La Iglesia de Santa María de la Mesa en Utrera, una localidad situada en la provincia de Sevilla, España, es un impresionante testimonio de la rica historia y esplendor arquitectónico de la región. Este majestuoso templo, cuyos orígenes se remontan al periodo medieval, experimentó importantes transformaciones en 1401 y en el siglo XVI, resultando en la impresionante estructura que se puede admirar hoy en día. Declarada Bien de Interés Cultural desde 1979, esta iglesia no solo es un lugar de culto sino también un valioso monumento histórico.
La Iglesia de Santa María de la Mesa es una extensa edificación construida con una mezcla ecléctica de ladrillo, sillería y mampostería. Sus cinco naves, con la nave central elevándose sobre las demás, están divididas en seis secciones y cuentan con un crucero. La altura de la nave central y las intrincadas bóvedas de nervaduras que cubren las naves laterales están soportadas por una serie de pilares rectangulares y octogonales, creando una sensación de grandeza y estabilidad. El crucero está coronado por una cúpula que descansa sobre pechinas, mientras que la capilla mayor y los brazos del crucero están adornados con bóvedas de cañón.
A los pies de la iglesia se encuentra la monumental Puerta del Perdón, una fachada-torre erigida alrededor de 1550. Esta impresionante entrada se atribuye al artista vasco Martín de Gainza, quien también participó en la construcción de la Catedral de Sevilla. La integración perfecta de la fachada y la torre del campanario es una característica distintiva de las fachadas-torre medievales, pero el toque personal de Gainza es evidente en el lenguaje renacentista que empleó, resultando en una estructura espectacular y única.
La fachada sigue un esquema de arco de triunfo de orden gigante, con dos grandes columnas balaustradas sobre pedestales que sostienen un entablamento jónico adornado con decoraciones de perlas, un friso y una cornisa. Todo esto está rematado con un frontón recto decorado con candelabros. El arco central, una obra maestra semicircular, está flanqueado por cabezas clásicas en las enjutas y presenta una rica y ordenada decoración de rosetones y cabezas de querubines dentro de una retícula de casetones. Sobre el dintel de la entrada, en el tímpano, hay un relieve de la Asunción de la Virgen, acompañado de inscripciones y emblemas concepcionistas. Esta grandiosa fachada se complementa con los herrajes de bronce de la puerta, que son tan significativos cronológicamente como el resto de la estructura, convirtiéndola en una de las piezas más bellas y menos conocidas de la arquitectura del siglo XVI en la Baja Andalucía.
Elevándose sobre la fachada se encuentra la torre, un único bloque compuesto por cuatro secciones escalonadas. Las dos primeras secciones, realizadas por el renombrado arquitecto cordobés Hernán Ruiz el Joven a mediados del siglo XVI, se caracterizan por su sobriedad, interrumpida solo por dos óculos y rematadas con pirámides manieristas y jarras en forma de lirios en piedra y hierro forjado, inspiradas en las de la Giralda de Sevilla, también diseñadas por Ruiz. El terremoto de Lisboa de 1755 causó daños significativos a la torre, requiriendo una renovación sustancial. Esto incluyó la adición de dos nuevas secciones barrocas, diseñadas por el arquitecto local Miguel Ruiz, cuyo trabajo fue alterado durante el largo proceso de construcción, que continuó hasta 1777.
En el interior, la iglesia alberga una gran cantidad de tesoros artísticos. El retablo mayor, encargado en 1662 por Martín Moreno y completado por Francisco Ballesteros, presenta relieves de la Virgen y el martirio de los santos locales Esteban y Artemidoro, entre otros. A un lado, la figura orante de Don Diego Ponce de León, fundador y patrón de una de las capillas, se erige como una obra maestra del siglo XVI. El coro, situado a los pies de la nave central, con más de cincuenta asientos dispuestos en dos niveles, fue realizado por Felipe del Castillo en 1774 y está decorado con medallones de santos y articulado por estípites.
A finales del siglo XVIII o principios del XIX, se añadieron dos nuevos portales neoclásicos, conocidos como la Puerta del Sol y la Puerta de la Sombra, a las naves laterales. Diseñados por el arquitecto José Echamorro, el portal de la nave del Evangelio está bien proporcionado y presenta un arco semicircular flanqueado por columnas emparejadas con fustes lisos.
La Iglesia de Santa María de la Mesa es más que una maravilla arquitectónica; es un monumento vivo que sigue sirviendo a la comunidad de Utrera. Su combinación de elementos góticos y renacentistas, junto con su rica historia y patrimonio artístico, la convierten en una visita obligada para cualquiera que viaje por Andalucía. Ya sea que seas un entusiasta de la arquitectura, un aficionado a la historia o un turista casual, esta iglesia ofrece un vistazo al pasado y un testimonio de la belleza perdurable de la arquitectura eclesiástica española.
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