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George Washington's resignation as commander-in-chief

George Washington's resignation as commander-in-chief Annapolis

George Washington's resignation as commander-in-chief

En el corazón de Annapolis, Maryland, se desarrolló un momento crucial en la historia de Estados Unidos dentro de los venerados pasillos de la Casa del Estado de Maryland. Aquí, el 23 de diciembre de 1783, el General George Washington renunció a su cargo como comandante en jefe del Ejército Continental, un acto que resonó con un profundo significado y sentó las bases para el futuro de la joven nación. Este evento histórico, a menudo considerado como uno de los mayores actos de estadismo, es un testimonio del carácter de Washington y su inquebrantable compromiso con los principios del republicanismo y el control civil del ejército.

El Preludio a la Renuncia

Después de la firma del Tratado de París el 3 de septiembre de 1783, que puso fin oficialmente a la Guerra Revolucionaria Americana, y la evacuación de las tropas británicas de la ciudad de Nueva York el 25 de noviembre, los pensamientos de George Washington se centraron en su regreso a la vida civil. Ya había despedido a su ejército en Rockingham, cerca de Princeton, Nueva Jersey, el 2 de noviembre, y a sus oficiales en Fraunces Tavern en la ciudad de Nueva York el 4 de diciembre. El paso final era renunciar a su cargo ante el Congreso de la Confederación, que entonces se reunía en Annapolis.

Washington llegó a Annapolis el 19 de diciembre de 1783, donde fue cálidamente recibido por los generales William Smallwood y Horatio Gates en el Three Mile Oak. Al día siguiente, escribió al Congreso preguntando sobre el método de su renuncia, si debía hacerse en persona o mediante una declaración escrita. En respuesta, el presidente del Congreso Continental, Thomas Mifflin, nombró un comité compuesto por Thomas Jefferson, James McHenry y Elbridge Gerry para organizar los detalles.

Una Gran Despedida

El 22 de diciembre, Washington fue honrado con un gran banquete en Mann's Tavern, al que asistieron entre doscientos y trescientos caballeros. Esa noche, el gobernador de Maryland, William Paca, organizó un baile público en la Casa del Estado, donde casi seiscientos invitados se reunieron para celebrar. Washington, conocido por su gracia y habilidad como bailarín, impresionó a los oficiales franceses presentes con su interpretación del minueto, un baile que ejemplificaba su elegancia y aplomo.

La Ceremonia de Renuncia

Al mediodía del 23 de diciembre, tuvo lugar la histórica ceremonia de renuncia en la Cámara del Senado de la Casa del Estado de Maryland. Charles Thomson, el secretario del Congreso Continental, condujo a Washington, acompañado por sus ayudantes de campo, el Coronel David Humphreys y el Coronel Benjamin Walker, a la cámara. En un momento solemne y conmovedor, Washington se dirigió a la asamblea con un discurso que reflejaba su profundo sentido del deber y sus esperanzas para el futuro de la nación:

Feliz en la confirmación de nuestra Independencia y Soberanía, y complacido con la oportunidad brindada a los Estados Unidos de convertirse en una Nación respetable, renuncio con satisfacción al nombramiento que acepté con incertidumbre.… Considero un deber indispensable cerrar este último acto solemne de mi vida oficial, encomendando los intereses de nuestro querido país a la protección del Todopoderoso, y a aquellos que tienen la superintendencia de ellos, a su santa custodia. Habiendo terminado ahora el trabajo asignado a mí, me retiro del gran teatro de Acción; y despidiéndome con afecto de este augusto cuerpo bajo cuyas órdenes he actuado durante tanto tiempo, aquí ofrezco mi Comisión y me despido de todos los empleos de la vida pública.

Con estas palabras, Washington entregó su comisión y su discurso al presidente Mifflin, marcando el fin de su servicio militar y su regreso a la vida privada. Al día siguiente, el 24 de diciembre, Washington partió hacia su querida residencia en Mount Vernon.

El Legado de la Renuncia de Washington

La renuncia de Washington fue un momento de inmensa importancia histórica, simbolizando su compromiso con los ideales republicanos y su rechazo al poder absoluto. Estableció un precedente para el control civil del ejército y subrayó el principio de que ningún individuo, por muy venerado que sea, está por encima de la ley. Este acto de autocontrol y humildad le valió a Washington reconocimiento internacional y solidificó su legado como un modelo de liderazgo virtuoso.

El historiador de la Universidad de Brown, Gordon S. Wood, describió a Washington como el perfecto Cincinnato, refiriéndose al patriota romano que regresó a su granja después de sus victorias en la guerra. Wood argumentó que la renuncia de Washington fue el mayor acto de su vida y el que aseguró su fama duradera. El rey Jorge III de Inglaterra, al enterarse de la renuncia de Washington, supuestamente comentó que eso hacía de Washington el personaje más grande de la época.

John Trumbull, un artista estadounidense y ex ayudante de campo de Washington, capturó este momento histórico en su pintura de tamaño natural, General George Washington Renunciando a su Comisión, que ahora cuelga en la rotonda del Capitolio de los Estados Unidos. Trumbull consideró la renuncia de Washington como una de las lecciones morales más altas jamás dadas al mundo, un sentimiento que compartió el historiador Thomas Fleming, quien la describió como el momento más importante en la historia de Estados Unidos.

Representaciones Artísticas

La importancia de la renuncia de Washington ha sido inmortalizada en diversas formas artísticas. Raimondo Trentanove esculpió un bajorrelieve de la escena en el pedestal de la estatua de George Washington de Antonio Canova, que fue instalada en la Casa del Estado de Carolina del Norte en 1821. Aunque ambos fueron destruidos por un incendio en 1831, su legado perdura. La estatua de Enrico Causici de Washington renunciando a su comisión en la cima del Monumento a Washington en Baltimore, completada en 1829, y la escultura de 1840 de Horatio Greenough de Washington devolviendo el poder al pueblo, ahora alojada en el Museo Nacional de Historia Americana, son otras representaciones notables.

En 1858, Edwin White pintó Washington Renunciando a su Comisión para la Legislatura de Maryland, y ahora se exhibe en la Gran Escalera de la Casa del Estado de Maryland. El mural de 1903 de Edwin Blashfield, Washington Entregando su Comisión, ubicado en el Palacio de Justicia Clarence Mitchell en Baltimore, conmemora aún más este momento definitorio en la historia de Estados Unidos.

Hoy en día, los visitantes de Annapolis pueden explorar la Casa del Estado de Maryland y pararse en la misma sala donde tuvo lugar la renuncia de Washington. Este sitio, impregnado de historia, ofrece una conexión profunda con el pasado y un recordatorio de los principios duraderos sobre los cuales se fundaron los Estados Unidos. Al caminar por estos históricos pasillos, casi se pueden escuchar los ecos de la despedida de Washington, un testimonio de su legado perdurable y el nacimiento de una nación comprometida con la libertad y la justicia para todos.

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