St. Georg en Neubrandenburg es una joya fascinante de la arquitectura gótica temprana situada justo fuera de la Puerta de Treptow de la ciudad. Esta encantadora capilla de ladrillo, que data de la primera mitad del siglo XV, es la única sobreviviente de tres capillas medievales que una vez se alzaron fuera de las puertas de Neubrandenburg. Con su rica historia y características arquitectónicas únicas, St. Georg ofrece una mirada intrigante al pasado.
Originalmente parte de un complejo hospitalario medieval, St. Georg desempeñó un papel vital en el cuidado de los peregrinos que regresaban de sus viajes, a menudo afligidos por la lepra u otras enfermedades contagiosas. Con el tiempo, la capilla y sus edificios circundantes sirvieron para diversos propósitos, incluyendo el alojamiento de víctimas de la peste y, más tarde, ciudadanos ancianos de Neubrandenburg. Para el siglo XVIII, los edificios del hospital fueron reutilizados como viviendas residenciales, y hoy en día, funcionan como un encantador hotel y restaurante.
Después de una meticulosa restauración completada en 1994, St. Georg fue reabierta al público. La capilla ahora alberga servicios ocasionales, bodas e incluso eventos musicales, ofreciendo un entorno sereno e histórico para tales reuniones. La presencia perdurable de la capilla también está inmortalizada en un dibujo del renombrado pintor Caspar David Friedrich, creado el 29 de mayo de 1806.
La arquitectura de la capilla es un testimonio de la elegancia del diseño gótico temprano. Construida sobre una sólida base de piedra de campo, la estructura rectangular sin bóveda mide 10.90 metros de longitud y 5.70 metros de ancho. Su techo a cuatro aguas está coronado por una torre de madera con estructura cuadrada, completa con una linterna octogonal y capucha, reconstruida en 1994 para reflejar su forma del siglo XVIII.
Frisos decorativos adornan el ladrillo de la capilla, incluyendo un friso de cuatro hojas en capas bajo los aleros y una doble banda alemana debajo de las ventanas. Las paredes norte y oeste presentan portales de arco apuntado con marcos intrincadamente perfilados, mientras que la pared este muestra dos ventanas de arco apuntado enmarcadas por nichos ciegos. Debajo del nicho central, un nicho de arco segmentado probablemente albergó una representación pictórica, añadiendo al atractivo histórico de la capilla.
En el interior, la simplicidad de la capilla se acentúa por amplios nichos de arco apuntado que dividen el espacio. Una característica única es el relicario de roble incrustado en un pilar de la pared noreste, ofreciendo una visión de la importancia religiosa de la capilla. Colgado en una ventana norte hay un fragmento de vidriera del siglo XIV, que representa la cabeza de un hombre con barba, un artefacto raro y cautivador.
Originalmente, St. Georg contaba con un retablo tríptico adornado con tallas y pinturas. Aunque esta obra maestra ahora reside en la nave lateral de la Iglesia de St. Johannis, su ausencia no disminuye el encanto y el valor histórico de la capilla.
Visitar St. Georg es como retroceder en el tiempo, donde cada ladrillo y arco susurra historias del pasado. La capilla se erige como un testimonio de la resiliencia del patrimonio de Neubrandenburg, habiendo resistido siglos de cambio y transformación. Su ambiente sereno y aura histórica lo convierten en una visita obligada para cualquiera que explore la región.
Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente busques un retiro pacífico, St. Georg ofrece una experiencia única. Mientras deambulas por sus sagrados pasillos, te encontrarás transportado a una era donde la fe, la comunidad y el arte convergieron para crear este monumento perdurable.
En conclusión, St. Georg en Neubrandenburg no es solo una capilla; es un símbolo de la rica historia y patrimonio cultural de la ciudad. Sus muros resuenan con las vidas e historias de aquellos que buscaron consuelo en su interior, convirtiéndolo en un destino imperdible para los visitantes de este encantador pueblo alemán.
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