En la encantadora ciudad de Zug, Suiza, se encuentra una obra de arte extraordinaria que fascina tanto a locales como a visitantes. Esta obra única, conocida como el Trompe-l’œil, es una pintura de campo de color de 112 metros de largo creada por la talentosa artista Maria Bettina Cogliatti en 1998. Ubicada a lo largo de la tranquila Katastrophenbucht (Bahía del Desastre), este mural vívido transforma una simple pared de concreto en una ilusión óptica llena de vida y movimiento.
El Trompe-l’œil de Maria Bettina Cogliatti es un ejemplo impresionante de cómo el arte puede revitalizar los espacios urbanos. Pintado con acrílicos en la pared de concreto del Vorstadtbrücke, el mural presenta una mezcla armoniosa de campos de color cálidos y fríos. La artista yuxtapuso tres campos de color cálidos y dos fríos (o viceversa), creando un contraste dinámico que captura la atención. Los 21 tonos diferentes transicionan del amarillo-naranja cálido cerca del Vorstadtquai a ricos púrpuras, verdes y rojos, desvaneciéndose finalmente en un azul frío hacia el Alpenquai. Este efecto de gradiente simula la progresión de un día, desde el brillo cálido de la mañana hasta la tranquilidad fresca de la tarde.
El Trompe-l’œil de Cogliatti va más allá del simple juego de colores. La artista dispuso hábilmente los campos de color para crear la ilusión de interrupciones, nichos y ventanas en la pared plana. Esta disposición ingeniosa da la impresión de un espacio habitable imaginario, una ciudad colorida que invita a los espectadores a entrar en un mundo de fantasía. El mural no solo complementa los colores vibrantes de las cercanas Vorstadthäuser (casas suburbanas), sino que también revive la memoria de una fila de casas que se hundió en el lago en 1887.
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La historia del Trompe-l’œil es tan fascinante como la obra misma. En la década de 1970, la pared de concreto fue pintada originalmente por Hans Potthof y un grupo de niños. Sin embargo, el mural sufrió repetidos daños a lo largo de los años. En 1995, bajo la guía de Cogliatti y por encargo de la Escuela y la Oficina de Desarrollo Urbano de Zug, 55 niños repintaron la pared con un tema de Vivir, utilizando predominantemente tonos azules como un guiño a las casas sumergidas. A pesar de estos esfuerzos, el mural fue nuevamente dañado, lo que llevó a la ciudad a encargar a Cogliatti un nuevo diseño en 1998.
Con la ayuda de un pintor profesional y más de 140 horas de trabajo meticuloso, Cogliatti dio vida a sus visiones escultóricas y cromáticas. Su objetivo era utilizar técnicas pictóricas para crear la ilusión de una tercera dimensión, de ahí el nombre Trompe-l’œil, que significa engañar al ojo. La artista logró romper la dominancia de las aberturas de las ventanas en la pared, transformándola en una pieza vibrante y atractiva de arte público. El Trompe-l’œil se completó a principios de agosto de 1998 y desde entonces se ha convertido en un hito querido en Zug.
En 2017, el Trompe-l’œil fue restaurado para preservar su belleza y vitalidad para las futuras generaciones. El mural también ha inspirado una serie de pinturas y dibujos de Cogliatti, consolidando aún más su lugar en la obra de la artista. Hoy en día, el Trompe-l’œil se erige como un testimonio del poder del arte para transformar los espacios públicos y evocar un sentido de maravilla e imaginación.
Los visitantes de Zug no deben perder la oportunidad de experimentar el Trompe-l’œil en persona. Mientras paseas por la Katastrophenbucht, tómate un momento para apreciar el intrincado juego de colores y la ilusión de profundidad que Cogliatti ha creado magistralmente. Las vibrantes reflexiones del mural en los días calurosos crean una atmósfera similar a un acuario, añadiendo a la sensación de inmersión en este mundo imaginativo. La progresión de colores a lo largo del día ofrece una experiencia visual constantemente cambiante, haciendo que cada visita sea única.
En conclusión, el Trompe-l’œil en Zug es más que un simple mural; es una celebración del color, la imaginación y el poder transformador del arte. Ya seas un entusiasta del arte o simplemente busques un lugar único y pintoresco para explorar, el Trompe-l’œil promete encantar e inspirar. Así que, da un paseo tranquilo por la Katastrophenbucht, deja que tus ojos sean engañados y sumérgete en el vibrante mundo del Trompe-l’œil de Maria Bettina Cogliatti.
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