En el corazón de San Giorgio a Cremano, dentro del histórico Miglio d’Oro, se encuentra la encantadora Villa Lauro Lancellotti. Esta villa del siglo XVIII, con su rica historia y esplendor arquitectónico, es un testimonio de la grandeza de una época pasada. Visitar esta villa es como retroceder en el tiempo, ofreciendo una visión de los estilos de vida opulentos de la aristocracia napolitana.
La Villa Lauro Lancellotti fue encargada en 1776 por el Príncipe Scipione Lancellotti, miembro de la ilustre familia Lancellotti. El renombrado arquitecto romano Pompeo Schiantarelli, discípulo del famoso Ferdinando Fuga, fue el encargado de su diseño. La villa fue concebida como un lujoso retiro campestre, encarnando la elegancia y sofisticación del estilo barroco tardío.
La construcción de la villa coincidió con un período de significativo desarrollo en la región, conocido como el Miglio d’Oro (Milla de Oro), una franja costera salpicada de magníficas villas y palacios. Esta área se convirtió en un destino favorito para la nobleza napolitana, que buscaba escapar del bullicio de la vida urbana y disfrutar de la serenidad de la naturaleza.
La fachada de la villa es un ejemplo llamativo de la arquitectura barroca. Está dividida en tres secciones, con la parte central presentando un trabajo de sillería rústica que añade una sensación de grandeza y solidez. La planta baja cuenta con tres entradas, con la central enmarcada por un gran arco, flanqueada por dos puertas más pequeñas de igual altura. Sobre estas entradas laterales, medallones intrincadamente tallados descansan en las placas de entrada, añadiendo un toque de arte.
En el piso superior, el diseño refleja el de la planta baja, con la apertura central adornada con un sobrepuerta de estuco y un frontón triangular. Las aberturas laterales son cóncavas, creando un equilibrio y simetría armoniosos. Esta meticulosa atención al detalle es un sello distintivo del trabajo de Schiantarelli, reflejando su maestría en el estilo barroco.
Uno de los rasgos más encantadores de la villa es su extenso jardín, que se extiende hasta el mar. La fachada trasera, que da al jardín, está aún más elaboradamente decorada que la delantera. Muestra elementos inspirados en el estilo arquitectónico de Fuga, con una terraza central en el piso superior que presenta un pabellón jónico con frontones triangulares. Flanqueando la terraza hay dos escaleras que descienden graciosamente al jardín, creando una escena pintoresca e invitadora.
En el extremo del jardín, un encantador pabellón sirve como entrada a la playa, ofreciendo una transición perfecta desde el verdor exuberante hasta las aguas azules del mar. Esta armoniosa combinación de arquitectura y naturaleza es uno de los aspectos más cautivadores de la villa, convirtiéndola en un verdadero oasis de tranquilidad.
A lo largo de su historia, la Villa Lauro Lancellotti ha sido testigo de numerosos cambios. Tras la muerte del último heredero Lancellotti, la villa se dividió en varios apartamentos y eventualmente cayó en el abandono. La falta de mantenimiento y esfuerzos de restauración a lo largo de los años condujo a problemas estructurales significativos, representando una amenaza para la seguridad pública.
El 17 de marzo de 2011, durante las celebraciones por el 150 aniversario de la unificación de Italia, una parte de la fachada del siglo XVIII de la villa y parte de su bóveda ornamentada colapsaron. La causa del colapso aún es incierta, pero se cree que las lluvias continuas y fuertes en los días previos al evento contribuyeron a la inestabilidad del edificio.
En 2022, comenzó un nuevo capítulo en la historia de la villa con el inicio de extensos trabajos de restauración. El objetivo es devolver la villa a su esplendor original, preservando su importancia histórica y arquitectónica para las generaciones futuras. Los propietarios privados que adquirieron la propiedad tienen planes ambiciosos para transformarla en un lujoso lugar de hospedaje, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de experimentar la grandeza del pasado en un entorno moderno.
Aunque el exterior de la Villa Lauro Lancellotti es indudablemente impresionante, el interior guarda sus propios tesoros. El piso superior cuenta con un gran salón adornado con ocho exquisitas escenas de la vida china, pintadas por un artista desconocido a finales del siglo XVIII. Estas delicadas pinturas ofrecen una fascinante visión de los gustos artísticos e influencias culturales de la época.
La decoración del salón, con su intrincado trabajo de estuco y elegantes muebles, transporta a los visitantes a una era de refinada sofisticación. Es fácil imaginar las fastuosas reuniones y eventos sociales que una vez tuvieron lugar dentro de estas paredes, mientras la élite napolitana se reunía para celebrar y disfrutar de los opulentos alrededores de la villa.
En conclusión, la Villa Lauro Lancellotti es más que un edificio histórico; es un símbolo del rico patrimonio cultural de San Giorgio a Cremano y el Miglio d’Oro. Su belleza arquitectónica, combinada con su fascinante historia, la convierte en un destino imprescindible para cualquiera interesado en la grandeza del pasado. A medida que continúan los esfuerzos de restauración, la villa está destinada a reclamar su lugar como una joya de la costa napolitana, ofreciendo a los visitantes una experiencia única e inolvidable.
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