En el corazón de Valencia, España, se encuentra una maravilla de la arquitectura modernista y la cultura local vibrante: el Mercat Central, o Mercado Central de Valencia. Este bullicioso mercado no es solo un lugar para comprar productos frescos y delicias locales; es un museo viviente, un testimonio de la rica historia y patrimonio arquitectónico de Valencia. Con su impresionante diseño y animada atmósfera, el Mercat Central es una visita obligada para cualquiera que explore esta hermosa ciudad.
El Mercat Central es una obra maestra de la arquitectura modernista, diseñado por los arquitectos Alexandre Soler i March y Francesc Guàrdia i Vial en 1914. Ambos arquitectos se formaron en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y fueron colaboradores del renombrado Lluís Domènech i Montaner, conocido por su trabajo en el Palau de la Música Catalana. El mercado fue concebido para fusionar el uso de grandes estructuras de hierro con el estilo Art Nouveau, creando un diseño único y armonioso.
La construcción del mercado comenzó en 1914 y enfrentó varios desafíos y modificaciones en el camino. Bajo la supervisión de Enric Viedma i Vidal, el proyecto se completó finalmente en enero de 1928. El resultado es un impresionante ejemplo de arquitectura modernista, que combina hierro, vidrio y azulejos cerámicos para crear una fachada vibrante y dinámica.
Situado entre la Plaça del Mercat y la Plaça de Ciutat de Bruges, el Mercat Central se encuentra en el corazón del centro histórico de Valencia. El mercado está rodeado por algunos de los monumentos más icónicos de la ciudad, como la Llotja de la Seda de estilo gótico tardío y la Iglesia barroca de Sant Joan del Mercat. Esta mezcla única de estilos arquitectónicos crea un entorno pintoresco y armonioso, donde el pasado y el presente coexisten sin problemas.
Antes de la construcción del Mercat Central, la Plaça del Mercat servía como un mercado al aire libre para la ciudad. A finales del siglo XIX, con el auge de las ideas higienistas y la creciente influencia de la burguesía, se hizo evidente la necesidad de un mercado cubierto. Las autoridades de la ciudad decidieron construir un gran mercado moderno, lo que requirió la compra y demolición de varias casas para crear un espacio de aproximadamente 8,000 metros cuadrados.
El Mercat Central es un edificio modernista ecléctico que combina las tradiciones constructivas catalanas con la arquitectura temprana de hierro y acero. El mercado cubre un área de forma irregular, con dos secciones principales: el área principal del mercado (6,800 metros cuadrados) y el mercado de pescado (1,700 metros cuadrados). El interior presenta largos pasillos rectos que se cruzan con dos amplias avenidas, creando un diseño espacioso y organizado.
Los techos del mercado son inclinados y presentan dos cúpulas innovadoras, una para el mercado de pescado y otra para el área principal del mercado. En la parte superior de la cúpula principal se encuentra una veleta conocida como la Cotorra del Mercat, que, dependiendo de la dirección del viento, parece comunicarse con otra veleta, el Pardalot de Sant Joan, ubicada en la iglesia cercana. La estructura de hierro que soporta los techos recuerda a las grandes arquitecturas industriales de hierro, como la Estació del Nord y el Mercat de Colom.
Las paredes perimetrales, que solo sirven como cerramientos, están adornadas con coloridos azulejos cerámicos en su base, persianas metálicas y azulejos dorados reflectantes en la parte superior. Los elementos de piedra se utilizan para las esquinas y las entradas, añadiendo un toque de solidez y elegancia a la estructura.
Joan Francesc Mira, un destacado escritor valenciano, describió el Mercat Central como una inmensa y luminosa catedral. El mercado está inundado de luz natural, lo que intensifica los colores de la mercancía y crea una atmósfera vibrante y animada. Los amplios pasillos y el diseño espacioso aseguran que los visitantes puedan moverse cómodamente sin sentirse abarrotados, haciendo que la experiencia sea agradable y placentera.
Dentro del mercado, los vendedores ofrecen una amplia variedad de productos frescos, carnes, mariscos y otras especialidades locales. El Mercat Central no es solo un lugar para comprar; es una experiencia sensorial, donde los colores, sonidos y olores de Valencia se unen en una sinfonía armoniosa. El mercado es un testimonio de las ricas tradiciones culinarias de la ciudad y su compromiso con la calidad y la frescura.
El Mercat Central es más que un mercado; es un museo viviente que muestra el patrimonio arquitectónico y cultural de Valencia. Los visitantes pueden admirar los intrincados detalles del diseño del edificio, desde los coloridos azulejos cerámicos hasta la ornamentada herrería y las vidrieras. La vibrante atmósfera del mercado y su energía animada lo convierten en un lugar perfecto para experimentar la verdadera esencia de Valencia.
Ya seas un aficionado a la historia, un entusiasta de la arquitectura o un amante de la gastronomía, el Mercat Central tiene algo que ofrecer. Tómate tu tiempo para explorar el mercado, probar las delicias locales y sumergirte en la vibrante atmósfera. El Mercat Central es una verdadera joya de Valencia, un lugar donde el pasado y el presente de la ciudad se unen en una hermosa y armoniosa mezcla.
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