La Iglesia de Santa Sofía, conocida localmente como Chiesa di Santa Sofia, es un testimonio notable del rico tapiz histórico de Benevento, Italia. Este antiguo edificio religioso, ubicado en la plaza homónima, es uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura lombarda en Langobardia Minor. A pesar de haber sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, la Iglesia de Santa Sofía conserva su grandeza histórica y arquitectónica, convirtiéndola en un destino imprescindible tanto para los entusiastas de la historia como para los visitantes casuales.
La Iglesia de Santa Sofía fue fundada por el duque lombardo Arechi II alrededor del año 758 d.C., poco después de ascender al poder. Arechi II emprendió un ambicioso proyecto para desarrollar un estilo arquitectónico solemne y sofisticado que reflejara sus aspiraciones. La iglesia, construida cerca del palacio ducal, estaba destinada a ser una piedra angular de la gran visión de Arechi para Benevento.
La iglesia se completó alrededor del año 760 d.C., y pronto se convirtió en un depósito para las reliquias de los Doce Mártires. La consagración oficial de la iglesia tuvo lugar el 26 de agosto de 768 d.C., marcada por la solemne traslación de las reliquias de San Mercurio de Cesarea. La dedicación de la iglesia a la Sabiduría Divina de Cristo (Hagia Sophia) reflejaba la famosa basílica de Constantinopla, lo que significaba su importancia espiritual y política.
Tras la derrota del rey lombardo Desiderio por Carlomagno en 774, el Ducado de Benevento fue elevado a principado. Arechi II, ahora príncipe, continuó defendiendo la independencia del pueblo lombardo, con Benevento convirtiéndose en un bastión de la autonomía lombarda. La Iglesia de Santa Sofía asumió un papel nacional y público, sirviendo como templo nacional para los lombardos y albergando las reliquias del pueblo lombardo.
La arquitectura de la Iglesia de Santa Sofía es una fascinante mezcla de influencias lombardas y bizantinas. Las pequeñas proporciones de la iglesia son notables, con un plan central que puede inscribirse dentro de un círculo de 23.5 metros de diámetro. El diseño único presenta seis columnas dispuestas en los vértices de un hexágono, conectadas por arcos que sostienen la cúpula. Este núcleo hexagonal está rodeado por un anillo decagonal, con ocho pilares de piedra caliza y dos columnas que flanquean la entrada.
La interacción de columnas y pilares crea perspectivas intrigantes, mientras que la combinación del decágono externo y el hexágono interno da lugar a techos abovedados irregulares. Las paredes en sí tienen una forma inusual, con el área de los tres ábsides siendo circular, mientras que las porciones central y frontal de las paredes forman una estrella, interrumpida por la puerta de entrada y con cuatro nichos en las esquinas.
Las referencias artísticas de la iglesia son múltiples, con la estructura central reflejando la tradición lombarda vista en la Iglesia de Santa Maria alle Pertiche de Pavía, y la articulación volumétrica reflejando influencias arquitectónicas bizantinas. Las estatuas de madera de San Juvenal (1793) y la Inmaculada Concepción del escultor Gennaro Cerasuolo, que una vez se encontraban en el convento de San Francisco, ahora se conservan en la Iglesia del Santísimo Salvador.
La Iglesia de Santa Sofía estuvo una vez adornada con vibrantes frescos, la mayoría de los cuales fueron destruidos durante la restauración barroca a principios del siglo XVIII. Sin embargo, aún se pueden ver restos de estos frescos en los dos ábsides laterales, que representan escenas como la Anunciación a Zacarías, Zacarías mudo, la Anunciación y la Visitación a la Virgen. Estos frescos, pintados entre finales del siglo VIII y principios del siglo IX, se atribuyen a artistas asociados con la escuela de miniaturas de Benevento.
La iglesia sufrió daños significativos durante los terremotos de 1688 y 1702, lo que llevó a extensas renovaciones de estilo barroco bajo el cardenal Orsini, el futuro Papa Benedicto XIII. El plan original en forma de estrella se transformó en uno circular, con la adición de dos capillas laterales y cambios en el ábside, la fachada y los pilares. Una controvertida restauración en 1957 buscó restaurar meticulosamente el diseño lombardo original basado en documentos disponibles, eliminando las capillas del siglo XVIII pero reteniendo en gran medida la fachada barroca.
La fachada de la Iglesia de Santa Sofía, resultado de la restauración del siglo XVIII, presenta pendientes curvas y un hermoso portal románico. La luneta sobre el portal contiene un bajorrelieve del siglo XII o XIII, que representa a Cristo entronizado entre la Virgen María, San Mercurio y un abad arrodillado. Este portal está situado dentro de un gran hueco, flanqueado por dos columnas que sostienen otro arco, añadiendo al encanto arquitectónico de la iglesia.
La Iglesia de Santa Sofía no es solo una joya arquitectónica; es un símbolo del patrimonio histórico y cultural de Benevento. Sus paredes resuenan con las historias del pueblo lombardo, y su diseño único sigue inspirando asombro y admiración. Una visita a esta histórica iglesia ofrece un vistazo a la rica historia y legado artístico de los lombardos, convirtiéndola en una parada esencial para cualquiera que explore la hermosa ciudad de Benevento.
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