Ubicada justo fuera de las antiguas murallas de Massa, la Villa Massoni es un testimonio de la opulencia y la riqueza histórica del patrimonio arquitectónico de Italia. Conocida también como Villa di Volpigliano o Villa della Rocca, esta magnífica finca te invita a retroceder en el tiempo y explorar la grandeza de una era pasada. Al recorrer sus exuberantes jardines y admirar la majestuosa arquitectura de la villa, te sumerges en historias de familias nobles, esfuerzos artísticos y transformaciones históricas.
La historia de la Villa Massoni comienza a finales del siglo XVI, cuando el noble genovés Giulio Pacero construyó el edificio original. Estratégicamente ubicada al pie de la colina Volpigliano, esta primera estructura sirvió como un punto clave en un triángulo que conectaba el castillo y el palacio ducal. A pesar de sus inicios modestos, la villa rápidamente se convirtió en un símbolo de prestigio y poder.
En 1637, la villa llamó la atención del Príncipe Carlo I Cybo-Malaspina, quien la compró por 2,500 pezze. En ese momento, se describía como un edificio humilde con un palomar, conectado por un sendero que atravesaba el parque y conducía al castillo. A lo largo de los años, la villa experimentó numerosas renovaciones, quedando poco de la estructura original.
Bajo el reinado del Duque Carlo II Cybo-Malaspina a finales del siglo XVII, la villa vivió una transformación significativa. Aunque los cambios estructurales fueron mínimos, el enfoque se centró en mejorar el parque circundante. En el lado occidental de la finca, se crearon una serie de logias y arcos con columnas, diseñados por el arquitecto carrarense Alessandro Bergamini. Estas maravillas arquitectónicas, que se extendían a lo largo de la ladera, se conectaban a la villa mediante terrazas, balaustradas y pasarelas.
Esta expansión fue una mezcla armoniosa de influencias genovesas y romanas, reflejando la sofisticación cultural de la familia Cybo-Malaspina. El diseño se inspiró en villas genovesas notables como Villa Doria y Villa Saluzzo Bombrini, con sus elementos decorativos y jardines en terrazas. La influencia romana era evidente en la decoración de inspiración clásica y la función térmica de las logias en el segundo piso de la villa.
Tras la muerte de Carlo II en 1710, la villa entró en un período de declive. Las dificultades financieras llevaron a la venta de sus exquisitas estatuas de mármol, muchas de las cuales encontraron nuevos hogares en Roma y Rusia. Para 1738, la villa estaba en gran parte abandonada, con sus jardines, que alguna vez fueron vibrantes, reducidos a un paisaje rústico admirado solo por sus geranios.
Sin embargo, la villa encontró nueva vida a finales del siglo XVIII cuando fue arrendada al Coronel Wisard, quien realizó importantes alteraciones en la estructura. La villa cambió de manos varias veces, experimentando restauraciones y modernizaciones bajo la guía de arquitectos como Carlo Giosuè Marchelli.
A principios del siglo XIX, la villa se asoció con Maria Anna Bonaparte, conocida como Elisa, la hermana de Napoleón Bonaparte. Como Duquesa de Massa y Princesa de Carrara, Elisa residió en la villa, consolidando aún más su estatus como una residencia de importancia. Su estancia añadió una capa de historia imperial al rico pasado de la villa.
A medida que la villa avanzaba hacia el siglo XX, experimentó más renovaciones. La noble familia Massoni, que había heredado la finca, realizó cambios significativos, incluida la adición de una capilla. La villa también se convirtió en un centro para artistas e intelectuales, albergando a figuras como la esposa del poeta Ezra Pound y varios escultores y pintores.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la villa sirvió como puesto de mando para la Wehrmacht, un testimonio de su importancia estratégica. Después de la guerra, sufrió numerosas reparaciones y restauraciones, adaptándose a los tiempos cambiantes.
Hoy en día, la Villa Massoni se encuentra en un estado de abandono, su antigua gloria desvanecida pero no olvidada. A pesar de su condición, la villa sigue siendo un bien cultural protegido, reconocido por su importancia histórica y arquitectónica. Los esfuerzos por restaurar y preservar esta notable finca continúan, con la esperanza de revivir su grandeza y hacerla accesible para las generaciones futuras.
Visitar la Villa Massoni ofrece una visión única del pasado, donde los ecos de la nobleza y los susurros de la historia se perciben en cada rincón. Ya seas un entusiasta de la arquitectura, un aficionado a la historia o simplemente un viajero curioso, esta encantadora villa promete un viaje a través del tiempo, revelando las capas de historia que han dado forma a su legado perdurable.
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