Ubicada en las tranquilas laderas de La Chaux-de-Fonds, la Villa Jeanneret-Perret, conocida localmente como Maison Blanche, se erige como un símbolo de innovación arquitectónica y relevancia histórica. Esta notable villa, diseñada por el legendario arquitecto Le Corbusier, ofrece una visión del temprano genio de un hombre que revolucionaría la arquitectura moderna. Completada en 1912, esta villa fue el primer proyecto independiente de Le Corbusier, concebido para sus padres, y sigue siendo un testimonio de su visión arquitectónica en evolución.
La Villa Jeanneret-Perret es más que un hermoso edificio; es una pieza de la historia arquitectónica. Charles-Édouard Jeanneret, quien más tarde sería conocido como Le Corbusier, comenzó su trayectoria arquitectónica en La Chaux-de-Fonds, su lugar de nacimiento. Después de estudiar en la École d'art appliqué y ser influenciado por su mentor Charles L'Eplattenier, Le Corbusier abrió su propia oficina de arquitectura en 1912. Con solo 25 años, se propuso crear un hogar para sus padres que rompiera con el estilo regional Art Nouveau, conocido como Style sapin, e incorporara elementos de sus viajes y experiencias en Europa y el Oriente.
La Villa Jeanneret-Perret es un ejemplo impresionante de la arquitectura de principios del siglo XX, combinando elementos neoclásicos con características de diseño innovadoras que más tarde definirían el estilo purista de Le Corbusier. El diseño de la villa refleja su exposición a las tradiciones arquitectónicas del Mediterráneo y sus interacciones con maestros modernistas como Auguste Perret y Peter Behrens. La villa presenta elementos característicos que se volverían sinónimos del trabajo de Le Corbusier, como ventanas en cinta, una terraza con techo plano y una promenade arquitectónica cuidadosamente orquestada.
Una de las características más distintivas de la villa es su disposición. Le Corbusier diseñó la villa como un "pequeño Partenón" para su madre, ubicándola en una plataforma elevada que llama la atención. El camino que conduce a la villa es intencionalmente sinuoso, recordando el enfoque de los antiguos templos griegos que tanto inspiraron al joven arquitecto durante su Gran Tour. Este sendero no solo mejora el impacto visual de la villa, sino que también prepara a los visitantes para la experiencia arquitectónica que les espera.
En el interior, la Villa Jeanneret-Perret es una clase magistral en organización espacial y diseño funcional. La sala de estar central, diseñada como una sala de música para la madre de Le Corbusier, quien era profesora de música, es un testimonio de su habilidad para combinar estética y funcionalidad. Cuatro columnas estructurales definen el espacio, creando una sensación de orden y armonía. El piano de cola, colocado en la intersección de los ejes ortogonales de la sala, sirve como punto focal, enfatizando la importancia de la música en el hogar Jeanneret.
El interior de la villa también cuenta con una extensión del comedor en forma de "ábside", que muestra aún más el enfoque innovador de Le Corbusier hacia los espacios domésticos tradicionales. La disposición cuidadosa de las habitaciones y la integración de muebles diseñados a medida, algunos de los cuales ahora se encuentran en el Museo de Bellas Artes de La Chaux-de-Fonds, destacan la meticulosa atención al detalle del arquitecto y su compromiso con la creación de un entorno de vida armonioso.
De 1912 a 1917, Le Corbusier vivió y trabajó intermitentemente en la Villa Jeanneret-Perret, impregnando aún más su toque personal en la historia de la villa. Sin embargo, en 1919, las restricciones financieras obligaron a la familia Jeanneret a vender la villa. A lo largo de las décadas, la villa cambió de manos varias veces, cada propietario preservando su integridad arquitectónica. En el año 2000, una asociación dedicada compró la villa, emprendiendo extensas restauraciones para devolverla a su esplendor original. En 2005, la Villa Jeanneret-Perret se abrió al público, permitiendo a los visitantes explorar esta joya arquitectónica.
Hoy en día, la Villa Jeanneret-Perret se erige como un hito cultural y un testimonio de la temprana destreza arquitectónica de Le Corbusier. Se invita a los visitantes a retroceder en el tiempo y experimentar la mezcla única de elementos clásicos y modernistas de la villa. El entorno sereno de la villa, rodeado de exuberante vegetación, ofrece un escape tranquilo del ajetreo y bullicio de la vida moderna.
Mientras recorres la villa, te cautivará su elegancia atemporal y el espíritu innovador que impregna cada rincón. Los interiores cuidadosamente restaurados, completos con muebles de época y elementos de diseño originales, proporcionan una fascinante visión del estilo de vida de principios del siglo XX y la mente visionaria de Le Corbusier.
La Villa Jeanneret-Perret es más que una casa histórica; es un museo viviente que celebra el genio de uno de los más grandes arquitectos del siglo XX. Ya seas un entusiasta de la arquitectura, un aficionado a la historia o simplemente un viajero curioso, una visita a la Villa Jeanneret-Perret promete ser una experiencia inolvidable. Descubre las raíces de la arquitectura moderna y sumérgete en el mundo de Le Corbusier en esta notable villa en La Chaux-de-Fonds.
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