La Misión Santa Cruz, situada en la pintoresca colina de la misión en Santa Cruz, California, es una fascinante mezcla de historia, cultura y belleza serena. Fundada el 28 de agosto de 1791 por el Padre Fermín Francisco de Lasuén, esta misión ocupa un lugar especial en la historia colonial española de California. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura, o simplemente un viajero curioso, la Misión Santa Cruz ofrece una experiencia rica e inmersiva que seguramente dejará una impresión duradera.
La historia de la Misión Santa Cruz comienza con su establecimiento cerca del pueblo Uypi de Aulintak, cerca de la desembocadura del río San Lorenzo. Los hermanos franciscanos inicialmente montaron una tienda temporal para el culto, con el objetivo de llevar el cristianismo a los pueblos locales Awaswas. Nombrada en honor a la fiesta de la Exaltación de la Cruz, los primeros años de la misión estuvieron marcados por desafíos, incluyendo una inundación significativa que llevó a su reubicación a un terreno más alto en la colina de la misión en 1793.
El propósito principal de la misión era convertir a los indígenas Amah Mutsun, quienes luego fueron acompañados por los Yokuts del este. A pesar de su tamaño relativamente pequeño en comparación con otras misiones de California, la Misión Santa Cruz jugó un papel crucial en la transformación espiritual y cultural de la región. Incluso fue testigo de la primera autopsia en Alta California, subrayando su importancia en la narrativa histórica más amplia.
La historia de la Misión Santa Cruz no está exenta de tumultos. En 1797, se fundó el pueblo secular de Branciforte al otro lado del río San Lorenzo, para consternación de los padres de la misión. Se acusó a los colonos de Branciforte de participar en actividades que tentaban a los acólitos nativos de la misión a desertar, lo que llevó a tensiones entre las dos comunidades.
Uno de los eventos más dramáticos en la historia de la misión ocurrió el 12 de octubre de 1812, cuando el Padre Andrés Quintana fue trágicamente estrangulado por neófitos de la misión. Este acto de rebelión fue una respuesta a sus métodos disciplinarios severos, incluyendo el uso de un látigo con punta de metal. La misión también enfrentó amenazas externas, como la advertencia de un ataque por parte del corsario argentino Hipólito Bouchard en 1818, lo que llevó a una evacuación temporal.
El declive de la Misión Santa Cruz comenzó a mediados del siglo XIX. La pared frontal de la misión de adobe, construida en 1794, fue destruida por el terremoto de Fort Tejon en 1857. Se añadió una fachada de madera y la estructura fue reutilizada para otros fines. En 1889, se construyó la actual Iglesia de la Santa Cruz de estilo gótico en el sitio de la iglesia original de la misión, incorporando parte del santuario y cementerio originales.
Hoy en día, la Iglesia de la Santa Cruz sigue siendo una parroquia activa de la Diócesis de Monterey, y una réplica a escala reducida de la capilla, construida en la década de 1930, se encuentra cerca. Esta réplica, diseñada basándose en una pintura de 1876 de Léon Trousset, sirve como un recordatorio conmovedor de la importancia histórica de la misión. La capilla se utiliza principalmente para servicios privados, misas diarias y oraciones matutinas, ofreciendo a los visitantes una visión de la vida espiritual de la misión.
El único edificio original de adobe que sobrevive, un dormitorio para residentes nativos americanos, ha sido meticulosamente restaurado y ahora forma parte del Parque Histórico Estatal de la Misión Santa Cruz. Conocido como el Adobe Neary-Rodriguez, esta estructura ofrece una ventana fascinante a las vidas de las familias indígenas que vivieron y trabajaron en la misión. El parque en sí es un Monumento Histórico de California y un Distrito Histórico de los Estados Unidos, subrayando su importancia cultural e histórica.
Los visitantes del parque pueden explorar el adobe restaurado, que alberga un museo con artefactos y exhibiciones relacionadas con la historia de la misión. El museo ofrece una visión completa del papel de la misión en la región, desde su fundación hasta su eventual declive y transformación. El parque también cuenta con un monumento y un jardín de plantas nativas, proporcionando un espacio tranquilo para la reflexión y la contemplación.
La Misión Santa Cruz guarda más que sus estructuras visibles. En 1978, se descubrieron los cimientos de piedra de un adobe no identificado, denominado el Adobe Perdido, en el borde este de la colina de la misión. Las excavaciones arqueológicas revelaron la presencia de cimientos estructurales de más de 18 habitaciones, lo que sugiere que el adobe albergaba a la comunidad neófita de familias Yokuts y Ohlone en las décadas de 1820 y 1830. Aunque no quedan restos del Adobe Perdido hoy en día, su descubrimiento añade otra capa a la rica narrativa histórica de la misión.
Otra característica intrigante de la Misión Santa Cruz es el túnel ferroviario de vía única oculto que corre por debajo de ella. Construido en 1876 por el Ferrocarril de la Costa del Pacífico Sur, este túnel desvió el tráfico ferroviario del concurrido corredor del centro. El túnel sigue siendo una línea ferroviaria activa, conectando Santa Cruz con Felton y ofreciendo una visión única de la historia del transporte en la región.
La Misión Santa Cruz es más que un monumento histórico; es un testimonio del legado perdurable del pasado colonial español de California. Sus paredes resuenan con historias de triunfo y tragedia, de fe y resistencia. Mientras paseas por sus terrenos, exploras su museo y reflexionas en su capilla, te transportarás en el tiempo, ganando una apreciación más profunda por el rico tapiz de historia que ha dado forma a esta notable misión. Ya seas un aficionado a la historia, un entusiasta cultural, o simplemente buscando un retiro pacífico, la Misión Santa Cruz es un destino que promete cautivar e inspirar.
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