La iglesia de St. Marien, conocida localmente como Marienkirche, se alza con majestuosidad en el corazón de Bad Homburg vor der Höhe, en Hessen, Alemania. Esta iglesia católica romana es un símbolo de fe y belleza arquitectónica, atrayendo a visitantes con su rica historia y diseño impresionante. Como la principal iglesia en Bad Homburg, St. Marien es un centro vibrante para la comunidad católica local y un destino fascinante para los turistas.
La historia de St. Marien comienza en una época en la que Bad Homburg era predominantemente protestante, tras la Reforma en 1527. No fue hasta finales del siglo XVIII cuando comenzó a surgir una pequeña comunidad católica. Para 1820, solo había 215 católicos en la zona, pero su número fue creciendo. Inicialmente, la congregación católica utilizaba la Jakobskirche para sus ceremonias, ya que no tenían su propia parroquia.
En 1866, la comunidad católica en Bad Homburg se convirtió en su propia parroquia, gracias a los esfuerzos del obispo Ketteler. Este crecimiento llevó al deseo de tener una iglesia más grande, y en 1863 se compró un terreno. Sin embargo, la construcción se retrasó debido al Kulturkampf, un período de conflicto entre el gobierno y la Iglesia Católica. Finalmente, en 1892, se colocó la primera piedra y la iglesia fue consagrada en 1895 en presencia de la emperatriz Friedrich.
Diseñada por el renombrado arquitecto Ludwig Becker, St. Marien es una obra maestra de la arquitectura neogótica. El diseño de la iglesia presenta una nave única con un cuerpo de dos tramos, un crucero con transeptos cortos y un coro empotrado que conduce a un ábside de cinco lados. La fachada principal, adornada con intrincadas tracerías y un rosetón, es un deleite visual.
La torre de la iglesia, construida con piedra de toba y arenisca gris, es una característica llamativa. Alberga un campanario de seis campanas, originalmente fundidas en 1894, con una campana refundida en 1949. Renovaciones recientes han mejorado la calidad del sonido, reemplazando las celosías de concreto por unas de madera, enriqueciendo el tono de las campanas.
Al entrar en St. Marien, los visitantes son recibidos por una atmósfera serena y espiritual. El piso original del ábside, adornado con baldosas rojas con símbolos de peces, es un elemento histórico único. Las vidrieras de la iglesia, especialmente los medallones con retratos de figuras contemporáneas, añaden un toque de color e historia.
El altar principal, que data de 1910, y el altar de San José de 1905, son ejemplos exquisitos de arte eclesiástico. La iglesia también alberga una notable escultura del Corpus Christi de alrededor de 1500, un testimonio de la dedicación de la comunidad a preservar el arte religioso.
Los amantes de la música quedarán encantados con el órgano de la iglesia, construido originalmente en 1906 por Johannes Klais. Este instrumento romántico ha pasado por varias modificaciones, con la renovación más reciente en 1972. Ahora se encuentra en el pasillo lateral izquierdo, con 35 registros y 2.468 tubos. La acción mecánica del órgano y su acción de parada eléctrica lo convierten en una maravilla de la ingeniería musical.
Más allá de su importancia arquitectónica e histórica, St. Marien sirve como un centro animado para la comunidad católica en Bad Homburg. Se convirtió en la sede del decanato recién establecido en 1915 y ha sido anfitriona de numerosos eventos, incluido el Kreuzfest en 1981, en colaboración con la parroquia de Kirdorf.
La ubicación de la iglesia, alejada de la calle, crea un atrio abierto que realza su presencia. Este espacio está enmarcado por la casa parroquial barroca, un encantador edificio que data de 1715, y las estructuras adyacentes, que añaden al ambiente histórico del área.
St. Marien ha pasado por significativas restauraciones para preservar su grandeza para las futuras generaciones. En 2011, la torre de la iglesia fue renovada a un costo de 500.000 euros, seguida de la restauración de la fachada exterior en 2013, duplicando la inversión. Una renovación interior comenzó en 2016, con costos proyectados en 1 millón de euros, apoyada por la diócesis y la Oficina Estatal de Conservación de Monumentos de Hesse.
En conclusión, St. Marien es más que una iglesia; es un testimonio de la fe duradera y la resiliencia de la comunidad católica en Bad Homburg. Sus muros resuenan con las historias de aquellos que han adorado aquí durante más de un siglo, convirtiéndola en una parada esencial para cualquiera que explore el rico tapiz cultural de esta encantadora ciudad alemana.
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