Can Rigalt, también conocido como Can Barnola, es una encantadora masía del siglo XVIII situada en Sant Adrià de Besòs, un municipio en las afueras de Barcelona. Esta histórica masía catalana es un testimonio del rico pasado agrícola de la región y ofrece a los visitantes una visión del patrimonio arquitectónico y cultural de Cataluña.
Construida originalmente en el siglo XVIII, Can Rigalt se levantó en una época en la que Sant Adrià de Besòs experimentaba un auge demográfico. Este aumento de población llevó a la creación de numerosas masías en la zona. Sin embargo, Can Rigalt es la única que ha perdurado a lo largo del tiempo, convirtiéndose en el edificio más antiguo del municipio.
Inicialmente, la masía se utilizó para fines agrícolas y fue el hogar de la familia Rigalt desde mediados del siglo XVIII. La familia Rigalt, que más tarde se unió por matrimonio a la familia Gerona, desempeñó un papel importante en la comunidad local. En el siglo XIX, la propiedad pasó a manos de la familia Barnola-Bassols a través de otra alianza matrimonial.
En 2001, surgió una controversia cuando los antiguos propietarios retiraron el escudo heráldico de la fachada de la masía. Gracias a los esfuerzos de la asociación local Dones del Futur y del arquitecto Joan Bassegoda, el escudo fue reinstalado en 2003. Este evento llevó al entonces alcalde, Jesús Maria Canga, a expresar la intención del municipio de adquirir la propiedad. Finalmente, en 2005, el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs compró Can Rigalt por 1,1 millones de euros, con planes de destinarlo a usos culturales.
Al acercarse a Can Rigalt, se puede apreciar su estilo arquitectónico tradicional, con una planta baja, un piso superior y un ático. La masía se encuentra en la avenida Pi i Margall, en la esquina con la calle Major, y está rodeada por un pequeño jardín adornado con una palmera y otros tipos de árboles. Este sereno jardín ofrece un refugio tranquilo en medio del bullicio urbano.
La fachada de Can Rigalt está adornada con un escudo de piedra blanca de Montjuïc, que fue retirado en 2001 y reinstalado en 2003. Este escudo heráldico, esculpido en un bloque de arenisca, está dividido diagonalmente, con un león rampante en la parte superior derecha y dos bandas diagonales onduladas en la parte inferior izquierda. El escudo está coronado con un casco adornado con plumas y rodeado de hojas, indicando el estatus noble de los antiguos propietarios de la masía. Aunque la casa está asociada con la familia Rigalt, el escudo se identifica como perteneciente a la familia Gerona, que tenía lazos familiares con los Rigalt desde mediados del siglo XVIII.
Después de que el Ayuntamiento adquiriera Can Rigalt en 2005, los planes para su rehabilitación se pospusieron hasta 2007. Sin embargo, no fue hasta 2015 que finalmente comenzaron los trabajos de restauración. Los esfuerzos de restauración se centraron en reemplazar los techos antiguos, preservando tantas tejas originales como fuera posible, reparando vigas deterioradas y reforzando una pared de carga en el piso superior. Además, se retiraron los antiguos depósitos de agua del techo y se instaló un nuevo tanque de mayor capacidad en la planta baja.
Hoy en día, Can Rigalt se erige como un centro cultural, albergando diversos eventos y actividades que celebran la rica historia y patrimonio de Sant Adrià de Besòs. La combinación única de encanto histórico y funcionalidad moderna de la masía la convierte en un destino popular tanto para locales como para turistas.
Los visitantes de Can Rigalt pueden sumergirse en la historia de la región, explorando las características arquitectónicas que han resistido el paso del tiempo. El sereno jardín de la masía ofrece un entorno tranquilo para paseos relajados, mientras que los espacios interiores ofrecen una visión del pasado a través de artefactos y exhibiciones cuidadosamente preservados.
Una visita a Can Rigalt es un viaje en el tiempo, ofreciendo una perspectiva única sobre el patrimonio agrícola y arquitectónico de Cataluña. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente busques un refugio tranquilo, Can Rigalt promete una experiencia enriquecedora e inolvidable. Así que, la próxima vez que te encuentres en Sant Adrià de Besòs, asegúrate de hacer un desvío hacia esta joya histórica y descubrir por ti mismo el encanto de Can Rigalt.
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