La Iglesia parroquial de San Pablo, conocida localmente como Iglesia de San Pablo, es una joya arquitectónica impresionante situada en la vibrante ciudad de Zaragoza, España. A menudo referida como la tercera catedral de Zaragoza, esta histórica iglesia es un testimonio del rico patrimonio cultural y religioso de la ciudad. Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, mostrando una mezcla de estilos gótico y mudéjar que han evolucionado a través de sucesivas expansiones y renovaciones a lo largo de los siglos.
La historia de la Iglesia parroquial de San Pablo está profundamente entrelazada con el crecimiento y desarrollo del barrio de San Pablo, también conocido como El Gancho. A finales del siglo XIII, la creciente población de esta área hizo necesaria la construcción de un lugar de culto más grande. Así, en 1284, se demolió la antigua ermita románica de San Blas para dar paso a la nueva iglesia gótico-mudéjar, que se completó a mediados del siglo XIV.
Originalmente, la iglesia contaba con una sola nave con capillas ubicadas entre sus contrafuertes y un ábside poligonal. Sin embargo, a medida que el barrio continuaba creciendo, también lo hacía la iglesia. En el siglo XV, se añadieron dos naves adicionales, envolviendo la estructura original e integrando la torre, que inicialmente estaba unida al extremo occidental de la iglesia. Esta expansión transformó la iglesia en un espacio complejo y variado, reflejando las influencias arquitectónicas y culturales de diferentes épocas.
Una de las características más impresionantes de la Iglesia parroquial de San Pablo es su torre mudéjar, una obra maestra octogonal que se erige como uno de los mejores ejemplos de arquitectura mudéjar en Zaragoza. El diseño intrincado de la torre incluye dos cuerpos concéntricos, con una escalera que serpentea entre ellos, ofreciendo vistas panorámicas de la ciudad. El exterior de la torre está adornado con elementos decorativos como arcos apuntados, frisos de rombos y arcos entrelazados, todos elaborados en ladrillo en el estilo tradicional mudéjar.
Las secciones inferiores de la torre están ocultas dentro de la iglesia, revelándose solo desde el interior. Las secciones superiores, visibles desde el exterior, presentan una serie de arcos apuntados y ventanas geminadas que aumentan la grandeza de la torre. La torre culmina en una esbelta aguja cónica coronada con un pequeño tambor y una bola, un diseño que fue renovado en 1849 por José Yarza y Miñana.
Al entrar en la Iglesia parroquial de San Pablo, los visitantes son recibidos por una impresionante variedad de tesoros artísticos y arquitectónicos. El retablo mayor, elaborado por el renombrado escultor Damián Forment entre 1511 y 1531, es una verdadera obra maestra. Este retablo de madera dorada y policromada presenta una hornacina central que alberga una estatua de San Pablo, el santo patrón de la iglesia. Encima de esto, un óculo sirve como sagrario, mientras que la sección superior representa una escena del Calvario. Las intrincadas tallas y las decoraciones renacentistas del retablo lo convierten en un punto focal del interior de la iglesia.
La iglesia también cuenta con una rica colección de capillas, cada una con su propio carácter e historia únicos. Las capillas del lado sur, añadidas entre los siglos XVI y XVIII, exhiben una variedad de estilos arquitectónicos, desde el Renacimiento hasta el Barroco. Estas capillas están adornadas con bóvedas de nervaduras estrelladas, cúpulas y linternas, creando una experiencia visualmente cautivadora para los visitantes.
El portal norte, conocido como la Puerta de la Tramontana o Puerta del Santo Cristo, es otro de los puntos destacados de la Iglesia parroquial de San Pablo. Este portal gótico, elaborado en alabastro en el siglo XV, presenta un arco rebajado flanqueado por estatuas de San Pedro y San Pablo. Sobre el arco, un tímpano representa a un Cristo sentado flanqueado por San Juan y la Virgen María, junto con otros santos. Las intrincadas tallas y los detalles góticos del portal evocan comparaciones con el portal de la Seo de Huesca.
Además del portal norte, la entrada principal de la iglesia en el lado sur sufrió renovaciones en los siglos XVII y XVIII. Esta entrada presenta un arco semicircular con pilastras toscanas y una estatua de Nuestra Señora del Pópulo en una hornacina sobre la puerta. El diseño grandioso de la entrada se completa con un entablamento de metopas y jarrones flanqueantes, todos elaborados en piedra.
El presbiterio, la sacristía y el coro de la Iglesia parroquial de San Pablo son igualmente dignos de mención. El presbiterio alberga una notable pintura al óleo de Jerónimo Cósida, que representa la Inmaculada Concepción rodeada de patriarcas del Antiguo Testamento y doctores de la Iglesia. El frontal del altar, elaborado por José Godó y Bernardo Garro en 1720, presenta intrincados trabajos en plata que representan la decapitación de San Pablo y otras escenas religiosas.
La sacristía, ubicada en la esquina sureste de la iglesia, se accede a través de una puerta de yeso bellamente elaborada del siglo XVI. La sección superior de la puerta presenta un medallón con la imagen de San Pablo. El coro, completado bajo la dirección de Jerónimo Cósida entre 1569 y 1572, incluye sillería de madera intrincadamente tallada y un órgano inspirado en los de la Catedral de La Seo de Zaragoza. La reja de bronce del coro, añadida entre 1727 y 1752, realza aún más su grandeza.
Declarada monumento nacional en 1931 e incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2001, la Iglesia parroquial de San Pablo es más que un edificio histórico. Es un monumento vivo que continúa sirviendo a las necesidades espirituales y culturales de los residentes y visitantes de Zaragoza. Sus muros resuenan con las historias de siglos pasados, ofreciendo una visión del rico tapiz de la historia y el patrimonio de Zaragoza.
Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero curioso, una visita a la Iglesia parroquial de San Pablo promete ser una experiencia inolvidable. Al explorar sus sagrados pasillos, serás transportado en el tiempo, maravillándote con la artesanía y la devoción que han dado forma a esta notable iglesia en el tesoro que es hoy en día.
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