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Convent de Sant Agustí

Convent de Sant Agustí Igualada

Convent de Sant Agustí

Ubicado en la encantadora ciudad de Igualada, España, el Convento de Sant Agustí se erige como un testimonio de siglos de historia, devoción y esplendor arquitectónico. Fundado en 1393 por frailes agustinos provenientes del Convento de Sant Agustí en Barcelona, este sitio histórico ha sido testigo del paso del tiempo, sirviendo como un faro de fe y educación. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero curioso, el Convento de Sant Agustí ofrece un viaje cautivador a través del patrimonio catalán.

Los Orígenes y la Historia Temprana

La historia del Convento de Sant Agustí comienza a finales del siglo XIV, cuando los frailes agustinos, buscando expandir su misión espiritual, llegaron a Igualada. Establecieron su convento en el sitio de la antigua Capilla de Santa Maria Egipcíaca, construida alrededor de 1336. Esta capilla había servido como lugar de culto y como instalación de retención para deudores. El primer prior del convento fue Fra Joan Pujol, quien sentó las bases para lo que se convertiría en una institución religiosa y cultural significativa.

A lo largo del siglo XV, el convento enfrentó numerosos desafíos, incluida la devastación de la Guerra Civil Catalana (1462-1472). Situado fuera de las murallas fortificadas de la ciudad, el convento quedó indefenso y sufrió daños considerables. Los frailes buscaron refugio en el cercano Hospital de Sant Bartomeu. Sin embargo, en 1476, el consejo local instó a los agustinos a regresar y restaurar el convento. Para 1479, el convento había recuperado su prominencia, albergando el capítulo general de los agustinos.

El Auge del Convento

A medida que Igualada comenzó a recuperarse de los estragos de la guerra, el convento desempeñó un papel fundamental en el renacimiento espiritual y cultural de la ciudad. En 1483, se colocó la primera piedra de la original Capilla de Nuestra Señora de la Piedad en el claustro del convento. Este solemne evento, marcado por una gran procesión y la bendición de las piedras, subrayó la devoción de la ciudad a la Virgen María. El claustro en sí mismo fue reconstruido a partir de 1495, culminando con su finalización en 1506. Este claustro de estilo renacentista, con sus elegantes columnas y su sereno patio, sigue siendo una de las joyas arquitectónicas de Igualada.

El convento también se convirtió en un centro de aprendizaje, gracias a un legado del nativo de Igualada Jeroni Cornet. Su legado financió el establecimiento de un aula para la enseñanza de teología y filosofía, mejorando aún más el estatus intelectual del convento. Notablemente, en 1585, el futuro San José de Calasanz pasó una noche en el convento de camino al Monasterio de Montserrat.

La Iglesia Neoclásica

A finales del siglo XVIII, el convento vio la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, una obra maestra neoclásica completada alrededor de 1780. Esta iglesia de una sola nave, adornada con un retablo de mármol dedicado a la Virgen, se convirtió en el nuevo hogar de la venerada imagen de la Virgen de la Piedad en 1787. La estatua de alabastro, conocida por sus poderes milagrosos, mide 25 centímetros de altura y 20 centímetros de ancho, y continúa inspirando devoción entre los fieles.

El interior de la iglesia cuenta con una armoniosa mezcla de elementos neoclásicos y barrocos, con altares laterales y un impresionante cambril (una pequeña capilla detrás del altar principal) con murales pintados por J. Torras i Viver en 1959. La fachada de la iglesia, diseñada en estilo modernista por Pau Riera i Galtés, fue inaugurada en 1908, añadiendo un toque de modernidad al complejo histórico.

Transformación y Resiliencia

El siglo XIX trajo cambios significativos al Convento de Sant Agustí. En 1835, el convento fue confiscado y los agustinos fueron expulsados tras la quema de conventos en Barcelona. La Virgen de la Piedad fue trasladada temporalmente a la Parroquia de Santa María. En 1849, el convento fue cedido a los escolapios, que habían estado activos en Igualada desde 1732. Los escolapios establecieron una escuela dentro del convento, continuando su misión educativa a pesar de los desafíos de la época.

La resiliencia del convento fue puesta a prueba nuevamente durante la Guerra Civil Española (1936-1939). La comunidad religiosa se vio obligada a abandonar el sitio, que fue posteriormente saqueado. Sin embargo, la imagen original de la Virgen de la Piedad fue salvada al ser reemplazada por una réplica. Después de la guerra, la imagen fue restaurada a su lugar legítimo y la iglesia fue reconstruida bajo la dirección del arquitecto Cèsar Martinell.

Un Santuario Moderno

En 1941, el obispo de Vic, Joan Perelló i Pou, otorgó a la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad el título de Santuario. Este reconocimiento marcó un nuevo capítulo en la historia del convento, enfatizando su importancia espiritual. El santuario fue mejorado aún más en 1959 con la coronación canónica de la imagen de la Virgen, un evento presidido por el obispo Ramon Masnou i Boixeda.

Las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI vieron al convento enfrentarse a desafíos estructurales debido al suelo arcilloso expansivo. En 2003, el santuario fue cerrado por razones de seguridad, lo que provocó un debate público. Finalmente, se tomó la decisión de preservar la fachada exterior mientras se construía un nuevo santuario, que fue inaugurado en 2007. Este santuario moderno, integrado armoniosamente con los elementos históricos, sigue sirviendo como un lugar de culto y reflexión.

Visitar el Convento de Sant Agustí

Hoy en día, el Convento de Sant Agustí se presenta como una mezcla armoniosa de historia, arquitectura y espiritualidad. Los visitantes pueden explorar el sereno claustro, maravillarse con la iglesia neoclásica y reflexionar sobre los siglos de devoción encapsulados dentro de sus muros. La adyacente Escola Pia d'Igualada continúa la misión educativa de los escolapios, asegurando que el convento siga siendo una parte vibrante de la comunidad.

Ya sea que te atraiga su rica historia, su belleza arquitectónica o su ambiente espiritual, el Convento de Sant Agustí en Igualada ofrece una fascinante visión del pasado y un sereno refugio para el presente. Mientras recorres sus sagrados pasillos y tranquilos patios, te encontrarás transportado a través del tiempo, experimentando el legado perdurable de este sitio notable.

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