Fort des Basses Perches, ubicado en el pintoresco paisaje de Belfort, Francia, es una joya oculta esperando ser descubierta por los entusiastas de la historia y los viajeros curiosos. Esta notable fortificación, con su rica historia y características arquitectónicas únicas, ofrece una fascinante visión del pasado militar de Francia y la importancia estratégica de la región de Belfort.
El Fort des Basses Perches, originalmente construido tras la Guerra Franco-Prusiana, es un testimonio de los esfuerzos de Francia por reforzar sus defensas después del devastador conflicto. El fuerte fue edificado entre 1874 y 1877 como parte del Système Séré de Rivières, una red integral de fortificaciones diseñada para proteger las fronteras orientales de Francia. Situado a una altitud de 425 metros, el fuerte ocupa una posición estratégica al sureste de Belfort, en el territorio de la comuna de Danjoutin.
El nombre del fuerte tiene una historia interesante. Inicialmente conocido como Fort des Basses Perches, fue brevemente renombrado como Fort Valmy en 1887 en honor a François-Christophe Kellermann, Duque de Valmy, por orden del Ministro de Guerra Georges Boulanger. Sin embargo, esta decisión fue revertida más tarde ese mismo año, y el fuerte recuperó su nombre original.
Al acercarte al Fort des Basses Perches, te impresionarán sus imponentes muros de piedra y la sensación de historia que impregna el aire. El fuerte está rodeado por un foso seco, una característica defensiva común de la época, y el acceso se realiza a través de un puente levadizo que conduce a la Place d'armes, un bastión diseñado para defender la entrada del fuerte. La arquitectura del fuerte, caracterizada por su robusta mampostería, refleja las técnicas de ingeniería militar de finales del siglo XIX.
Uno de los aspectos más intrigantes del Fort des Basses Perches es la ausencia de componentes blindados. Las piezas de artillería del fuerte estaban posicionadas abiertamente en las murallas, protegidas solo por parapetos y traviesas huecas. A pesar de esto, el diseño del fuerte incorporaba características innovadoras para su época, como galerías de contraguardia dobles para asegurar los fosos delantero y lateral. Estas galerías se accedían a través de postigos debajo del foso, añadiendo una capa extra de defensa.
El Fort des Basses Perches estaba equipado con una impresionante gama de piezas de artillería, reflejando la evolución de la tecnología militar durante sus años operativos. En 1879, el armamento del fuerte incluía cuatro cañones largos de 155 mm, nueve cañones de 138 mm, cuatro cañones de 120 mm, dos morteros de 220 mm, y una variedad de otras armas. Con el tiempo, el armamento del fuerte se actualizó para incluir piezas más modernas, como los cañones Hotchkiss revolver de 40 mm y los cañones de casamata.
La guarnición del fuerte consistía en dos oficiales, cuatro suboficiales y 176 soldados. Tenía la capacidad de almacenar 24,3 toneladas de pólvora negra y 4.078 proyectiles para sus cañones de 138 mm. El suministro de agua del fuerte se aseguraba mediante un pozo y una cisterna con una capacidad de 208 metros cúbicos, mientras que la comunicación con los fuertes vecinos se mantenía a través de un sistema de telégrafo eléctrico.
A pesar de sus formidables defensas, el Fort des Basses Perches nunca vio combate. Permaneció prácticamente inalterado a lo largo de su historia, ofreciendo una rara visión del estado original de las fortificaciones del Séré de Rivières. Durante la Primera Guerra Mundial, se añadió un puesto de observación de concreto a una de las traviesas huecas, pero no se realizaron modernizaciones significativas.
El fuerte fue finalmente abandonado durante la Segunda Guerra Mundial y cayó en desuso. En 1999, la comuna de Danjoutin adquirió el fuerte, y desde entonces, se han realizado esfuerzos para preservar y restaurar este sitio histórico. Hoy en día, los visitantes pueden explorar el fuerte durante el Día del Patrimonio anual, cuando abre sus puertas al público.
Para aquellos interesados en la historia militar y la arquitectura, una visita al Fort des Basses Perches es imprescindible. Mientras recorres sus pasillos y patios, serás transportado a una época en la que fortificaciones como esta jugaban un papel crucial en la defensa nacional. El estado bien conservado del fuerte ofrece una oportunidad única para ver de primera mano el diseño y las técnicas de construcción del sistema Séré de Rivières.
Más allá de su importancia histórica, la ubicación del fuerte ofrece impresionantes vistas del campo circundante, lo que lo convierte en un lugar perfecto para la fotografía y la contemplación. Ya seas un aficionado a la historia, un entusiasta militar, o simplemente alguien buscando una aventura fuera de lo común, el Fort des Basses Perches promete una experiencia inolvidable.
En conclusión, el Fort des Basses Perches se erige como un guardián silencioso, custodiando los recuerdos de una era pasada. Sus muros, aunque desgastados por el tiempo, continúan contando la historia de la determinación de Francia por proteger sus fronteras y preservar su patrimonio. Una visita a este notable fuerte no es solo un viaje al pasado, sino una celebración de la resistencia y la ingeniosidad de aquellos que lo construyeron y lo defendieron. Así que, la próxima vez que te encuentres en Belfort, haz un desvío hacia el Fort des Basses Perches y deja que su historia se despliegue ante tus ojos.
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