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Spoelerij

Spoelerij Winterswijk

Spoelerij

En el encantador pueblo de Winterswijk, situado en el este de los Países Bajos, se encuentra una estructura notable que narra una historia de destreza industrial y evolución arquitectónica. La Spoelerij, parte del histórico complejo Tricotfabriek, es un testimonio del rico patrimonio textil de la región y su transformación hacia la modernidad. Este sitio, con su mezcla de importancia histórica y adaptación contemporánea, es una visita obligada para aquellos interesados en la historia industrial y la belleza arquitectónica.

El Nacimiento de Tricotfabriek

Nuestra historia comienza a finales del siglo XIX, cuando Geert Jan Willink, un emprendedor visionario y sobrino del renombrado Jan Willink, fundó la Tricotfabriek en 1888. Geert Jan, habiendo trabajado en la empresa de tejido a vapor de su tío, de Batavier, desde 1864, tenía un amplio conocimiento de la industria textil. Con un espíritu innovador, experimentó con máquinas de tricotaje en la cochera de la villa de su tío, que más tarde se conoció como la Tricot-villa.

En 1890, la Tricotfabriek abrió oficialmente sus puertas, marcando el comienzo de una nueva era en el panorama industrial de Winterswijk. La fábrica creció rápidamente y para la década de 1920 empleaba a más de 1,500 trabajadores, convirtiéndose en un contribuyente significativo a la economía local y en un símbolo del poder industrial de la ciudad.

Evolución Arquitectónica: 1890-1978

El viaje arquitectónico de la Tricotfabriek es tan fascinante como su historia industrial. El edificio original, llamado Wilhelmina, fue diseñado por el estimado arquitecto Gerrit Beltman, cuyo estilo se volvió sinónimo de las fábricas textiles en el este de los Países Bajos. La fábrica experimentó numerosas expansiones y modificaciones a lo largo de las décadas, reflejando el crecimiento y las necesidades cambiantes del negocio.

En 1905, el edificio vio su primera gran expansión con la adición de una larga ala en el frente y una extensión en la parte trasera. El legado arquitectónico continuó con el hijo de Gerrit Beltman, Arend Beltman, quien diseñó la Spoelerij en 1912. Este edificio, inicialmente de dos pisos, fue elevado a cuatro pisos en 1922, mostrando la continua adaptación y crecimiento de la fábrica.

El viaje arquitectónico de la Tricotfabriek no se detuvo allí. En 1934, se añadió un nuevo almacén al lado este de Wilhelmina, y en 1952 se construyó un anexo de oficinas bajas en el lado oeste. A lo largo de los años, se emitieron un total de 75 permisos de construcción para diversas construcciones y modificaciones, culminando en la adición de una chimenea de 36 metros de altura en 1954. Sin embargo, para 1978, la fábrica había cesado sus operaciones, marcando el final de una era.

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El Incendio y Sus Consecuencias

En 1989, la Tricotfabriek enfrentó un revés significativo cuando un devastador incendio estalló en la antigua fábrica de tejido del complejo, que llevaba mucho tiempo abandonado. El incendio, seguido de dos incendios menores posteriores, causó daños extensos y generó preocupaciones sobre el posible colapso de la estructura histórica. A pesar de la destrucción, la comunidad y las autoridades locales estaban decididas a preservar este emblemático monumento.

Un Nuevo Comienzo: De Fábrica a Apartamentos

El camino para encontrar un nuevo propósito para la Tricotfabriek estuvo lleno de debates y discusiones. Se propusieron varias ideas, incluida la conversión de parte del edificio en un ayuntamiento, pero ninguna se concretó. En 2000, se logró un hito significativo cuando Wilhelmina, Spoelerij y la chimenea fueron designados como monumentos nacionales por el Secretario de Estado Rick van der Ploeg.

La transformación comenzó en serio en 2003, cuando la asociación de vivienda De Woonplaats emprendió un ambicioso proyecto para convertir la Spoelerij y Wilhelmina en un moderno complejo de apartamentos. La renovación fue extensa, con el edificio Wilhelmina siendo despojado hasta su esqueleto de hormigón de más de 100 años. Hoy en día, el complejo Tricotfabriek cuenta con 25 apartamentos de diversos tamaños, incluidos dos lujosos áticos en la parte superior de la Spoelerij.

Explorando la Spoelerij Hoy

Los visitantes de la Spoelerij son recibidos por una impresionante mezcla de arquitectura histórica y diseño moderno. El exterior del edificio conserva su clásico encanto industrial, con grandes ventanas y una robusta estructura que recuerda sus días como una bulliciosa fábrica textil. En el interior, los apartamentos ofrecen una combinación de confort contemporáneo y ambiente histórico, proporcionando una experiencia de vida única.

El área circundante de la Spoelerij es igualmente cautivadora. Los terrenos meticulosamente mantenidos y los elementos preservados de la antigua fábrica crean un entorno pintoresco que invita a la exploración. Ya sea que seas un entusiasta de la arquitectura, un aficionado a la historia o simplemente alguien que busca un lugar único para visitar, la Spoelerij ofrece una rica variedad de experiencias.

Un Símbolo de Transformación

La historia de la Spoelerij y la Tricotfabriek es una de resiliencia, innovación y transformación. Desde sus humildes comienzos como una fábrica textil hasta su encarnación actual como un moderno complejo residencial, este sitio encarna el espíritu de adaptación y progreso. Es un recordatorio del patrimonio industrial de Winterswijk y su capacidad para reinventarse para el futuro.

En conclusión, una visita a la Spoelerij no es solo un viaje a través de la historia, sino también una exploración de la evolución arquitectónica y la resiliencia comunitaria. Es un lugar donde el pasado y el presente coexisten armoniosamente, ofreciendo a los visitantes una visión única del rico patrimonio y el vibrante futuro de Winterswijk.

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