La Iglesia de San Bartolomé, conocida localmente como Kostel svatého Bartoloměje, se erige como uno de los monumentos más destacados en la encantadora ciudad de Pardubice, República Checa. Esta magnífica iglesia católica romana, situada cerca del corazón histórico de la ciudad en la esquina de la Plaza de la República (náměstí Republiky) y la Calle de la Iglesia (Kostelní ulice), atrae a los visitantes con su rica historia, esplendor arquitectónico y ambiente sereno.
La Iglesia de San Bartolomé tiene una historia que se remonta a finales del siglo XIII. La primera mención de la iglesia aparece en una bula papal emitida por el Papa Bonifacio VIII en 1295. Inicialmente, la iglesia sirvió como sede de los monjes Cyriac, que llegaron a Pardubice alrededor de 1256. La ubicación original de la iglesia y sus edificios adyacentes sigue siendo algo misteriosa, pero se cree que estaba situada al sur y sureste de la estructura actual, en una zona conocida como Pardubičky.
En 1421, la iglesia sufrió un golpe devastador cuando fue incendiada por los husitas. No fue hasta principios del siglo XVI que la iglesia comenzó a resurgir de las cenizas, gracias a los esfuerzos de Guillermo de Pernštejn. Bajo su dirección, la iglesia fue reconstruida en estilo gótico tardío, con una amplia nave de tres pasillos, un presbiterio y un distintivo techo alto a dos aguas.
La Iglesia de San Bartolomé es una joya arquitectónica que fusiona elementos de diferentes épocas. El exterior de la iglesia está dominado por su imponente techo a dos aguas, adornado con pequeños frontones a lo largo de sus bordes. La línea del techo está rematada por una alta aguja, lo que añade a la apariencia majestuosa de la iglesia.
La iglesia se compone de tres partes principales: el presbiterio, la nave de tres pasillos en forma de salón y el vestíbulo. El presbiterio está cerrado por cinco lados de un octágono, con una sacristía en el lado norte. El vestíbulo moderno, añadido a principios del siglo XX, se sitúa frente a la fachada occidental, acompañado por una capilla semicircular al norte.
Uno de los rasgos más llamativos de la iglesia es el portal renacentista intrincadamente tallado en el lado norte, que data de 1519. Este portal se accede a través de un puente sobre un elemento de agua artificial, añadiendo un toque de encanto a la entrada. Un segundo portal se encuentra en el lado sur de la iglesia.
Al atravesar el portal occidental, te recibe un vestíbulo que se integra perfectamente en la nave y la capilla al norte. La capilla, con su planta circular y techo abovedado, es un espacio sereno que alberga un confesionario. El techo del vestíbulo presenta una bóveda de crucería apoyada por costillas de piedra que convergen en pilares, creando una entrada visualmente impresionante.
La nave principal, con su estructura ancha en forma de salón, está cubierta por una bóveda de crucería apoyada por cuatro pilares. Las costillas están adornadas con los escudos de armas de la familia Pernštejn, añadiendo un toque de importancia histórica a los detalles arquitectónicos. La nave también alberga un púlpito, una galería de tres brazos con un órgano y una balaustrada bellamente decorada.
A lo largo de su historia, la Iglesia de San Bartolomé ha jugado un papel significativo en la vida de los habitantes de Pardubice. En el siglo XVI, sirvió como el segundo lugar de entierro para la familia Pernštejn, una de las familias nobles más influyentes en las tierras checas. El interior de la iglesia presenta varios elementos notables, incluyendo un portal gótico tardío que conduce a la sacristía, un edículo pintado renacentista y un arco triunfal adornado con frescos de ángeles.
Una de las piezas de arte más notables dentro de la iglesia es el Calvario, creado entre 1736 y 1737, que originalmente se encontraba en la ahora demolida Capilla Negra (Černá kaple). El pasillo sur presenta una vidriera de B. Dvořák y una pila bautismal de estilo gótico, el artefacto más antiguo que se conserva en la iglesia, que data de 1515. El altar principal, dedicado a San Bartolomé, combina elementos barrocos y clasicistas, creando un centro visualmente cautivador.
A lo largo de los siglos, la Iglesia de San Bartolomé ha pasado por varias restauraciones y renovaciones para preservar su belleza y significado histórico. A principios del siglo XIX, se llevaron a cabo reparaciones extensivas, incluyendo el reemplazo de la aguja y cambios en el interior. La renovación más significativa tuvo lugar en 1912, dirigida por el arquitecto Boža Dvořák. Esta renovación incluyó la expansión de la iglesia en el lado occidental, la reconstrucción de la sacristía y la adición de vidrieras faltantes en el presbiterio, la nave y el vestíbulo.
Visitar la Iglesia de San Bartolomé es un viaje en el tiempo, ofreciendo una visión de la rica historia y el esplendor arquitectónico de Pardubice. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente busques un momento de tranquilidad, esta iglesia tiene algo que ofrecer. Mientras exploras sus sagrados pasillos, tómate un momento para apreciar la artesanía, el significado histórico y el ambiente sereno que hacen de la Iglesia de San Bartolomé una verdadera joya en el corazón de Pardubice.
En conclusión, la Iglesia de San Bartolomé se erige como un testimonio de la resistencia y el talento artístico de las personas que la construyeron y preservaron a lo largo de los siglos. Sus paredes resuenan con las historias del pasado, invitando a los visitantes a sumergirse en el rico tapiz de historia y cultura que define este notable monumento.
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