Abarcando el majestuoso río Rin, el Puente Beatus Rhenanus, conocido localmente como Beatus-Rhenanus-Brücke, es una maravilla contemporánea que conecta las pintorescas ciudades de Estrasburgo en Francia y Kehl en Alemania. Este puente, que lleva el nombre del renombrado humanista alsaciano Beatus Rhenanus, no solo es una hazaña de la ingeniería moderna, sino también un símbolo de la unidad y cooperación franco-alemanas.
La historia del Puente Beatus Rhenanus comenzó en serio el 20 de diciembre de 2012, cuando un jurado franco-alemán aprobó el ambicioso proyecto liderado por el conglomerado francés Bouygues. La decisión de construir un nuevo puente surgió de la impracticabilidad y los costos prohibitivos asociados con la transformación del vecino Puente de Europa para acomodar un tranvía. En su lugar, se imaginó una nueva estructura que pudiera integrar sin problemas el tráfico de tranvías, peatones y ciclistas.
La construcción del Puente Beatus Rhenanus comenzó en abril de 2014. El diseño del puente, un impresionante arco de doble cuerda, presenta dos arcos semicirculares, cada uno alcanzando una altura de 20 metros. Estos arcos descansan elegantemente sobre cajones de acero, creando una silueta visualmente impactante contra el horizonte. El puente abarca unos impresionantes 290 metros, con cada segmento meticulosamente ensamblado en Bélgica por Victor Buyck Steel Construction.
Transportar estos enormes segmentos no fue una tarea sencilla. Fueron enviados por separado río arriba por el Rin y ensamblados en el antiguo patio de aduanas en el lado alemán. El 18 de diciembre de 2015, el segundo segmento fue cuidadosamente colocado sobre el pilar central en el medio del río, un proceso que requirió una regulación precisa del nivel del agua del Rin.
El Puente Beatus Rhenanus fue inaugurado oficialmente el 28 de abril de 2017, en una ceremonia a la que asistieron los alcaldes de Estrasburgo y Kehl. El puente se convirtió rápidamente en un enlace vital para la Línea D del tranvía de Estrasburgo, que comenzó a operar sobre el puente en abril de 2017, extendiéndose hasta la estación de tren de Kehl y más tarde hasta el ayuntamiento de Kehl a finales de 2018. Esta conexión de tranvía no solo facilita el viaje sin interrupciones entre las dos ciudades, sino que también subraya el papel del puente en fomentar la colaboración transfronteriza.
El Puente Beatus Rhenanus se erige como un sucesor moderno de una larga historia de conectividad entre Estrasburgo y Kehl. El primer puente de carretera moderno entre las dos ciudades fue inaugurado en 1897, seguido de la introducción de un tranvía de vapor en 1898. Este tranvía, electrificado poco después, se convirtió en un enlace crucial, con tranvías circulando cada diez minutos entre los dos centros urbanos para 1914.
Sin embargo, los tumultuosos eventos del siglo XX, incluyendo la Primera y la Segunda Guerra Mundial, vieron la interrupción y eventual destrucción de estas conexiones. No fue hasta el período de posguerra que los esfuerzos para restablecer y fortalecer los lazos entre Estrasburgo y Kehl ganaron impulso, culminando en la construcción del Puente Beatus Rhenanus.
Caminar o andar en bicicleta por el Puente Beatus Rhenanus es una experiencia en sí misma. El puente ofrece impresionantes vistas del río Rin, enmarcadas por los elegantes arcos de la estructura. Es un lugar popular tanto para locales como para turistas, proporcionando una ruta escénica y serena entre las dos ciudades.
El diseño del puente no solo es estéticamente agradable, sino también funcional, con carriles dedicados para tranvías, peatones y ciclistas. Este diseño reflexivo asegura que todos los usuarios puedan disfrutar del puente de manera segura y cómoda.
Más que una estructura física, el Puente Beatus Rhenanus simboliza la amistad y cooperación duraderas entre Francia y Alemania. Se erige como un testimonio de la historia compartida y el futuro de ambas naciones, encarnando el espíritu de unidad y colaboración que define a la Europa moderna.
El nombre del puente, que honra a Beatus Rhenanus, enfatiza aún más esta conexión. Rhenanus, un prominente humanista del Renacimiento, fue un símbolo de intercambio intelectual y diálogo cultural, valores que el puente continúa promoviendo en la actualidad.
Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero que busca experimentar la belleza del Rin, el Puente Beatus Rhenanus es un hito imperdible. Su elegante diseño, su importancia histórica y su utilidad práctica lo convierten en una atracción destacada en la región.
Mientras paseas por esta maravilla moderna, tómate un momento para apreciar la intrincada ingeniería y la rica historia que representa. El Puente Beatus Rhenanus no es solo un cruce sobre el Rin; es un puente entre el pasado y el futuro, entre dos naciones y entre personas.
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