Situado majestuoso en una de las colinas más altas de Lisboa, el Castillo de San Jorge de Lisboa, o Castelo de São Jorge en portugués, ofrece a los visitantes un fascinante viaje a través de la rica y diversa historia de Portugal. Esta emblemática fortaleza, con sus impresionantes vistas sobre la ciudad y el río Tajo, ha sido testigo silencioso del flujo y reflujo de civilizaciones durante siglos.
La historia del Castillo de San Jorge de Lisboa es tan compleja y estratificada como la ciudad que domina. La ocupación humana de esta colina estratégica se remonta al menos al siglo VIII a.C. Las primeras fortificaciones probablemente se erigieron en el siglo II a.C., pero fueron los romanos quienes primero reconocieron la importancia estratégica de la colina, estableciendo una fortificación alrededor del año 48 a.C. cuando Lisboa fue clasificada como un municipio romano.
A lo largo de los siglos, la colina vio sucesivas oleadas de ocupación por diversas civilizaciones, incluidos fenicios, cartagineses, romanos y moros. Cada uno dejó su huella, contribuyendo al ecléctico patrimonio arquitectónico y cultural del castillo. Los moros, que ocuparon el sitio durante el siglo X, construyeron fortificaciones significativas, incluyendo la Cerca Moura, que aún se conserva parcialmente hoy en día.
La transformación más dramática del Castillo de San Jorge de Lisboa ocurrió en 1147 durante la Reconquista Cristiana. Afonso Henriques, el primer rey de Portugal, y sus caballeros del norte de Europa capturaron el castillo de manos de los moros durante el Sitio de Lisboa. Esta victoria marcó un momento crucial en la historia portuguesa y el castillo se convirtió en un símbolo del nuevo dominio cristiano.
Después de la Reconquista, el castillo sirvió como palacio real. Cuando Lisboa se convirtió en la capital de Portugal en 1255, el castillo se transformó en el Palacio Real de la Alcáçova. El rey Denis I renovó extensamente el palacio alrededor del año 1300, y el rey Fernando I construyó la Cerca Nova entre 1373 y 1375 para encerrar partes de la ciudad previamente desprotegidas.
A finales del siglo XIV, el castillo fue dedicado a San Jorge por el rey Juan I, quien se había casado con Filipa de Lancaster, una princesa inglesa. San Jorge, el santo guerrero, se convirtió en un símbolo tanto del valor inglés como portugués, fortaleciendo los lazos entre ambas naciones.
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En el siglo XV, el castillo albergó una menagerie real, acogiendo animales exóticos traídos por los exploradores. Tras la conquista de Ceuta en 1415, el rey Juan I llevó dos leones de Berbería a Lisboa, y estos fueron alojados en una gran sala dentro de los terrenos del castillo. Esta área se conoció como la Casa dos Leões, y ahora es ocupada por un renombrado restaurante del mismo nombre.
El castillo también jugó un papel en la Era de los Descubrimientos. Fue aquí donde el rey Manuel I recibió a Vasco da Gama a su regreso tras descubrir la ruta marítima a la India en 1498. Los salones del castillo resonaban con historias de tierras lejanas y la promesa de nuevas riquezas.
A medida que se construyó el Palacio de la Ribeira junto al río Tajo, el Castillo de San Jorge de Lisboa comenzó a perder importancia. Un terremoto en 1531 dañó aún más el castillo, llevando a su declive gradual. Para el momento del terremoto de Lisboa de 1755, el castillo estaba en un estado de deterioro.
Sin embargo, el siglo XX vio un renovado interés en el castillo. Se llevaron a cabo extensas renovaciones en la década de 1930 bajo el gobierno de António de Oliveira Salazar. Estos esfuerzos tenían como objetivo restaurar el castillo a su antigua gloria, eliminando estructuras incongruentes y restaurando parcialmente el Recolhimento, un refugio construido en el siglo XVII.
Hoy en día, el Castillo de San Jorge de Lisboa es un monumento nacional y un museo, ofreciendo a los visitantes un vistazo al pasado histórico de Lisboa. Mientras paseas por sus antiguas murallas, puedes explorar las diversas torres, incluida la Torre de Ulises, que una vez albergó la Torre do Tombo, el Archivo Real Portugués.
Uno de los puntos destacados es la vista panorámica desde las almenas del castillo. Desde aquí, puedes ver el extenso paisaje urbano de Lisboa, el sinuoso río Tajo y el distante océano Atlántico. Los terrenos del castillo también incluyen un encantador jardín, perfecto para un paseo tranquilo.
Otro lugar imprescindible es el sitio arqueológico dentro del castillo, que revela restos de la Edad del Hierro, romana y mora. Este sitio proporciona una fascinante visión de las capas de historia que han dado forma al castillo y a Lisboa misma.
El Castillo de San Jorge de Lisboa es más que un sitio histórico; es un monumento vivo que continúa desempeñando un papel vital en la vida cultural de Lisboa. A lo largo del año, el castillo alberga varios eventos, desde ferias medievales hasta conciertos, dando vida a la historia para visitantes de todas las edades.
En conclusión, el Castillo de San Jorge de Lisboa es un testimonio de la rica y diversa historia de Lisboa. Sus muros han sido testigos del ascenso y caída de imperios, el choque de culturas y el nacimiento de una nación. Ya seas un entusiasta de la historia, un turista ocasional o un residente local, una visita a esta emblemática fortaleza seguramente será una experiencia inolvidable.
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