La Iglesia de San Martino, conocida localmente como Chiesa di San Martino, se erige de manera destacada en el corazón de Cinisello Balsamo, Italia. Esta maravilla arquitectónica moderna, situada en la Piazza Soncino, no es solo un lugar de culto, sino también un testimonio de la resiliencia y fe de la comunidad. Su imponente estructura, hecha de hormigón armado y adornada con ladrillo visto, da la bienvenida tanto a visitantes como a feligreses, ofreciendo un refugio sereno del bullicio de la vida urbana.
La historia de la Iglesia de San Martino comienza en la década de 1950, una época en la que Cinisello Balsamo experimentaba un significativo aumento de población. La iglesia existente ya no podía albergar al creciente número de fieles, lo que llevó a la necesidad de un nuevo y más grande lugar de culto. El plan inicial era construir una capilla subsidiaria, pero la comunidad, liderada por el visionario párroco Don Piero Carcano, decidió construir una nueva iglesia parroquial.
Después de mucha deliberación, se eligió el sitio para la nueva iglesia frente a la Villa Casati en la Piazza Soncino. Esta ubicación central era ideal para servir tanto a los residentes antiguos como a los nuevos de la ciudad. El proyecto, diseñado por el ingeniero Claudio Latocca con la ayuda de los arquitectos Olgiati y Sartorio, fue financiado a través de generosas donaciones de los feligreses, incluyendo ofrendas de oro y la venta de terrenos donados.
El 3 de marzo de 1957, el Cardenal Giovanni Battista Montini, entonces Arzobispo de Milán, colocó la primera piedra, marcando el inicio de la construcción. El trabajo continuó hasta 1961, culminando con la consagración de la iglesia el 3 de junio de 1961 por el Cardenal Montini, quien más tarde se convertiría en el Papa Pablo VI.
La arquitectura de la Iglesia de San Martino es una mezcla de diseño moderno y elegancia funcional. La iglesia está orientada de norte a sur y presenta una estructura compacta e imponente. Su exterior se caracteriza por pilares prismáticos estructurales hechos de hormigón armado y revestidos de terracota, con ventanas en cinta que recorren el perímetro del edificio. La fachada principal, ligeramente retraída en el centro, cuenta con un gran pórtico cerrado por una reja, rematado por tres grandes ventanas longitudinales que corresponden a las entradas.
El atrio elevado, al que se accede por una amplia escalera, añade grandeza a la iglesia. En el lado derecho de la iglesia se encuentra la casa parroquial con oficinas, mientras que en el lado izquierdo hay un edificio para actividades parroquiales. Toda la propiedad está situada dentro de un jardín, creando un ambiente pacífico y acogedor.
Una de las características exteriores notables es el fresco Amore, arte e ragione del artista Mike Ciafaloni. Esta obra de arte, ubicada en el muro perimetral frente al atrio, lleva la inscripción El fruto del amor es la salvación de la humanidad y representa a Cristo clavado en un árbol frutal, simbolizando la generosidad humana. También presenta a San Martino, ayudando a las personas que sufren y encontrando armonía a través de la generosidad y el sacrificio.
El interior de la Iglesia de San Martino es tan impresionante como su exterior. El diseño de la iglesia sigue un plan de cruz latina, con brazos trapezoidales que se ensanchan hacia el centro del transepto, donde se sitúa el altar principal, hecho de mármol claro. La única nave grande, con paredes enlucidas y pintadas, presenta un suelo de mármol claro de Versilia con cuadrados de mármol rojo oscuro. El ritmo de los pilares de hormigón armado, pintados de amarillo mostaza, añade atractivo estético al interior.
Alrededor del presbiterio se encuentran la sacristía y el penitenciario. La parte superior de las paredes presenta una banda de hormigón laminado con efecto de madera, que recorre todo el perímetro de la sala litúrgica. Esta banda está adornada con pinturas que representan las Estaciones de la Cruz del pintor Compagnone. Además, hay seis pinturas dedicadas a la vida de San Martín de Tours, creadas por la artista local Magdalena Grandi.
La nave derecha alberga una capilla dedicada a la Madonna, mientras que la nave izquierda contiene estatuas de Santa Rita de Cascia, San Antonio de Padua, San José y el Padre Pío, junto con la urna del Beato Carino de Balsamo. Sobre el portal de entrada, en la parte superior del contrafachada, hay una escultura de Cristo Resucitado, añadiendo un punto focal espiritual al interior.
La Iglesia de San Martino ha experimentado varias modificaciones y renovaciones a lo largo de los años para adaptarse a las necesidades cambiantes de su congregación y cumplir con las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II. En 1977, bajo la dirección del nuevo párroco Don Mario Valzasina, se reconfiguró el interior de la iglesia, eliminando los altares laterales y la balaustrada que separaba el presbiterio de la nave. El tabernáculo se colocó en el centro y se añadió una escalera de mármol blanco para el acceso.
Otras renovaciones incluyeron el reemplazo del techo en 1997, la instalación de nuevos sistemas eléctricos y de iluminación en 1998, y la adición de un techo suspendido para aislamiento acústico. En 2020, se restauró la boiserie del altar mayor y se inauguraron nuevas pinturas de ángeles de Magdalena Grandi detrás del altar.
La Iglesia de San Martino no es solo un lugar de culto, sino un vibrante centro comunitario. Alberga varios eventos, incluyendo la notable visita de la estatua peregrina de Nuestra Señora de Fátima en 2015, que reunió a la comunidad en oración y reflexión. La iglesia también recibió la visita pastoral del Arzobispo Angelo Scola en 2017, consolidando aún más su papel como un pilar espiritual y comunitario en Cinisello Balsamo.
En conclusión, la Iglesia de San Martino se erige como un faro de fe, comunidad y belleza arquitectónica en Cinisello Balsamo. Su rica historia, junto con su diseño moderno y continuo compromiso comunitario, la convierte en un hito imperdible para cualquiera que explore esta encantadora ciudad italiana.
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