En el corazón de Mönchengladbach, Renania del Norte-Westfalia, se encuentra St. Maria Himmelfahrt, un ejemplo resplandeciente de esplendor gótico y relevancia histórica. Esta iglesia católica romana, con su imponente aguja y detalles arquitectónicos intrincados, ha perdurado a lo largo del tiempo, siendo testigo de siglos de historia, arte y cultura. Construida originalmente en los siglos XV y XVI, la iglesia ocupa un sitio sagrado desde el siglo XIII, convirtiéndose en un pilar del patrimonio espiritual y cultural de la ciudad.
La historia de St. Maria Himmelfahrt comienza alrededor del año 1200, cuando se erigió una iglesia románica en este sitio elevado en el corazón del casco antiguo. Esta primera estructura servía como iglesia parroquial mientras que la iglesia de la abadía cercana se encargaba de las funciones monásticas. La historia de la iglesia tomó un giro dramático en 1343 cuando un devastador incendio obligó a una reconstrucción completa. En 1469, se colocó la primera piedra de una nueva y más grande iglesia parroquial, y en 1533 se completó el edificio gótico tardío que vemos hoy en día.
A lo largo de su historia, St. Maria Himmelfahrt ha experimentado numerosas transformaciones. En 1802, tras la disolución de la abadía por los ocupantes franceses, la iglesia fue designada como la principal iglesia parroquial de Mönchengladbach. Este período vio importantes renovaciones, incluyendo la eliminación de elementos barrocos y la adición de dos capillas laterales en la década de 1880. Sin embargo, la iglesia enfrentó uno de sus momentos más oscuros durante la Segunda Guerra Mundial cuando fue casi completamente destruida por los bombardeos. El espíritu resiliente de la comunidad permitió que la iglesia fuera meticulosamente restaurada durante las dos décadas siguientes.
En 2006, debido a una crisis financiera en la Diócesis de Aquisgrán, la parroquia tuvo que elegir entre conservar St. Maria Himmelfahrt o el cercano Münster como la principal iglesia parroquial. La decisión favoreció al Münster, y St. Maria Himmelfahrt fue redesignada como la Iglesia de la Ciudad. Esta transformación marcó un nuevo capítulo en su historia, abriendo sus puertas no solo como un lugar de culto sino también como un centro cultural y artístico.
St. Maria Himmelfahrt es una joya arquitectónica que encarna la elegancia y grandeza del diseño gótico tardío. La iglesia es una basílica de tres naves, caracterizada por sus seis tramos de nave y bóvedas de crucería sostenidas por pilares redondos. El extremo oriental de la iglesia está marcado por un coro cerrado plano con un cierre de 5/8, una característica que añade a su encanto gótico. El lado norte de la iglesia cuenta con un portal principal añadido alrededor de 1890, mientras que los tracerías en el lado oeste son una adición posterior.
La fachada occidental está dominada por una torre de cuatro pisos con base cuadrada, rematada por una aguja octogonal. Esta torre está flanqueada por dos capillas laterales poligonales neogóticas, añadiendo a la majestuosa silueta de la iglesia. La torre está adornada con cornisas horizontales y ventanas de arco apuntado, que realzan su verticalidad y estética gótica. El interior de la iglesia es igualmente impresionante, con una bóveda de crucería sobre la nave y un techo plano que reemplaza la bóveda original en la sección inferior de la torre.
El claristorio de la nave está sostenido por arcadas de arcos apuntados que descansan sobre robustos pilares redondos. Las naves laterales presentan fuertes nervaduras entre los tramos abovedados, que emergen de las proyecciones exteriores de los pilares sin capiteles. Estas nervaduras descansan sobre capiteles cuando se intersectan con las arcadas de la nave, creando una armoniosa combinación de elementos estructurales y decorativos. El cierre del coro de 5/8 está adornado con tracería ciega, un detalle que se repite en el exterior, añadiendo una capa de complejidad visual al diseño de la iglesia.
St. Maria Himmelfahrt no es solo una obra maestra arquitectónica, sino también un tesoro de arte e inscripciones. Una de las inscripciones más significativas se encuentra debajo de la ventana central del coro, marcando la colocación de la primera piedra en 1469. Esta inscripción, escrita en minúscula gótica en relieve, dice: in den jaren ons heren mcccclxix op s(an)c(t). lare(n)cius aue(n)t an ge + lacht, que se traduce como En el año de nuestro Señor 1469 en la víspera de San Lorenzo colocada. Otra inscripción notable de 1533 se encuentra en un pilar de la sacristía sur, consolidando aún más la línea de tiempo histórica de la iglesia.
Dentro de la nave, dos pilas de agua bendita barrocas de 1696 se erigen como testamentos del legado duradero de la iglesia. Estas pilas, elaboradas en mármol rojo y con ejes de balaustre con bases áticas, llevan inscripciones que conmemoran su instalación por el Hermano Ambrosius Manten, un monje benedictino y posteriormente párroco. Estas inscripciones, talladas en mayúsculas en relieve, añaden una capa de profundidad histórica al interior de la iglesia.
La música siempre ha jugado un papel vital en la vida de St. Maria Himmelfahrt, y sus órganos son un testimonio de esta tradición. El primer órgano de la iglesia, un órgano positivo, se mencionó en 1616. A lo largo de los siglos, varios órganos han adornado sus salones, siendo el actual una obra maestra de Lukas Fischer, construido en 1975. Este órgano, con sus 2,354 tubos repartidos en 32 registros en tres manuales y un pedal, es una maravilla de la artesanía y la acústica. Su diseño único incluye un Regalwerk, una obra parcial ideal para interpretar música antigua, y una caja de órgano hecha de pino de Oregón sólido, terminada en un llamativo rojo cubierto.
En 2013, el órgano fue sometido a una revisión exhaustiva por Scholz Orgelbau, asegurando su excelencia continua en sonido y rendimiento. La disposición del órgano, con su acción mecánica y acción de parada eléctrica, junto con su temperamento Kirnberger III, lo convierte en un instrumento versátil e históricamente informado.
St. Maria Himmelfahrt es más que una iglesia; es un museo viviente de historia, arte y arquitectura. Sus muros y torres cuentan historias de resiliencia, fe y comunidad, invitando a los visitantes a explorar y experimentar el rico tapiz del patrimonio cultural de Mönchengladbach. Ya sea que te atraiga su importancia histórica, su belleza arquitectónica o su atmósfera serena, una visita a St. Maria Himmelfahrt promete ser un viaje a través del tiempo y una celebración de la creatividad y devoción humanas.
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