo, aunque no exento de controversia. La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, se refirió repetidamente a los perpetradores de la masacre como fascistas durante su discurso.
El bombardeo de Alicante también ha dejado una marca indeleble en el paisaje cultural y artístico de la ciudad. Compositores locales han creado obras musicales para honrar la memoria de las víctimas y transmitir el peso emocional de la tragedia. Composiciones notables incluyen el poema sinfónico 25 de Mayo de Manuel Más Devesa y la elegía para violonchelo 25 de mayo de 1938, Alicante: de la tragedia a la esperanza de Miguel Brotóns. Estas obras sirven como testimonio del impacto duradero del bombardeo en la memoria colectiva de los residentes de Alicante.
En conclusión, el bombardeo de Alicante se erige como un recordatorio sombrío de los horrores de la guerra y la resiliencia del espíritu humano. Mientras caminas por las calles de esta vibrante ciudad, tómate un momento para reflexionar sobre los eventos del 25 de mayo de 1938 y las vidas que fueron cambiadas para siempre por la tragedia. Los memoriales y conmemoraciones dispersos por Alicante aseguran que la memoria de aquellos que perecieron nunca será olvidada, sirviendo como un recordatorio conmovedor del tumultuoso pasado de la ciudad.
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