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église Saint-Pierre-Saint-Paul de Rueil-Malmaison

église Saint-Pierre-Saint-Paul de Rueil-Malmaison Rueil-Malmaison

église Saint-Pierre-Saint-Paul de Rueil-Malmaison

La Iglesia de San Pedro y San Pablo, conocida localmente como église Saint-Pierre-Saint-Paul de Rueil-Malmaison, es un magnífico testimonio de siglos de historia francesa y evolución arquitectónica. Situada en la encantadora localidad de Rueil-Malmaison, a poca distancia de París, esta iglesia es una visita obligada para los entusiastas de la historia y los amantes de la arquitectura. Su historia está profundamente entrelazada con figuras y eventos históricos significativos, lo que la convierte en un destino fascinante.

Un Viaje a Través del Tiempo

Los orígenes de la Iglesia de San Pedro y San Pablo se remontan al siglo VIII, cuando existía una parroquia en Rueil. La primera iglesia en este sitio fue construida en el siglo XII. Sin embargo, la estructura que vemos hoy ha pasado por numerosas transformaciones a lo largo de los siglos. Un hito significativo en su historia fue la construcción del campanario románico entre 1420 y 1432, durante la ocupación inglesa de Francia. Desafortunadamente, gran parte de la iglesia fue destruida al final de la Guerra de los Cien Años.

En 1584, Antoine, un pretendiente portugués al trono en exilio, colocó la primera piedra de la nueva iglesia. La fachada actual, una característica impresionante de la iglesia, fue erigida entre 1632 y 1635 bajo las órdenes del Cardenal Richelieu, quien residía en el cercano Château du Val. El renombrado arquitecto Jacques Lemercier, también responsable de la capilla de La Sorbona, diseñó esta obra maestra barroca.

Maravillas Arquitectónicas

La fachada de la Iglesia de San Pedro y San Pablo es un espectáculo digno de admiración. Las estatuas que la adornan, creadas por el escultor Sarrazin, fueron reemplazadas por versiones modernas durante la restauración de 1990. Estas estatuas representan a los apóstoles Pedro y Pablo, junto con ángeles, añadiendo un toque de elegancia divina a la estructura. Sobre el pórtico central, la herencia de la Revolución Francesa es evidente con la inscripción Liberté, égalité, fraternité, un recordatorio de los tiempos turbulentos que ha presenciado la iglesia.

El portal norte, que data de 1603, es una joya renacentista. Fue restaurado por el arquitecto Joseph-Eugène Lacroix en 1857, quien añadió los brazos imperiales y las iniciales J y H, en honor a Joséphine y Hortense. El campanario, reconstruido en el siglo XIX, conserva el encanto del diseño románico original.

Esplendor Interior

Al entrar en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, los visitantes son recibidos por una nave que se extiende 40 metros de longitud, construida alrededor de 1600. La restauración del siglo XIX amplió el crucero, creando un espacio más grandioso. El techo abovedado, sostenido por 14 pilares, se eleva a una altura de 13 metros, infundiendo una sensación de asombro y reverencia.

El órgano de la iglesia, un regalo de Napoleón III durante la restauración del siglo XIX, es una pieza exquisita. La caja del órgano, elaborada por el escultor florentino Baccio d'Agnolo, pertenecía originalmente a la iglesia de Santa Maria Novella en Florencia. El propio órgano, construido por Cavaillé-Coll, sufrió una restauración significativa en 2017, asegurando que su majestuoso sonido continúe llenando el espacio sagrado.

Tesoros Artísticos

Entre los destacados artísticos de la iglesia se encuentra un notable bajorrelieve de bronce dorado de François Anguier, que representa el Descendimiento de la Cruz. Esta obra maestra, creada en 1667, estaba inicialmente destinada a la iglesia de Val-de-Grâce en París. Napoleón la adquirió en 1805 para la capilla del Château de Malmaison. En 1837, el banquero sueco Jonas-Philip Hagerman, entonces propietario del château, la donó a la iglesia.

Otra obra notable es una pintura de Charles Nicolas Lafond, Jacob Muriendo en Egipto y Bendiciendo a Sus Doce Hijos, redescubierta en los años 2000. Estas obras de arte añaden al rico tapiz cultural de la iglesia, ofreciendo a los visitantes una visión del patrimonio artístico de siglos pasados.

Lugar de Descanso de Emperatrices

La Iglesia de San Pedro y San Pablo es quizás más conocida por albergar las tumbas de Joséphine y Hortense de Beauharnais. En las capillas laterales del coro, los visitantes pueden encontrar la tumba de la Emperatriz Joséphine, una obra maestra del arquitecto Louis-Martin Berthault y el escultor Pierre Cartellier. Hecha de mármol de Carrara, representa a Joséphine en una pose de oración, recordando su retrato en la pintura de la Coronación de David. El epitafio À Joséphine, Eugène et Hortense 1825 está grabado en la tumba, que contiene sus restos en tres ataúdes de plomo, roble y caoba.

Junto a la tumba de Joséphine se encuentra el mausoleo de la Reina Hortense, creado por Jean-Auguste Barre bajo la dirección de Lacroix. Inaugurada por Napoleón III y la Emperatriz Eugenia en 1858, la escultura representa a Hortense arrodillada con un ángel a su lado. También se representan símbolos de su título como Reina de Holanda y sus talentos musicales. Aunque los restos de Hortense descansan en una cripta debajo de la iglesia, este mausoleo se erige como un tributo a su legado.

Un Monumento Vivo

La Iglesia de San Pedro y San Pablo no es solo una reliquia histórica; sigue siendo un lugar activo de culto y reunión comunitaria. A lo largo de los años, ha acogido numerosos eventos significativos, desde funerales reales hasta ceremonias locales. Su designación como monumento histórico en 1941 y las subsiguientes restauraciones han asegurado su preservación para que las futuras generaciones la aprecien.

Visitar la Iglesia de San Pedro y San Pablo es un viaje a través del tiempo, ofreciendo una mezcla única de historia, arte y espiritualidad. Ya sea que te atraiga su belleza arquitectónica, su rica historia o su significado cultural, esta iglesia en Rueil-Malmaison es un destino que promete dejar una impresión duradera.

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