En el corazón de Poissy, Francia, se encuentra una maravilla arquitectónica que narra una historia de innovación, resiliencia y renacimiento. La Maison de Fer, o Casa de Hierro, es un testimonio de la ingeniosidad del siglo XIX y del espíritu perdurable de la conservación. Esta estructura única, construida en 1896, es una de las diez casas de hierro en Francia, erigida utilizando la técnica pionera de planchas de hierro estampado desarrollada por Joseph Danly. A lo largo de los años, ha vivido épocas de esplendor, abandono y rejuvenecimiento, convirtiéndose en un destino fascinante para los entusiastas de la historia y los viajeros curiosos.
La Maison de Fer fue encargada por Georges F. de Coninck y su esposa Isabelle S. Winslow. Originalmente se encontraba en la intersección de la Avenue de la Maladrerie y la Rue du Champ-Gaillard. La casa fue un producto de las Forges d’Hautmont, encarnando el espíritu industrial de la época. Su construcción en 1896 marcó un hito significativo en la innovación arquitectónica, ya que utilizó planchas de hierro estampado, un material y una técnica revolucionarios en ese momento.
Durante décadas, la casa fue una residencia apreciada. Después de Georges F. de Coninck, fue habitada por su sobrina, Anne Mary Renée de Coninck, y su esposo, Raymond Lerch, hasta mediados de la década de 1940. La casa cambió de manos varias veces, con cada propietario añadiendo su toque personal. Un propietario notable fue el anticuario italiano Giancarlo Baroni, quien junto con su esposa Jennifer Yates, decoraron meticulosamente la casa y mantuvieron su jardín, plantando un rosal y árboles en honor a sus hijos.
A pesar de su importancia histórica, la Maison de Fer enfrentó numerosos desafíos. En 1980, fue tasada y puesta en venta, pero no hubo compradores interesados debido a su estado ruinoso. Al año siguiente, el estado expropió la propiedad para dar paso a la construcción de la autopista A14. Esto marcó el comienzo de un período de abandono y degradación para la casa.
En junio de 1981, un incendio devastó el edificio, destruyendo el campanario y dañando gravemente el techo y la estructura. La casa se convirtió en un punto caliente para el vandalismo y el robo, con sus chimeneas destruidas, los aparatos sanitarios y de calefacción robados, y la carpintería dañada. A pesar de estos contratiempos, el Arquitecto de Edificios de Francia se opuso a cualquier plan de demolición, abogando por la preservación de esta estructura única.
A principios de la década de 2000, los esfuerzos para salvar la Maison de Fer cobraron impulso. La asociación de Amigos de la Casa de Hierro se estableció en 2011, y se dieron los primeros pasos para evaluar el estado del sitio. Para 2015, la casa se había convertido en el tema de un documental, destacando su importancia histórica y arquitectónica.
En 2016, la ciudad de Poissy adquirió los restos de la Maison de Fer por un euro simbólico. Se planificó desmontar y trasladar la casa al Parque Meissonier, donde sería reconstruida y reutilizada como un centro de interpretación arquitectónica y patrimonial. El proceso de desmontaje fue meticuloso, con una parte significativa de los materiales originales siendo rescatados para su reutilización en la reconstrucción.
La reconstrucción de la Maison de Fer fue una tarea monumental, requiriendo esfuerzos financieros y logísticos sustanciales. El proyecto, inicialmente estimado en dos millones de euros, eventualmente ascendió a 3.3 millones de euros. La financiación provino de diversas fuentes, incluyendo suscripciones públicas, subvenciones estatales y contribuciones de autoridades regionales y locales.
Para diciembre de 2018, se colocó la primera piedra de la reconstruida Maison de Fer en presencia de dignatarios locales. El proyecto tenía como objetivo retener la mayor cantidad posible de material original, reutilizando aproximadamente el 30% de las planchas de hierro originales. El objetivo era crear un centro cultural y patrimonial que sirviera como testimonio del espíritu innovador de finales del siglo XIX y la resiliencia de la comunidad que luchó por preservarlo.
El 19 de septiembre de 2020, la Maison de Fer fue inaugurada oficialmente en su nueva ubicación dentro del Parque Meissonier. La casa restaurada ahora sirve como un centro de interpretación arquitectónica y patrimonial, ofreciendo a los visitantes una visión del pasado y de las técnicas innovadoras que marcaron la era industrial. Es un símbolo de resiliencia, mostrando la dedicación de la comunidad para preservar su patrimonio histórico.
Visitar la Maison de Fer es un viaje en el tiempo, ofreciendo perspectivas sobre los avances arquitectónicos de finales del siglo XIX y los desafíos de la preservación en la era moderna. Es un lugar donde la historia y la innovación convergen, invitando a los visitantes a explorar y apreciar el legado perdurable de esta notable estructura.
Ya seas un aficionado a la historia, un entusiasta de la arquitectura o simplemente un viajero curioso, la Maison de Fer en Poissy es un destino que no puedes dejar de visitar. Su historia de innovación, abandono y renacimiento es un testimonio del espíritu perdurable de la conservación y la importancia de salvaguardar nuestro patrimonio arquitectónico para las futuras generaciones.
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