Ubicado en el corazón de Knoxville, Tennessee, el Estadio Neyland se erige como un tributo monumental al fútbol universitario y al espíritu indomable de los Tennessee Volunteers. Este colosal estadio, con una capacidad oficial de 101,915, no es solo un recinto deportivo; es un hito histórico, un epicentro cultural y un símbolo de orgullo para la comunidad de la Universidad de Tennessee.
Los orígenes del Estadio Neyland se remontan a 1921, cuando fue construido por primera vez como Shields-Watkins Field, en honor al benefactor Coronel W.S. Shields y su esposa, Alice Watkins-Shields. Inicialmente, el estadio tenía una capacidad modesta de 3,200, pero rápidamente se hizo evidente que esto no sería suficiente para la creciente popularidad del fútbol en Tennessee. A lo largo de las décadas, el estadio experimentó numerosas expansiones, cada una añadiendo a su grandeza y capacidad.
En 1962, el estadio fue renombrado en honor al General Robert Neyland, una figura legendaria en la historia del fútbol de Tennessee. La influencia de Neyland en el equipo y en el diseño del estadio fue profunda, y su legado sigue presente hasta el día de hoy. Bajo su liderazgo, los Volunteers se convirtieron en una potencia nacional, y el estadio creció para acomodar a la creciente base de aficionados.
El Estadio Neyland es una maravilla arquitectónica que combina a la perfección elementos tradicionales con comodidades modernas. El diseño del estadio asegura que cada asiento ofrezca una vista fantástica del campo, creando una atmósfera íntima pero electrizante. El ladrillo alrededor del campo, las gradas imponentes y las instalaciones de última generación contribuyen al encanto único del estadio.
Una de las características más destacadas del Estadio Neyland son sus zonas de anotación en forma de tablero de ajedrez, una tradición que se remonta a los años 60. Este diseño icónico, junto con el mar de aficionados vestidos de naranja y blanco, crea un espectáculo visual impresionante que es sinónimo del fútbol de Tennessee.
Asistir a un partido en el Estadio Neyland es una experiencia inigualable. La energía y la pasión de los aficionados son palpables, creando una atmósfera eléctrica que es tanto emocionante como contagiosa. Desde el momento en que pones un pie en los terrenos del estadio, te envuelves en un mar de naranja y blanco, con aficionados haciendo parrilladas, cantando y animando al unísono.
El Vol Walk, una tradición pre-partido muy apreciada, ve al equipo de fútbol de los Tennessee Volunteers caminar desde su vestuario hasta el estadio, saludados por multitudes de aficionados adoradores. Este ritual, lleno de anticipación y emoción, marca el tono para el partido y refuerza el fuerte vínculo entre el equipo y sus seguidores.
El Estadio Neyland ha sido escenario de numerosos momentos históricos y actuaciones récord. La mayor multitud jamás registrada en el estadio fue el 18 de septiembre de 2004, cuando 109,061 aficionados presenciaron la emocionante victoria 30-28 de los Volunteers sobre los Florida Gators. Este partido es solo un ejemplo de los muchos momentos inolvidables que han tenido lugar en Shields-Watkins Field.
Además de albergar partidos de fútbol universitario, el Estadio Neyland también ha sido sede de conciertos, mítines políticos y reuniones religiosas. Eventos notables incluyen la Cruzada de Billy Graham en 1970, que contó con el Presidente Richard Nixon como orador invitado, y conciertos de The Jacksons y Kenny Chesney.
La Universidad de Tennessee ha invertido significativamente en el mantenimiento y mejora del Estadio Neyland. Un plan de renovación integral, iniciado en 2004, tenía como objetivo modernizar el estadio mientras se preservaba su integridad histórica. Las renovaciones incluyeron la adición de asientos de club, la ampliación de los pasillos, la creación de plazas de entrada y actualizaciones a la infraestructura del estadio.
El resultado es un estadio que honra su rica historia mientras ofrece a los aficionados una experiencia cómoda y agradable en día de partido. La adición de la Terraza de Tennessee, los Asientos de Club Este y Oeste, y otras comodidades ha asegurado que el Estadio Neyland siga siendo un destino premier para los entusiastas del fútbol universitario.
El Estadio Neyland es más que un recinto deportivo; es un símbolo de orgullo para la Universidad de Tennessee y su comunidad. Representa la pasión, dedicación y apoyo inquebrantable de los aficionados de los Volunteers. Las paredes del estadio resuenan con los vítores de generaciones de aficionados que han presenciado triunfos, desilusiones y todo lo demás.
Para los visitantes de Knoxville, una visita al Estadio Neyland es imprescindible. Ya seas un aficionado acérrimo del fútbol o simplemente estés interesado en experimentar una parte de la rica historia de Tennessee, el estadio ofrece una experiencia única e inolvidable. Desde el pasado ilustre hasta el presente emocionante, el Estadio Neyland se erige como un testimonio del espíritu perdurable de los Tennessee Volunteers.
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