El Battistero di San Giovanni en Canosa di Puglia es una joya histórica cautivadora situada en el corazón del sur de Italia. Este antiguo baptisterio, con su diseño dodecagonal único y su rica importancia histórica, ofrece a los visitantes una fascinante visión del patrimonio cristiano temprano de la región y de la ingeniosidad arquitectónica de la época.
La historia del Battistero di San Giovanni está profundamente entrelazada con la de Canosa di Puglia, una ciudad prominente durante el periodo de la antigüedad tardía. Canosa fue un centro urbano vital en la provincia de Apulia et Calabria, sirviendo como sede del gobernador y del obispo. Los orígenes del baptisterio están estrechamente ligados al obispo Sabino, quien estuvo en el cargo desde el 514 hasta el 566 d.C. A pesar de la turbulencia política e institucional de la época, incluyendo la Guerra Gótica (535-553), el mandato del obispo Sabino marcó un período de significativo desarrollo urbano y eclesiástico.
El obispo Sabino emprendió un ambicioso proyecto de planificación urbana, creando un anillo sagrado defensivo alrededor de la ciudad. Esto incluyó la construcción del complejo de San Pietro al sur, la disposición del Battistero di San Giovanni al norte junto a la Iglesia de Santa Maria, y la reorganización del complejo martirial de los Santos Cosme y Damián al sureste, ahora conocido como la Basílica de San Leucio. Esta disposición estratégica redefinió y cristianizó el espacio urbano, estableciendo nuevos centros de atracción distintos del foro tradicional y del área sagrada de Júpiter Toro.
El Battistero di San Giovanni es famoso por su distintivo plan dodecagonal (de 12 lados), con cuatro cámaras alineadas con los ejes principales, formando los brazos de una cruz griega, y cuatro corredores alternos. Estos corredores se abren al espacio central, cada uno con una o dos puertas. En el corazón del edificio se encuentran los restos de una pila bautismal heptagonal (de siete lados), que alguna vez estuvo cubierta por una cúpula. Este diseño intrincado no solo destaca la destreza arquitectónica de la época, sino que también simboliza la importancia espiritual del bautismo en los rituales cristianos tempranos.
El baptisterio era una estructura exquisita, no solo por su tamaño y complejidad espacial, sino también por sus extensos elementos decorativos. Se han encontrado restos de estas decoraciones, incluyendo teselas de vidrio cubiertas con hojas de oro en la pila bautismal y fragmentos del suelo de mosaico adornado con estrellas de cuatro puntas creadas a partir de rombos, alternando con rectángulos.
El Battistero di San Giovanni fue mencionado en la biografía anónima del obispo Sabino, fechada en el siglo IX. Sin embargo, permaneció en gran parte olvidado hasta principios del siglo XVIII, cuando las paredes sobrevivientes fueron representadas en un grabado por J. L. Despréz, publicado por R. de Saint-Non en 1783. Referencias literarias posteriores en el mismo siglo describieron el edificio, con algunos identificándolo erróneamente como un templo pagano luego convertido en baptisterio.
A finales del siglo XIX, la estructura sufrió modificaciones significativas para acomodar una planta de molienda, una práctica común en la época que, a pesar de alterar la forma original, ayudó a preservar el edificio. El arqueólogo H. Nachod realizó un estudio detallado en 1915, distinguiendo entre las partes antiguas y las añadidas del edificio. Identificó el plan dodecagonal con sus cuatro cámaras principales y corredores alternos, hipotetizando la presencia de galerías arriba y una cúpula cubriendo el área central.
Los visitantes del Battistero di San Giovanni pueden explorar su fascinante disposición y los restos de su antigua gloria. El área central, donde se encuentra la pila bautismal, revela un sistema para drenar el agua conectado a un conducto que atraviesa el espacio central. Este diseño refleja las consideraciones prácticas de la época, ya que el agua a menudo era escasa, lo que requería sistemas de drenaje eficientes.
La parte superior de la estructura probablemente fue diseñada con un nivel de galería, sostenido por cimientos de ladrillo y columnas centrales aisladas. Se han encontrado siete de estas columnas, sugiriendo un peristilo de diez columnas espaciadas a 2,10 metros de distancia. A lo largo de las paredes poligonales, se han preservado once bloques de cimiento de piedra caliza, indicando donde las columnas de soporte para el techo alguna vez estuvieron.
El cuerpo principal del edificio estaba precedido por un nártex, flanqueado por pequeñas ábsides semicirculares. Los elementos sobrevivientes sugieren que el edificio estaba cubierto por techos abovedados, con el área central probablemente presentando una bóveda de crucería formada por la intersección de bóvedas de cañón laterales. Las capillas también estaban cubiertas por bóvedas de cañón, mientras que el deambulatorio probablemente estaba cubierto con bóvedas de arista sostenidas por las columnas a lo largo del perímetro.
El Battistero di San Giovanni se erige como un testimonio de los logros arquitectónicos y artísticos de las comunidades cristianas tempranas en el sur de Italia. Su diseño único, su importancia histórica y los restos de sus elementos decorativos ofrecen una ventana a la vida espiritual y cultural de la época. A medida que los visitantes recorren este antiguo baptisterio, son transportados a una era de profunda transformación religiosa e innovación arquitectónica, haciendo del Battistero di San Giovanni un destino imprescindible para los entusiastas de la historia y los viajeros curiosos.
En conclusión, el Battistero di San Giovanni no es solo una reliquia del pasado, sino un símbolo del legado perdurable de la arquitectura cristiana temprana y la planificación urbana. Sus muros resuenan con historias de fe, resiliencia y brillantez artística, invitando a los visitantes a explorar y apreciar el rico tapiz de la historia tejido en sus propias piedras.
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