En el corazón de Wiesbaden, la capital de Hesse, Alemania, se encuentra la impresionante Marktkirche, una obra maestra de la arquitectura neogótica. Esta imponente iglesia de ladrillo rojo domina el Schlossplatz, sirviendo como un faro de historia y espiritualidad en la ciudad. Construida entre 1853 y 1862, la Marktkirche no solo es la estructura más alta de Wiesbaden, sino también un testimonio de la visión y el arte de su arquitecto, Carl Boos.
La historia de la Marktkirche comienza con un trágico incendio el 27 de junio de 1850, que destruyó la medieval Mauritiuskirche, la principal iglesia protestante de Wiesbaden en ese momento. Los restos de la antigua iglesia fueron considerados inestables, lo que llevó a la decisión de construir una nueva estructura. Carl Boos, un arquitecto distinguido, fue encargado de seleccionar un sitio para este ambicioso proyecto. Aunque hubo un debate inicial sobre la ubicación, finalmente se eligió el céntrico Schlossplatz, asegurando la prominencia de la iglesia en el paisaje de la ciudad.
El diseño de Boos fue poco convencional para la región, optando por un estilo neogótico construido enteramente de ladrillo, inspirado en la Friedrichswerdersche Kirche de Karl Friedrich Schinkel en Berlín. A pesar de enfrentar críticas por la elección del material y la altura de las torres, Boos se mantuvo firme, creando una iglesia que se convertiría en un hito por derecho propio. La primera piedra se colocó el 22 de septiembre de 1853 y la iglesia fue consagrada el 13 de noviembre de 1862.
La Marktkirche es un impresionante ejemplo de arquitectura neogótica, caracterizada por sus altas torres y detallados ornamentos. La torre principal alcanza una altura impresionante de casi 89 metros, convirtiéndola en el edificio más alto de Wiesbaden. Acompañando a la torre principal hay cuatro torres de esquina, cada una añadiendo a la majestuosa silueta de la iglesia. El exterior de la iglesia es un testimonio de la artesanía de la época, con su fachada de ladrillo rojo destacándose en el horizonte.
En el interior, la Marktkirche es igualmente cautivadora. El interior se extiende 50 metros de longitud, 20 metros de ancho y 28 metros de altura, creando un espacio vasto e inspirador. El techo está pintado para parecer un cielo estrellado, añadiendo un toque celestial al ambiente. El presbiterio elevado, adornado con vibrantes vitrales, representa escenas de la vida de Cristo, trayendo luz y color al espacio sagrado.
La Marktkirche alberga varias obras de arte notables. Dominando el presbiterio hay cinco estatuas de mármol de tamaño natural, donadas por el Duque Adolfo. Estas figuras, que representan a Cristo y los Evangelistas, fueron esculpidas por Emil Hopfgarten y su estudiante Scipione Jardellea a lo largo de casi dos décadas. La iglesia también cuenta con un púlpito único, que originalmente se planeó hacer de mármol pero finalmente se creó de hierro fundido bronceado debido a limitaciones presupuestarias. Este púlpito, con sus tallados simbólicos, es un testimonio de fe, amor y esperanza.
La Marktkirche cuenta con dos impresionantes órganos, cada uno una maravilla de la ingeniería musical. El órgano principal, originalmente construido en 1863 por Eberhard Friedrich Walcker, ha sufrido varias modificaciones y expansiones a lo largo de los años. Hoy en día, cuenta con 85 registros y 6,198 tubos, siendo el órgano más grande de la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau. Músicos renombrados, incluyendo a Albert Schweitzer y Max Reger, han tocado sus teclas, añadiendo a su legado histórico.
Además del órgano principal, la iglesia alberga un órgano de coro más pequeño, situado en el antiguo palco imperial. Este órgano, con sus 12 registros, complementa al órgano principal y puede tocarse desde su propio teclado o desde el teclado del órgano principal, ofreciendo versatilidad en actuaciones y servicios.
El campanario de la Marktkirche alberga cinco campanas de bronce, cuatro de las cuales fueron fundidas en 1962 por los hermanos Rincker. Estas campanas, cada una adornada con símbolos de los cuatro Evangelistas, añaden un encanto melódico a la presencia de la iglesia. La quinta campana, conocida como la campana de los niños, data del conjunto original de 1862 y fue preservada gracias a un esfuerzo de recaudación de fondos comunitario. Juntas, estas campanas crean un paisaje sonoro armonioso que resuena por todo Wiesbaden.
Sumando al esplendor auditivo de la Marktkirche está su carillón, ubicado en lo alto de la torre principal. Este instrumento, compuesto por 49 campanas de bronce, fue inaugurado el Día de la Reforma en 1986. Los visitantes pueden subir más de 290 escalones para llegar al teclado del carillón, donde pueden experimentar la emoción única de tocar este magnífico instrumento. Las campanas del carillón varían en tamaño, siendo la más grande de 2.2 toneladas, creando un rico tapiz de sonido que resuena por toda la ciudad.
En conclusión, la Marktkirche es más que una iglesia; es un símbolo de la resiliencia y el patrimonio cultural de Wiesbaden. Sus elevadas torres, tesoros artísticos y maravillas musicales la convierten en un destino imprescindible para cualquiera que explore esta histórica ciudad. Ya sea que te atraiga su belleza arquitectónica, su rica historia o su significado espiritual, la Marktkirche ofrece una cautivadora visión del corazón de Wiesbaden.
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