Ubicado al noroeste de Königs Wusterhausen en Brandeburgo, Alemania, el Funkerberg, también conocido como la Colina del Molino de Viento, es una joya histórica que atrae a turistas con su rica herencia y pasado intrigante. Esta elevación parcialmente boscosa de 67.5 metros de altura abarca aproximadamente 130 hectáreas y ha jugado un papel crucial en la historia de la radiodifusión en Alemania. El Funkerberg no es solo un monumento técnico; es un testimonio de la evolución de la tecnología de comunicación y un símbolo del nacimiento de la radiodifusión en el país.
La historia del Funkerberg comienza en 1911 cuando las tropas de telégrafos del ejército alemán establecieron extensas instalaciones de transmisión y un cuartel de radio en este sitio. Los primeros transmisores móviles se montaron en carros tirados por caballos, con antenas sostenidas por globos. A finales de 1911, se inició la construcción de la primera estación de radio, y entre 1913 y 1916, se erigieron enormes instalaciones de antenas y un cuartel de radio. La estructura más notable de este período es el Senderhaus 1, la casa transmisora más antigua de Alemania, que comenzó a operar en 1916 como la Estación Central de Radio del Ejército.
El Funkerberg se ganó su título como la Cuna de la Radiodifusión el 22 de diciembre de 1920, cuando se transmitió desde este sitio la primera emisión de radio en Alemania, un concierto de Navidad. Este evento histórico marcó el nacimiento de la radiodifusión en Alemania, grabando para siempre al Funkerberg en los anales de la historia de la radiodifusión. Para conmemorar este hito, entre 1993 y 1996 se estableció el Museo de Tecnología de Transmisión y Radio de Königs Wusterhausen en el desmantelado Senderhaus 1. Hoy en día, los edificios y las instalaciones técnicas preservadas en el Funkerberg están protegidos como monumentos históricos.
El rápido desarrollo de la radiodifusión a principios de la década de 1920 hizo necesaria la construcción de nuevas instalaciones en el Funkerberg. En 1923, se inauguró el Senderhaus 2, que inicialmente albergaba transmisores de telégrafo con capacidades de hasta 50 kilovatios. Sin embargo, el Senderhaus 2 ganó fama por albergar el Sender 21, un transmisor de onda media de 100 kilovatios construido por Telefunken en 1932/1933. Originalmente ubicado en Berlín-Tegel, este transmisor transmitía el programa Berliner Welle antes de ser trasladado a Königs Wusterhausen en 1948. Notablemente, el Sender 21 reanudó operaciones solo tres meses y medio después de su reubicación, un testimonio de la destreza técnica de la época. Este transmisor permaneció en servicio hasta 1992 y ahora se conserva como una exhibición de museo.
Tras la finalización del Senderhaus 2, la Reichspost comenzó la construcción del Senderhaus 3 en 1924. Este edificio albergaba potentes transmisores de telégrafo para apoyar las transmisiones económicas y de prensa. Los sistemas de suministro de energía preservados con sus paneles de mármol son un testimonio de esta era. Después de la Segunda Guerra Mundial, el Senderhaus 3 experimentó cambios significativos, incluida la instalación de un transmisor de onda larga de 10 kilovatios en 1945 y un transmisor de onda larga de 100 kilovatios en 1946. Estos transmisores transmitían los programas del Berliner Rundfunk y del Deutschlandsender, respectivamente. El Senderhaus 3 permaneció operativo hasta 1997 y ahora es un monumento histórico protegido.
Los visitantes del Funkerberg pueden embarcarse en un viaje a través del tiempo en el Museo de Tecnología de Transmisión y Radio, ubicado en el histórico Senderhaus 1. El museo ofrece una visión fascinante de la evolución de la tecnología de radiodifusión, desde los primeros experimentos del ejército alemán hasta los días pioneros de la radiodifusión. Las exhibiciones incluyen transmisores originales, antenas y otros equipos técnicos que desempeñaron un papel crucial en la formación de la historia de la comunicación.
En los últimos años, el Funkerberg ha experimentado una transformación. Los antiguos cuarteles de radio y otros edificios, una vez abandonados y dejados en decadencia, han sido revitalizados y reutilizados. Desde 2014, los cuarteles y la antigua sala de equitación se han convertido en complejos residenciales bajo el nombre Am Funkerberg. Este proyecto de renovación ha dado nueva vida al sitio histórico, mezclando la vida moderna con la rica herencia del Funkerberg.
Hoy en día, el Funkerberg es un destino vibrante que ofrece una mezcla única de historia, tecnología y belleza natural. Los visitantes pueden explorar las casas transmisoras preservadas, maravillarse con las antenas imponentes y aprender sobre la fascinante historia de la radiodifusión en el museo. Las áreas boscosas circundantes proporcionan un telón de fondo sereno para paseos tranquilos y picnics, lo que lo convierte en un lugar ideal tanto para entusiastas de la historia como para amantes de la naturaleza.
A medida que el Funkerberg continúa evolucionando, se están planificando proyectos futuros para preservar y mejorar aún más este sitio histórico. Los proyectos futuros incluyen la restauración de edificios adicionales, como el antiguo edificio de cámaras, la casa de baños y los talleres. Estos esfuerzos tienen como objetivo asegurar que el Funkerberg siga siendo un hito apreciado para las generaciones venideras, preservando su legado como el lugar de nacimiento de la radiodifusión alemana.
En conclusión, el Funkerberg en Königs Wusterhausen es más que un sitio histórico; es un testimonio vivo del espíritu pionero de los primeros radiodifusores y de los avances tecnológicos que han dado forma a la comunicación moderna. Una visita al Funkerberg ofrece un viaje cautivador a través del tiempo, donde la historia y la innovación convergen para contar la historia de la herencia de la radiodifusión en Alemania. Ya sea que seas un aficionado a la historia, un entusiasta de la tecnología o simplemente busques una experiencia única y enriquecedora, el Funkerberg es un destino imprescindible que promete dejar una impresión duradera.
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