La Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq, conocida localmente como Grande mosquée de Villeneuve-d'Ascq, se erige como un símbolo de importancia cultural y religiosa en el corazón de Villeneuve-d'Ascq, Francia. Esta mezquita moderna, situada en la intersección de Rue Baudouin-IX y Avenue du Pont de Bois, no solo destaca por su elegancia arquitectónica, sino también por su papel en la comunidad.
La historia de la Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq es relativamente reciente pero de gran impacto. La primera piedra se colocó el 29 de octubre de 2005, marcando el inicio de un proyecto que tomaría varios años en completarse. La construcción comenzó oficialmente el 11 de marzo de 2007, con figuras notables como Jean-Michel Stievenard, entonces alcalde de Villeneuve-d'Ascq, y Mohamed Karrat, presidente de la Asociación de Animación e Intercambios Culturales (AAEC), desempeñando roles clave en la ceremonia de inauguración. La mezquita fue diseñada por el arquitecto Oussama Bezzazi, quien imaginó una estructura que armonizara con el paisaje local y satisficiera las necesidades de la comunidad islámica.
La construcción exterior de la mezquita concluyó con la instalación de su minarete de 18 metros de altura el 31 de julio de 2009. Aunque este minarete no se utiliza para el llamado tradicional a la oración, sirve como un faro simbólico para la mezquita. La mezquita abrió oficialmente sus puertas a los fieles el 1 de agosto de 2011, coincidiendo con el mes sagrado del Ramadán.
La Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq es una joya arquitectónica que combina elementos islámicos tradicionales con un diseño moderno. El edificio está construido con hormigón armado y cuenta con una llamativa cúpula de aluminio verde que se eleva a 13 metros de altura. La cúpula, con un diámetro de 9,60 metros y un peso de 7 toneladas, es una de las características prominentes de la mezquita. El exterior de la mezquita está adornado con revestimiento de ladrillo rojo, en homenaje a los materiales de construcción tradicionales de la región norte de Francia.
La fachada de la mezquita se caracteriza por sus arcos alargados y ligeramente puntiagudos, que recuerdan a los diseños de mezquitas indias o iraníes. Estos arcos están intercalados con vitrales coloridos, añadiendo un toque vibrante a la estructura solemne. El edificio está atravesado por un largo pasillo cubierto con un techo de plexiglás redondeado, permitiendo que la luz natural inunde el interior. El pasillo está decorado con azulejos coloridos y cuenta con una fuente serena, creando un ambiente pacífico para los visitantes y fieles.
Más allá de su función como lugar de culto, la Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq sirve como un centro para actividades comunitarias e intercambio cultural. La mezquita alberga una sala de oración que puede acomodar hasta 2,200 hombres y mujeres, con un nivel de entrepiso dedicado a las mujeres. La mezquita también ofrece varios programas educativos, incluyendo cursos de lengua árabe y clases de apoyo, fomentando un sentido de comunidad y aprendizaje entre sus asistentes.
La gestión de la mezquita, bajo el auspicio de la AAEC, ha sido instrumental en promover una versión progresista, tolerante y apolítica del Islam. A pesar de enfrentar acusaciones en 2016 de mantener vínculos con ciertas corrientes islamistas, la mezquita ha continuado enfatizando su compromiso con prácticas pacíficas e inclusivas.
La construcción y operación de la Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq no han estado exentas de desafíos. El proyecto, que costó aproximadamente 2.7 millones de euros, fue financiado a través de contribuciones de fieles locales y donantes. Sin embargo, también recibió un financiamiento significativo de Qatar Charity, una ONG de Qatar, que contribuyó con 1.2 millones de euros al proyecto. Este apoyo financiero, aunque crucial, también ha generado escrutinio y controversia.
En 2016, la mezquita enfrentó el desafío de necesitar mejorar sus instalaciones para cumplir con las regulaciones locales antes de embarcarse en planes de expansión y construcción de un centro cultural. A pesar de estos obstáculos, la mezquita ha permanecido como una parte vital de la comunidad de Villeneuve-d'Ascq, continuando sirviendo como un lugar de culto, educación e intercambio cultural.
Para los visitantes, la Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq ofrece una visión única de la riqueza arquitectónica y cultural de la fe islámica. La mezquita es fácilmente accesible a través de la carretera nacional 227, con la estación de metro más cercana siendo Pont de Bois. Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o alguien interesado en aprender sobre diferentes culturas, una visita a la Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq promete ser una experiencia enriquecedora.
En conclusión, la Gran Mezquita de Villeneuve-d'Ascq se erige como un testimonio de la armoniosa combinación de tradición y modernidad. Sus muros resuenan con las historias de la dedicación, resiliencia y compromiso de una comunidad por fomentar un espacio de paz, aprendizaje e intercambio cultural. Al explorar esta notable mezquita, sin duda ganarás una apreciación más profunda por su belleza arquitectónica y la vibrante comunidad a la que sirve.
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