Ubicado en la encantadora ciudad de Manacor, en la isla de Mallorca, el Campanar dels Dolors, también conocido como la Torre de Rubí, es un faro de esplendor arquitectónico y de gran importancia histórica. Este campanario neogótico, adosado al ábside de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, es el campanario más alto de los Países Catalanes y la segunda estructura más alta de la isla, solo superada por las chimeneas de Alcúdia. Su imponente altura de 75 metros y su diseño intrincado lo convierten en un punto de referencia imprescindible para cualquier viajero que explore las Islas Baleares.
Los orígenes del Campanar dels Dolors están profundamente entrelazados con la historia de la iglesia parroquial de Manacor. La iglesia original, conocida como Santa María de Manacor, fue construida alrededor del año 1300 y completada a finales del siglo XVI. Sin embargo, esta estructura fue demolida para dar paso al actual templo neogótico, cuya construcción comenzó alrededor de 1890. La primera piedra del nuevo campanario fue bendecida el 5 de diciembre de 1905, marcando el inicio de una nueva era para la ciudad.
La construcción del campanario fue impulsada por la intención del Montepío de dotar a Manacor de un reloj público. El destacado arquitecto Gaspar Bennàssar, cariñosamente conocido como s'Arquitecte, fue encargado de diseñar la torre. La construcción enfrentó varias interrupciones, particularmente entre 1915 y 1922, y finalmente se completó en 1923. Las campanas, una parte integral de la torre, se instalaron en 1917, añadiendo a la grandeza y funcionalidad de la estructura.
El Campanar dels Dolors es una obra maestra de la arquitectura neogótica, caracterizada por su verticalidad y decoración elaborada, que recuerda más al estilo gótico francés que al tradicional gótico mallorquín. La torre tiene un plan cuadrado y presenta múltiples secciones superpuestas de diferentes dimensiones. Las secciones inferiores están adornadas con ventanas de arcos apuntados, mientras que la sección superior alberga el reloj y una galería de arcos ciegos. La torre está coronada con una aguja en forma de pináculo, añadiendo a su majestuosa apariencia.
Los elementos escultóricos de la torre son particularmente notables, con gárgolas y tallas intrincadas que aumentan su atractivo estético. El trabajo escultórico, tanto dentro como fuera de la iglesia, fue en gran parte obra de Antoni Pocoví, el sacristán mayor de la parroquia durante la primera mitad del siglo XX. Sus contribuciones incluyen tres esculturas significativas: una pequeña figura de San Rafael al comienzo de la escalera de la torre, una imagen de San Miguel en la esquina izquierda de la torre, y otra figura de San Rafael en la esquina derecha. Estas esculturas, junto con dos figuras de dragones alados, añaden un toque de misticismo y arte a la torre.
Las campanas del Campanar dels Dolors están impregnadas de historia y tradición. Las campanas siempre han desempeñado un papel crucial en las ceremonias religiosas y sociales, anunciando festividades, tragedias y llamando a los fieles a la oración. Históricamente, la tarea de tocar las campanas se confiaba a los monaguillos de la parroquia, quienes también realizaban diversas otras tareas como limpiar la iglesia, abrir y cerrar el templo y operar los fuelles del órgano.
El campanario de Manacor siempre ha albergado cinco campanas de diferentes tamaños, cada una con su propio nombre e historia únicos. La campana más grande, N’Eloi, se dice que llegó al puerto de Manacor en 1260, aunque su primera mención documentada es de 1641. Actualmente suena en mi bemol. Na Missetes, fundida en 1816, suena en fa. N’Esperit, originalmente del convento trinitario en Palma y traída a Manacor en 1837, lleva imágenes de Cristo crucificado, la Inmaculada Concepción, San Juan de Malta, la cruz de Malta y tres serafines. Na Vespretes y Na Vicenta, ambas del siglo XIX, completan el conjunto, con Na Vicenta sonando en si bemol.
A lo largo de los años, el Campanar dels Dolors ha pasado por varios esfuerzos de restauración para preservar su integridad estructural y valor histórico. En 1997, el pináculo del campanario fue reconstruido, abordando problemas causados por grietas y humedad. La restauración fue un proceso meticuloso, con trabajadores ascendiendo 70 metros usando un elevador de carga especialmente diseñado para desmontar y volver a ensamblar las piedras pieza por pieza. Renovaciones más recientes incluyen la rehabilitación de la escalera de la torre en 2019 y la limpieza y mantenimiento de los canales en 2020.
En 2022, se anunció que el campanario finalmente abriría sus puertas a las visitas públicas, ofreciendo a locales y turistas la oportunidad de explorar esta joya arquitectónica y disfrutar de vistas panorámicas de Manacor desde el punto más alto de la ciudad. La apertura de la torre al público no solo proporciona una experiencia cultural única, sino que también apoya la financiación de la parroquia.
En conclusión, el Campanar dels Dolors es más que un campanario; es un símbolo de la rica historia, patrimonio arquitectónico y espíritu comunitario de Manacor. Su imponente presencia, diseño intrincado y significado histórico lo convierten en una parada esencial para cualquiera que visite Mallorca. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero curioso, el Campanar dels Dolors promete una experiencia inolvidable.
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