En el corazón de Berna, Suiza, se erige el Zytglogge, una maravilla medieval que ha sido testigo de la evolución de la ciudad durante más de ocho siglos. Esta torre icónica, con su rica historia y su impresionante reloj astronómico, es un testimonio de la destreza arquitectónica y el patrimonio cultural de Berna. Como uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad, el Zytglogge ofrece a los visitantes una mirada al pasado y una experiencia inolvidable en el presente.
El Zytglogge, que se traduce como campana del tiempo en español, fue construido originalmente entre 1218 y 1220. Inicialmente sirvió como la torre de la puerta para las fortificaciones occidentales de Berna, marcando el límite de la ciudad durante su primera expansión. En ese momento, la torre tenía unos modestos 16 metros de altura. Sin embargo, a medida que la ciudad creció y sus defensas se extendieron más al oeste, el Zytglogge fue relegado a una posición secundaria y posteriormente se elevó 7 metros para dominar las casas circundantes.
A mediados del siglo XIV, el Zytglogge fue convertido en una prisión para mujeres, albergando a aquellas condenadas por relaciones ilícitas con clérigos. Este período también vio la adición de su primer techo inclinado. Sin embargo, el destino de la torre cambió dramáticamente en 1405 cuando un gran incendio arrasó Berna, dejando al Zytglogge gravemente dañado. Los esfuerzos de reconstrucción resultantes llevaron a la instalación del primer reloj de la torre, que incluía un reloj astronómico y un mecanismo musical, dándole al Zytglogge su nombre.
Durante los siglos XV y XVI, el Zytglogge experimentó varias mejoras y renovaciones. La torre fue adornada con elementos decorativos, incluyendo una nueva linterna, torrecillas en las esquinas y decoraciones heráldicas. El reloj astronómico también se expandió a su forma actual. A finales del siglo XVIII, el Zytglogge fue remodelado en estilo barroco, dándole la apariencia que vemos hoy en día.
Los visitantes del Zytglogge son llevados en un viaje a través del tiempo, explorando los diversos roles y transformaciones de la torre a lo largo de los siglos. La torre se alza a una impresionante altura de 54.5 metros, con un plano rectangular que mide 11.2 por 10.75 metros. El exterior es una mezcla de piedra caliza alpina y arenisca, con accesorios decorativos y una imponente aguja gótica de tejas rojas.
Una de las características más cautivadoras del Zytglogge es su reloj astronómico. Este intrincado mecanismo, construido en forma de astrolabio, muestra la hora del día, las fases de la luna y la posición del zodiaco. La manecilla principal indica la hora en un anillo exterior de 24 números romanos, mientras que una manecilla más pequeña muestra los minutos en un anillo interior. El diseño del reloj también incluye un planisferio dividido en zonas que representan el cielo nocturno, el amanecer y la luz del día, adornado con líneas doradas que indican el horizonte, el amanecer y las horas temporales.
El mecanismo del reloj del Zytglogge también controla los movimientos de una figura dorada de Cronos, la personificación griega del tiempo, que golpea la campana de las horas con un gran martillo. Esta figura, conocida como Hans von Thann por los locales, ha sido una parte de la torre desde la renovación del reloj astronómico en 1530. La campana de las horas, fundida en 1405, tiene un diámetro de 127 centímetros y pesa 1,400 kilogramos. Suena cada hora completa, acompañada por una campana más pequeña que marca los cuartos de hora, fundida en 1887.
Las fachadas oriental y occidental del Zytglogge están dominadas por grandes esferas de reloj, cada una con su propio encanto único. La esfera oriental presenta un anillo exterior de números romanos dorados y un anillo interior para los minutos. La manecilla de la hora está adornada con un sol dorado que siempre mira hacia arriba. La esfera occidental es parte del fresco de Victor Surbek de 1929, Comienzo del Tiempo, que representa a Cronos descendiendo con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso debajo de la esfera del reloj.
Sobre el reloj astronómico, un friso pintado muestra cinco deidades clásicas, cada una representando un día de la semana y un planeta según la cosmología ptolemaica. De izquierda a derecha, estas deidades son Saturno con una hoz y un garrote para el sábado, Júpiter con rayos para el jueves, Marte con una espada y un escudo para el martes, Venus con Cupido para el viernes y Mercurio con un bastón y una bolsa para el miércoles.
El Zytglogge no es solo una reliquia histórica, sino un monumento vivo que continúa desempeñando un papel vital en la vida urbana de Berna. Sus campanas suenan cada hora, marcando el paso del tiempo para los residentes y visitantes de la ciudad. Durante la temporada de adviento y desde Pascua hasta finales de octubre, la torre se ilumina después del anochecer, añadiendo un toque mágico al horizonte de Berna.
En conclusión, el Zytglogge es un lugar de visita obligada para cualquiera que explore Berna. Su rica historia, belleza arquitectónica y complejo mecanismo de relojería lo convierten en un destino fascinante que ofrece una visión única del pasado de la ciudad. Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un amante de la arquitectura o simplemente un viajero curioso, el Zytglogge promete una experiencia inolvidable que te dejará maravillado por el patrimonio y la ingeniosidad de Berna.
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