El Schloss Moers, conocido localmente como Moerser Schloss, es el edificio más antiguo de la encantadora ciudad de Moers, situada en Renania del Norte-Westfalia, Alemania. Este majestuoso castillo, con su rica historia y arquitectura cautivadora, ofrece a los visitantes una mirada única al pasado. Ubicado entre Kastellplatz y el parque de la ciudad, el castillo no es solo un monumento histórico sino también un vibrante centro cultural, albergando el Museo Grafschafter y el teatro de la ciudad.
La estructura más antigua del Schloss Moers data de alrededor del año 1200. El edificio original era una torre cuadrada construida con piedra toba, una roca volcánica común en la región de Eifel. Se cree que este material provenía del antiguo campamento romano en Asciburgium. La torre, con lados de aproximadamente siete metros, se erigía como una presencia formidable. Aunque la altura de la torre sigue siendo un misterio debido a la pérdida de sus secciones superiores, sus restos aún pueden verse en el patio del castillo, enterrados varios metros bajo tierra.
Con el tiempo, el castillo evolucionó significativamente. En el siglo XIII, los señores del castillo construyeron un montículo en forma de anillo alrededor de la torre para soportar estructuras adicionales en el suelo pantanoso. Es probable que la torre original fuera demolida hasta su planta baja y utilizada para rellenar el montículo. Este montículo estaba rodeado por una robusta muralla de unos tres metros de grosor y doce metros de altura, construida con ladrillos romanos reciclados, posiblemente también de Asciburgium. Esta muralla es una de las estructuras de ladrillo más antiguas que se conservan en Renania.
La representación más antigua conocida de la ciudad y el castillo data de 1580, mostrando una estructura medieval con un ala oeste como edificio principal, flanqueada por torres norte y sur. Este dibujo, recreado por el maestro de equitación de Moers, Arnold van Heurdt, en el siglo XVII, ilustra las características defensivas del castillo, incluyendo un parapeto que ahora sirve como corredor en el edificio existente.
En los siglos XV y XVI, las defensas del castillo se mejoraron con muros exteriores para proteger contra el fuego de cañón. Estos muros formaron más tarde la base para la expansión del castillo, incluyendo la adición de un gran salón de caballeros. La torre norte fue reemplazada por la actual torre de entrada, transformando el castillo de muralla circular en una estructura más representativa y cómoda, acorde con el estatus de los Condes de Moers.
Para 1591, el castillo había evolucionado en un complejo de edificios interconectados que formaban un cuadrado. A pesar de descripciones que sugerían una forma redonda o poligonal, la mayoría de las estructuras tenían techos empinados cubiertos con tejas. El castillo estaba rodeado por un foso y fortificaciones adicionales, incluyendo muros y bastiones, creando un formidable sistema defensivo.
Tras la captura de la ciudad por Mauricio de Nassau, el castillo fue fortificado con cinco bastiones entre 1601 y 1604. La ciudad de Moers fue igualmente fortificada entre 1610 y 1620, adoptando el antiguo sistema holandés desarrollado durante la Revuelta Holandesa. El castillo y la ciudad estaban ahora bien defendidos, con el foso en forma de estrella aún visible en vistas aéreas hoy en día.
Un dibujo de 1663 muestra el castillo y la ciudad en vista de planta, destacando a Moers como una fortaleza inexpugnable si se defendía diligentemente. Sin embargo, las fortificaciones fueron desmanteladas en 1763 por orden de Federico II de Prusia después de la Guerra de los Siete Años. El foso entre el castillo y la ciudad fue rellenado, y el castillo fue reutilizado como edificio de oficinas reales.
Para 1765, el castillo estaba en un estado ruinoso, aunque su estructura básica permanecía intacta. En 1802, se describió como un edificio en ruinas sin ventanas y solo con una puerta de entrada. La parte oriental del castillo fue demolida, y se planearon una casa residencial y un molino de viento, pero nunca se completaron debido a disputas de propiedad. En 1810, el castillo fue vendido a Friedrich Wintgens, un prominente empresario textil de Moers, quien transformó los terrenos en jardines y parques. Las fortificaciones internas fueron removidas y el patio fue plantado con árboles.
En 1905, la ciudad de Moers adquirió el castillo y lo convirtió en un museo, gracias a los esfuerzos de Hermann Boschheidgen, un juez local. El castillo fue renovado en 1938 para servir como museo sin alterar significativamente su estructura. Hoy en día, el Schloss Moers continúa funcionando como museo, preservando y mostrando la historia local y sirviendo como un lugar cultural para exposiciones y representaciones teatrales.
La historia del Schloss Moers es un testimonio del rico y variado pasado de la ciudad. Desde sus orígenes como fortaleza medieval hasta su rol actual como un hito cultural e histórico, el castillo ha sido testigo de siglos de cambios y desarrollo. Los visitantes del Schloss Moers pueden explorar su pasado lleno de historias, maravillarse con sus características arquitectónicas y disfrutar de las vibrantes actividades culturales que alberga. Ya sea que seas un entusiasta de la historia o un visitante casual, el Schloss Moers ofrece un fascinante viaje a través del tiempo en el corazón de Moers.
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