El Castello Visconteo en Voghera, Italia, se erige como un testimonio de siglos de historia, evolución arquitectónica y los cambiantes vientos del poder. Esta imponente estructura, construida originalmente a finales del siglo IX y principios del siglo X, ha sido testigo de numerosas transformaciones, desde una fortaleza defensiva hasta una residencia noble e incluso una prisión. Hoy en día, cautiva a los visitantes con su rico pasado y su presencia perdurable en la región de Lombardía.
Los orígenes del Castello Visconteo están envueltos en el misterio, con algunos documentos históricos que sugieren su construcción entre 888 y 950 durante la era de los Berengarios. Sin embargo, se cree que incluso durante las invasiones bárbaras, el asentamiento de Voghera, conocido como Iria, estaba fortificado con una ciudadela rodeada por murallas defensivas.
Para el siglo X, el castillo ya había tomado forma como una estructura formidable, con un amplio foso y sólidas murallas apoyadas por numerosas torres. Durante los siglos XI y XII, Voghera contaba con uno de los castillos más poderosos y robustos de la región de Oltrepò. Este período también vio la transformación de los señoríos cercanos en aldeas fortificadas, conocidas como castra, que incluían casas, tiendas y la residencia principal: el castillo. Dentro de estas aldeas fortificadas, iglesias y monasterios como Santa Maria della Rossella y San Marziano desempeñaron roles significativos en la comunidad.
La transformación más significativa del castillo ocurrió bajo el gobierno de Galeazzo II Visconti en el siglo XIV. Después de conquistar Pavía, Galeazzo II buscó mejorar las capacidades defensivas del castillo, imaginando una estructura más resistente y formidable. En 1372, el castillo se convirtió en su residencia, marcando el comienzo de una serie de fortificaciones y expansiones.
En 1361, a pesar de un reciente acuerdo de paz con el Marqués de Monferrato, Galeazzo II ordenó más fortificaciones, exigiendo 20,000 florines de oro de su jurisdicción para financiar la reconstrucción. Este ambicioso proyecto vio la reducción del tamaño del castillo de 100 a 80 braccia debido a restricciones financieras, pero la determinación de Galeazzo II aseguró la finalización de su visión. Para 1379, él personalmente aseguró los fondos necesarios para alcanzar el plan original de 100 braccia.
A lo largo de los siglos XIV y XV, el castillo continuó evolucionando, con contribuciones significativas de varios gobernantes, incluyendo a Filippo Maria Visconti, quien residió allí en 1405. La importancia estratégica y la grandeza arquitectónica del castillo lo convirtieron en una residencia codiciada para familias nobles, incluyendo las familias Beccaria, Dal Verme, Sforza, Gonzaga y Giudici.
En el siglo XVII, el castillo enfrentó desafíos significativos, incluyendo la ocupación francesa en 1647, que resultó en la destrucción de la torre central que daba al jardín. Para el siglo XVIII, el papel del castillo había cambiado, sirviendo como oficina fiscal, sede de magistrados y almacén bajo el dominio austriaco. La transición de una residencia noble a un edificio administrativo multifuncional marcó un nuevo capítulo en la historia del castillo.
En el siglo XIX, la condición del castillo se deterioró significativamente, llevando a su uso como prisión para criminales a partir de 1807. A pesar de su declive, la gente de Voghera permaneció apegada a su histórico castillo, y los esfuerzos para restaurarlo y preservarlo continuaron a lo largo de los años. En 1888, las rampas de entrada y la fachada norte atrajeron la atención del gobierno local, llevando a mejoras y proyectos de mantenimiento.
El siglo XX trajo un renovado interés en la preservación del castillo y su potencial como un hito cultural. En 1926, después de la Primera Guerra Mundial, hubo propuestas para dedicar el edificio a la memoria de los soldados caídos y para establecer una biblioteca y otras instituciones culturales dentro de sus muros. Aunque estos proyectos no se realizaron completamente, la importancia del castillo como símbolo del patrimonio de Voghera permaneció intacta.
En 1935, el ingeniero Vittorio Paron presentó un proyecto de restauración, y las discusiones con el Ministerio de Justicia llevaron a planes para una nueva prisión que reemplazara a la existente en el centro de la ciudad. A pesar de los esfuerzos continuos, la restauración del castillo enfrentó numerosos desafíos, y no fue hasta 1951 que el gobierno local tomó medidas decisivas para reanudar el trabajo de restauración. Para 1952, el castillo fue designado como el futuro hogar del Museo Cívico y otras entidades culturales de la región de Oltrepò.
En 1997, se hizo un descubrimiento notable dentro de las paredes del castillo. Durante los trabajos de restauración, se removieron capas de yeso, revelando impresionantes frescos atribuidos a Bramantino. Estos frescos, que representan a las Musas enmarcadas por pilastras de mármol blanco y bases de pórfido rojo, ofrecieron un vistazo al patrimonio artístico del castillo. Los intrincados detalles y símbolos heráldicos proporcionaron valiosos conocimientos sobre la importancia histórica y cultural del castillo.
Hoy en día, el Castello Visconteo se erige como un símbolo de la rica historia y el espíritu perdurable de Voghera. Sus muros, que han sido testigos de siglos de cambios, continúan cautivando a los visitantes con sus historias de poder, resiliencia y brillantez artística. Al explorar este monumento histórico, serás transportado en el tiempo, experimentando la grandeza y el legado de uno de los castillos más notables de Italia.
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