En el corazón del distrito de Puente de Vallecas en Madrid, dentro del barrio obrero de Entrevías, se encuentra un edificio modesto pero de gran importancia histórica conocido como Peironcely 10. Esta estructura discreta, construida a principios del siglo XX, guarda en sus paredes historias de resistencia y tragedia que han dejado una huella imborrable en la historia de España.
Peironcely 10, también conocida en español como Casa de Peironcely 10, ganó reconocimiento internacional durante la Guerra Civil Española. En noviembre de 1936, el edificio fue inmortalizado por el lente del renombrado fotógrafo de guerra Robert Capa. Su fotografía, que capturó las secuelas de los bombardeos por la aviación alemana e italiana en apoyo a las fuerzas nacionalistas, se convirtió en una imagen icónica que simboliza los horrores de la guerra y la vulnerabilidad de los civiles, especialmente los niños.
La fotografía, que apareció por primera vez en publicaciones como la revista Regards y la Zürcher Illustrierte, mostró la devastación causada por los bombardeos en el barrio obrero. La imagen del edificio bombardeado con niños jugando entre los escombros destacó de manera conmovedora el costo humano del conflicto. Este fue el primer caso en la historia en que una capital europea experimentó bombardeos aéreos sistemáticos, un oscuro presagio del terror generalizado que más tarde envolvería al continente durante la Segunda Guerra Mundial.
Construido en 1927, Peironcely 10 es un ejemplo de arquitectura neomudéjar, un estilo comúnmente utilizado para viviendas obreras en la España de principios del siglo XX. El edificio consta de una sola planta dividida en 14 pequeños apartamentos, cada uno de aproximadamente 25 metros cuadrados. Los apartamentos están dispuestos alrededor de patios interiores, proporcionando un espacio comunitario para los residentes.
El exterior del edificio, con su tono rosado y ladrillos expuestos, cuenta una historia de tiempo y abandono. A pesar de su importancia histórica, Peironcely 10 ha caído en el deterioro. Los residentes, muchos de los cuales son familias de bajos ingresos, han tenido que lidiar con paredes desmoronadas, pintura descascarada y la amenaza constante del asbesto de viejas tuberías de fibrocemento. El propietario del edificio ha descuidado en gran medida su mantenimiento, dejando a los inquilinos a su suerte.
A pesar de estos desafíos, el edificio sigue siendo una parte vital de la comunidad. Los residentes han mostrado una notable resistencia, reparando agujeros y arreglándoselas con lo que tienen. Su lucha subraya los problemas más amplios de vivienda y desigualdad social en el Madrid moderno.
En los últimos años, los esfuerzos para preservar Peironcely 10 han ganado impulso. En 2010, el fotógrafo José Latova redescubrió el edificio, despertando un renovado interés en su importancia histórica. La Fundación Anastasio de Gracia lanzó una campaña en 2017 para salvar el edificio de la demolición después de que el propietario solicitara un permiso para derribarlo.
La campaña, conocida como #SalvaPeironcely10, ha recibido apoyo de diversas partes, incluyendo figuras prominentes como el historiador Ian Gibson y el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel. La iniciativa también ha contado con el respaldo de organizaciones internacionales como el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, el Instituto Goethe y la Fundación Rosa Luxemburg.
La visión para el futuro de Peironcely 10 es transformarlo en un museo dedicado a la memoria de los bombardeos durante la Guerra Civil Española. El museo propuesto contaría con un espacio de exposición de 258 metros cuadrados, una sala de 43 metros cuadrados para proyecciones y conferencias, y una recreación de uno de los apartamentos originales. Esto ofrecería a los visitantes una visión de la vida diaria de los residentes del edificio durante uno de los períodos más oscuros de la historia de España.
En diciembre de 2019, Peironcely 10 fue incluido en el Catálogo de Elementos Protegidos de la Comunidad de Madrid, asegurando su estatus como un hito cultural e histórico. El uso del edificio fue oficialmente cambiado de residencial a cultural, allanando el camino para su transformación en un museo.
El Ayuntamiento de Madrid ha tomado medidas para expropiar la propiedad, con planes para reubicar a los actuales residentes en viviendas más adecuadas. Aunque el proceso ha enfrentado retrasos y desafíos, el objetivo sigue siendo preservar Peironcely 10 como un testimonio de la resistencia del espíritu humano y un recordatorio de los horrores de la guerra.
Para aquellos interesados en la historia, Peironcely 10 ofrece una experiencia única y conmovedora. Aunque el edificio en sí puede no ostentar la grandeza de otros monumentos más famosos, su importancia radica en las historias que guarda y las vidas que ha tocado. Una visita a Peironcely 10 es una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de la guerra en la gente común y para honrar la memoria de quienes la vivieron.
A medida que continúan los esfuerzos para preservar y transformar Peironcely 10, este se erige como un símbolo de esperanza y resistencia frente a la adversidad. Ya sea que seas un entusiasta de la historia o simplemente tengas curiosidad por las historias ocultas de Madrid, Peironcely 10 es un lugar que vale la pena explorar, ofreciendo un poderoso recordatorio del pasado y una luz de esperanza para el futuro.
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