En el corazón de Sopron, Hungría, se encuentra un impresionante testimonio de la arquitectura gótica y la historia medieval: la Iglesia de la Cabra, o como la llaman los locales, Kecske-templom. Esta deslumbrante iglesia, dedicada a la Asunción de la Santísima Virgen María, no es solo un lugar de culto, sino también un símbolo del rico patrimonio cultural de la ciudad.
El intrigante nombre de la Iglesia de la Cabra tiene una historia fascinante. La torre de la iglesia, adornada con un motivo de cabra, es un homenaje a Geisel Henrik, un ciudadano adinerado de Sopron cuyo escudo de familia presentaba una cabra. La leyenda cuenta que Henrik financió la construcción de la iglesia como un acto de penitencia por un grave pecado, y el emblema de la cabra se convirtió en un símbolo perdurable de su arrepentimiento. Otra leyenda popular local sugiere que la iglesia fue construida con un tesoro desenterrado por una cabra, añadiendo un toque de folclore a su historia.
Construida entre los siglos XIII y XIV, la Iglesia de la Cabra es un ejemplo destacado de la arquitectura gótica temprana en Hungría. El largo santuario poligonal de la iglesia, completado alrededor de 1280, presenta intrincados trabajos en piedra que recuerdan la artesanía vista en la Gran Iglesia de Buda. La nave, con sus techos abovedados y grandes ventanas puntiagudas, fue terminada en el siglo XIV, mostrando la transición del estilo románico al gótico.
La torre de la iglesia, que se eleva a una altura de 47 metros, es una obra maestra del diseño gótico. Su fachada finamente detallada, adornada con tracería y el icónico motivo de la cabra, domina el horizonte de la plaza principal de Sopron. La entrada de la torre, con su gablete empinado y arco puntiagudo, es un ejemplo llamativo de la arquitectura de portales góticos.
Al entrar en la Iglesia de la Cabra, los visitantes son recibidos por una mezcla de elementos góticos y barrocos. Los pilares cuadrados de la nave, adornados con motivos de hojas y rostros humanos, sostienen las bóvedas de nervaduras que crean una sensación de altura y grandeza. El mobiliario de la iglesia, sin embargo, refleja el estilo barroco que se hizo popular en el siglo XVIII.
Una de las características más notables del interior es el par de púlpitos. El más simple de los dos es históricamente significativo, ya que se cree que es el mismo púlpito desde el cual San Juan de Capistrano predicó durante su cruzada contra los otomanos en el siglo XV. Originalmente hecho de madera, este púlpito fue posteriormente revestido en mármol para preservarlo de ser tomado pieza por pieza por seguidores devotos. El segundo púlpito, adornado con intrincadas decoraciones de hojas, estatuas y relieves, es un excelente ejemplo de la artesanía del siglo XVIII.
La Iglesia de la Cabra ha jugado un papel fundamental en la historia de Hungría. Fue el escenario de varias importantes asambleas nacionales durante los siglos XVI y XVII. Notablemente, el Rey Fernando III fue coronado aquí en 1625, y Eleonore de Pfalz-Neuburg fue coronada reina en 1681. Estos eventos subrayan la importancia de la iglesia como centro de la vida política y religiosa en Hungría.
En 1787, el Emperador José II disolvió la orden franciscana que había estado asociada con la iglesia, dejando el edificio sin uso durante más de una década. Finalmente, fue tomada por la orden benedictina, que la ha mantenido desde entonces. La iglesia sufrió una restauración significativa en 2007, asegurando que sus tesoros arquitectónicos e históricos sean preservados para las futuras generaciones.
Adyacente a la Iglesia de la Cabra se encuentra el antiguo monasterio franciscano, un extenso complejo que incluye la Sala Capitular. Este edificio histórico, con sus patios claustrados y arcos góticos, ofrece una visión de la vida monástica de los franciscanos medievales. La arquitectura del monasterio complementa la iglesia, creando un conjunto armonioso que refleja la vida espiritual y comunitaria de la época.
Hoy en día, la Iglesia de la Cabra es un destino imprescindible para cualquiera que explore Sopron. Su ubicación central en la plaza principal la hace fácilmente accesible, y su imponente presencia es difícil de pasar por alto. Los visitantes pueden maravillarse con los detalles exteriores de la iglesia, explorar su interior ricamente decorado y aprender sobre su historia llena de acontecimientos.
Mientras recorres la iglesia, tómate un momento para apreciar la mezcla de estilos arquitectónicos que abarcan siglos. Desde las bóvedas góticas de nervaduras hasta los retablos barrocos, la Iglesia de la Cabra es un museo viviente del arte y la arquitectura religiosa húngara. No olvides buscar los motivos de cabra escondidos por toda la iglesia, un recordatorio caprichoso de las leyendas que rodean este edificio histórico.
En conclusión, la Iglesia de la Cabra no es solo un monumento religioso; es un símbolo de la historia perdurable y el patrimonio cultural de Sopron. Sus muros han sido testigos de siglos de cambios, desde asambleas medievales hasta coronaciones reales, y su arquitectura cuenta la historia de una ciudad que siempre ha estado en la encrucijada de la historia. Una visita a la Iglesia de la Cabra es un viaje a través del tiempo, ofreciendo una visión única del alma de Sopron.
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