La Iglesia de Saint-Maclou, conocida localmente como église Saint-Maclou de Rouen, es un impresionante ejemplo de la grandeza de la arquitectura gótica en el corazón de Rouen, Francia. Esta estructura asombrosa, dedicada a Saint Maclou, uno de los siete santos fundadores de Bretaña, es un faro de importancia histórica y arquitectónica. Situada entre las bulliciosas calles de Rouen, la imponente aguja y la intrincada fachada de la iglesia cautivan a los visitantes de todo el mundo.
Los orígenes de la Iglesia de Saint-Maclou se remontan al siglo X, cuando se construyó el primer santuario en lo que entonces era una isla pantanosa en el Sena. A lo largo de los siglos, el sitio evolucionó, superando adversidades naturales y humanas. La capilla original, rodeada de pantanos, fue elevada a la categoría de parroquia por el rey Luis IX en 1253, marcando el inicio de su transformación en el grandioso edificio que vemos hoy.
Sin embargo, la iglesia enfrentó numerosos desafíos, incluidos devastadores incendios en el siglo XIII que llevaron a la destrucción de las dos primeras iglesias construidas en el sitio. La tercera iglesia, construida a principios del siglo XV, vio su nave colapsar debido al abandono. No fue hasta 1432 que se inició un esfuerzo concertado para reconstruir la iglesia, liderado por los feligreses y el arzobispo de Rouen, Hugues des Orges. La reconstrucción, que comenzó en 1436, fue un esfuerzo colaborativo que involucró a varios arquitectos, incluidos Pierre Robin, Oudin de Mantes, Simon le Noir, Ambroise Harel y Pierre Gringore. La construcción se completó finalmente en 1480, y la iglesia fue consagrada al año siguiente.
La Iglesia de Saint-Maclou es una joya de la arquitectura gótica flamígera, caracterizada por su ornamentada piedra y diseños intrincados. La fachada oeste es particularmente impresionante, con un rosetón y un pórtico con cinco bahías dispuestas en un semicírculo, coronadas con gabletes calados. Las bahías centrales albergan tres portales, dos de los cuales están adornados con puertas de madera de la era renacentista, mostrando la artesanía de los carpinteros y escultores de la época. El portal principal es especialmente notable por sus detalladas tallas que representan escenas de la resurrección de los muertos y el Juicio Final.
El diseño de la iglesia incluye un transepto no proyectante y una torre linterna que también sirve como campanario, un guiño a la tradición normanda vista en la cercana Catedral de Rouen. La aguja de 83 metros, reconstruida entre 1868 y 1871 por el arquitecto Jacques-Eugène Barthélémy, añade a la majestuosa silueta de la iglesia. El coro, con su singular ábside de cuatro lados, y la ausencia de una capilla axial en el deambulatorio, distinguen aún más a la Iglesia de Saint-Maclou de otras iglesias góticas.
La Iglesia de Saint-Maclou ha soportado numerosas pruebas, incluyendo el saqueo por los protestantes en 1562 y el cierre durante la Revolución Francesa en 1793. A pesar de estos desafíos, sigue siendo una de las trece iglesias preservadas de Rouen. La iglesia sufrió daños significativos durante la Segunda Guerra Mundial cuando dos bombas cayeron en 1944, provocando una extensa destrucción e incendios. Las restauraciones posteriores han sido cruciales para preservar este monumento histórico.
En su interior, la iglesia está diseñada para maximizar la luz natural, creando una atmósfera luminosa y aireada. La ausencia de capiteles en los pilares de la nave y el coro, junto con las grandes ventanas que llenan los espacios entre las bahías, contribuyen a este efecto. El coro, muy renovado, no ha recuperado completamente su trabajo en madera barroca anterior a la guerra, con solo una capilla conservando tales características. La viga del siglo XVIII que separa el coro de la nave se ha conservado, añadiendo al encanto histórico de la iglesia.
Aunque pocos vitrales originales han sobrevivido, los que quedan a menudo se combinan con elementos modernos. Entre ellos destaca el Árbol de Jesé del siglo XV sobre el portal norte y una escena de crucifixión sobre el portal sur. La iglesia también cuenta con un órgano renacentista en la fachada oeste, con una caja elaborada por Nicolas Castille.
La Iglesia de Saint-Maclou ha sido objeto de continuos esfuerzos de restauración, especialmente después de los extensos daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. El proyecto de restauración más reciente, iniciado en 2011, tenía como objetivo abordar el deterioro de la piedra y problemas estructurales. Este esfuerzo integral, apoyado por un significativo compromiso financiero de la ciudad de Rouen y varias entidades gubernamentales, subraya la importancia de preservar este tesoro histórico.
Clasificada como monumento histórico en 1840, la Iglesia de Saint-Maclou sigue siendo una parte vital del patrimonio cultural y arquitectónico de Rouen. Su imponente aguja, intrincadas tallas de piedra y rica historia la convierten en un destino imprescindible para cualquiera que explore Normandía. Ya seas un entusiasta de la arquitectura, un aficionado a la historia o simplemente un viajero curioso, la Iglesia de Saint-Maclou ofrece una mirada al pasado y un testimonio del espíritu perdurable de Rouen.
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