La Catedral de Beauvais, conocida localmente como la Cathédrale Saint-Pierre de Beauvais, se erige como un impresionante ejemplo de la arquitectura gótica en el corazón de Beauvais, Francia. Esta magnífica pero inacabada catedral tiene una historia tan dramática como sus alturas vertiginosas, convirtiéndola en una visita obligada para los entusiastas de la historia y los aficionados a la arquitectura.
La construcción de la Catedral de Beauvais comenzó en 1225, bajo la dirección del obispo Milon de Nanteuil. Los constructores aspiraban a crear la catedral más alta de Francia, superando incluso la grandeza de la Catedral de Amiens. La catedral debía ser una declaración de la gloria divina y la ingeniosidad humana, con su coro alcanzando una altura sin precedentes de 48,50 metros, convirtiéndolo en el coro gótico más alto del mundo.
A pesar de las grandes ambiciones, la construcción enfrentó desafíos desde el principio. La iglesia románica original, ahora conocida como la Basse-Œuvre, fue parcialmente desmantelada para dar paso a la nueva estructura gótica. Para 1272, el coro estaba terminado y comenzaron a celebrarse servicios en ese impresionante espacio. Sin embargo, la altura de la catedral la hacía vulnerable a problemas estructurales y en 1284, una sección de las bóvedas colapsó, deteniendo la construcción durante muchos años.
El colapso en 1284 fue un gran contratiempo, pero no desalentó a los constructores. La estructura fue reforzada y el trabajo se reanudó, aunque lentamente. La Guerra de los Cien Años y la Peste Negra retrasaron aún más el progreso, pero a principios del siglo XVI, la construcción volvió a tomar impulso. Bajo la dirección del maestro cantero Martin Chambiges, el transepto se completó en 1548, añadiendo a la imponente silueta de la catedral.
En 1569, la catedral alcanzó nuevas alturas, literalmente. Se añadió una torre linterna y, por un breve período, la Catedral de Beauvais fue la estructura más alta del mundo, con su aguja alcanzando los 153 metros. Sin embargo, este triunfo fue efímero. En 1573, la torre colapsó, un evento dramático que subrayó las vulnerabilidades estructurales de un diseño tan ambicioso. El colapso marcó el fin de los principales esfuerzos de construcción, dejando la catedral sin nave y dándole su apariencia única e inacabada.
A pesar de su estado incompleto, la Catedral de Beauvais es una maravilla de la arquitectura gótica. La intrincada labor en piedra, los arcos elevados y las impresionantes vidrieras son un deleite para la vista. El coro, con su altura inigualable, crea una sensación de verticalidad y luz verdaderamente impresionante. Los visitantes también pueden admirar el reloj astronómico, una obra maestra de ingeniería del siglo XIX que sigue fascinando con sus complejos mecanismos y exhibiciones celestiales.
La fachada de la catedral, adornada con intrincadas esculturas y arbotantes, es un testimonio de la habilidad y el arte de los artesanos medievales. El rosetón, un emblema del diseño gótico, baña el interior en un caleidoscopio de colores, añadiendo a la atmósfera etérea de este espacio sagrado.
Hoy en día, la Catedral de Beauvais sigue siendo un lugar activo de culto y un símbolo de la rica historia de la ciudad. Forma parte de la parroquia de Saint-Pierre-Saint-Paul en Beauvais y sus campanas continúan sonando sobre la ciudad, llamando a los fieles a la oración. La catedral también alberga diversos eventos culturales, incluyendo conciertos y exposiciones, convirtiéndola en una parte vibrante de la comunidad.
Los visitantes de la Catedral de Beauvais pueden explorar sus numerosas capillas, cada una dedicada a diferentes santos y adornadas con hermosos retablos y reliquias. El tesoro de la catedral alberga una colección de objetos litúrgicos, vestimentas y manuscritos, ofreciendo una visión del patrimonio religioso y artístico de la región.
La Catedral de Beauvais se encuentra en el centro de Beauvais, lo que la hace fácilmente accesible para los visitantes. La ciudad en sí es un destino encantador, con sus calles adoquinadas, edificios históricos y plazas pintorescas. Después de explorar la catedral, los visitantes pueden disfrutar de un paseo tranquilo por la ciudad, degustando la cocina local en uno de los muchos cafés y restaurantes.
La catedral está abierta al público todos los días y se ofrecen visitas guiadas, proporcionando una visión más profunda de su historia y arquitectura. Ya seas un aficionado a la historia, un entusiasta de la arquitectura o simplemente un viajero curioso, la Catedral de Beauvais ofrece una experiencia única e inolvidable.
En conclusión, la Catedral de Beauvais no es solo una obra maestra arquitectónica; es un símbolo de la ambición humana, la resiliencia y la creatividad. Sus alturas imponentes y detalles intrincados cuentan una historia de fe y perseverancia que sigue inspirando a los visitantes de todo el mundo. Una visita a esta majestuosa catedral es un viaje a través del tiempo, ofreciendo una visión del mundo medieval y el legado perdurable de la arquitectura gótica.
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