El Fridericianum en Kassel, Hesse, Alemania, es un verdadero tesoro de historia, arte y arquitectura. Terminado en 1779, este majestuoso edificio museístico tiene la distinción de ser uno de los primeros museos públicos del continente europeo. Originalmente se construyó para albergar las colecciones de arte de los landgraves de Hesse y la biblioteca principesca, convirtiéndose en un faro de los ideales de la Ilustración. El Fridericianum se erige orgullosamente en la Friedrichsplatz, conectando el casco antiguo con la Oberneustadt, ofreciendo una mezcla armoniosa de importancia histórica y relevancia contemporánea.
La historia del Fridericianum comenzó tras la Guerra de los Siete Años, cuando se consideraron innecesarias las antiguas fortificaciones de Kassel. Bajo la dirección del landgrave Federico II, el paisaje de la ciudad se transformó y se creó la Friedrichsplatz como un enlace urbano central. La construcción del Fridericianum comenzó en 1769 con la visión de hacer accesibles al público las colecciones de arte de los landgraves. Aunque no fue el primer museo público, es celebrado como el primer edificio diseñado específicamente para este fin.
Durante la era del Reino de Westfalia, el Fridericianum experimentó una transformación significativa. En 1810, por órdenes del hermano de Napoleón, Jérôme Bonaparte, y su arquitecto Auguste Henri Victor Grandjean de Montigny, se convirtió en el Palacio de los Estados y sirvió como lugar de reunión del Parlamento de Westfalia. Esta adaptación lo marcó como el primer edificio parlamentario en Alemania, añadiendo otra capa a su importancia histórica.
El Fridericianum, diseñado por el arquitecto Simon Louis du Ry, es un ejemplo de la arquitectura clasicista temprana en Alemania. Su construcción se extendió durante una década, de 1769 a 1779, debido al terreno desafiante y los retrasos frecuentes. La disposición simétrica de tres alas del edificio es un testimonio de la destreza arquitectónica de du Ry. La fachada frontal, de casi 80 metros de ancho, está marcada por 19 ejes de ventanas y un pórtico central sostenido por seis columnas jónicas, creando una entrada majestuosa. Pilastras jónicas adornan aún más la fachada, añadiendo elegancia clásica.
Las alas traseras, cada una de 41 metros de largo, encierran un pequeño patio que una vez albergó la gran escalera. La línea del techo está coronada con seis estatuas alegóricas que representan la Filosofía, la Astronomía, la Historia, la Arquitectura, la Pintura y la Escultura, simbolizando la dedicación del edificio al conocimiento y al arte. A pesar de sufrir graves daños durante la Segunda Guerra Mundial, el exterior del Fridericianum fue meticulosamente restaurado, aunque con una línea de techo ligeramente elevada.
Originalmente, el Fridericianum tenía solo dos pisos. La planta baja presentaba dos grandes salas flanqueando el vestíbulo, mostrando las colecciones de los landgraves. El piso superior albergaba la biblioteca en un gran salón que se extendía a lo largo de toda la fachada del edificio, con una galería circundante. Las alas laterales contenían varias salas de colección y trabajo más pequeñas. Desafortunadamente, el interior fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial, pero posteriormente se reconstruyó con tres pisos, adaptándose a las necesidades modernas de exhibición.
Las colecciones iniciales del Fridericianum eran vastas y variadas. La planta baja mostraba una impresionante variedad de antigüedades, incluyendo el renombrado Apolo de Kassel. El piso superior contaba con una biblioteca completa, una extensa colección de armas y figuras de cera de los landgraves históricos de Hesse. El Zwehrenturm, una torre medieval integrada en el Fridericianum, albergaba un observatorio y la colección astronómica-física.
Con el tiempo, la mayoría de estas colecciones fueron transferidas a otras instituciones. Para 1913, los objetos restantes se trasladaron al recién construido Museo Estatal de Hesse en Kassel, y el Fridericianum sirvió como biblioteca estatal hasta la Segunda Guerra Mundial. La biblioteca, fundada en 1580 por el landgrave Guillermo IV, fue reorganizada bajo Federico II y alojada en el Fridericianum hasta que fue casi completamente destruida en un bombardeo en 1941. Los volúmenes sobrevivientes ahora forman parte de la Biblioteca de la Universidad de Kassel.
Hoy en día, el Fridericianum es un espacio vibrante de exhibición, gestionado por la documenta y Museum Fridericianum gGmbH. Desde la primera exposición de documenta en 1955, el Fridericianum ha sido el punto focal de este renombrado espectáculo de arte contemporáneo, que se celebra cada cinco años. El edificio ha sido continuamente adaptado para satisfacer las necesidades cambiantes de las exposiciones de arte moderno, convirtiéndose en un lugar dinámico para mostrar expresiones artísticas de vanguardia.
El Fridericianum también alberga una serie de exposiciones rotativas, presentando tanto a artistas emergentes como establecidos a nivel internacional. Estas exposiciones a menudo enfatizan aspectos espaciales y críticas sociales, reflejando el compromiso de la institución con el arte y los temas contemporáneos.
Una visita al Fridericianum es un viaje a través del tiempo y el arte. Desde su fachada clásica hasta sus exposiciones contemporáneas, el museo ofrece una mezcla única de profundidad histórica e innovación moderna. Ya seas un entusiasta del arte, un aficionado a la historia o simplemente un viajero curioso, el Fridericianum promete una experiencia rica e inspiradora.
En conclusión, el Fridericianum no es solo un museo; es un símbolo del patrimonio cultural de Kassel y un faro de exploración artística e intelectual. Sus paredes han sido testigos de siglos de historia, y sus salas continúan resonando con las voces de artistas y pensadores de todo el mundo. Una visita al Fridericianum es una oportunidad imperdible para conectarse con el pasado y ser inspirado por el presente.
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