En el bullicioso corazón de Marsella, donde la ciudad antigua se encuentra con la metrópolis moderna, se erige una monumental puerta que narra historias de historia, triunfo y esplendor arquitectónico. La Porte d'Aix, un exquisito arco de triunfo, sirve no solo como una entrada física, sino también como un umbral simbólico hacia el rico tapiz cultural de esta vibrante ciudad francesa.
Los orígenes de la Porte d'Aix se remontan a 1784, cuando la ciudad de Marsella decidió conmemorar el fin de la Guerra de Independencia de Estados Unidos y honrar al rey Luis XVI. Inicialmente planeado para celebrar la paz, el proyecto enfrentó numerosos retrasos, especialmente durante el tumultuoso período de la Revolución Francesa. No fue hasta 1823 que el proyecto fue revivido, esta vez para celebrar las campañas militares del Duque de Angulema en España, que restauraron al rey Fernando VII en el trono español.
La primera piedra fue colocada el 4 de noviembre de 1825, en medio de mucha fanfarria y ceremonia. El arco fue diseñado por Michel-Robert Penchaud, quien se inspiró en los arcos de triunfo romanos clásicos, específicamente en el Arco de Tito en Roma. Sin embargo, la finalización del arco se vio afectada por los frecuentes cambios de régimen político en Francia. No fue hasta 1839 que el arco se completó finalmente bajo el reinado del rey Luis Felipe I, con un diseño final que reflejaba una celebración más generalizada de las victorias militares en lugar de campañas específicas.
La Porte d'Aix es un impresionante ejemplo de arquitectura neoclásica, con un gran arco único flanqueado por columnas corintias y adornado con intrincados bajorrelieves. La estructura principal está construida de una piedra caliza pálida que brilla bajo el sol mediterráneo, dando al arco una apariencia majestuosa y atemporal.
Las esculturas decorativas en el arco fueron obra de dos destacados artistas de la época: David d'Angers y Jules Ramey. La fachada norte, adornada por David d'Angers, presenta bajorrelieves que representan las victorias en Fleurus y Heliópolis. Estas escenas están llenas de detalles, mostrando momentos dramáticos de rendición y triunfo. En la fachada sur, el trabajo de Jules Ramey ilustra las batallas de Austerlitz y Marengo, capturando el valor y heroísmo de los soldados napoleónicos.
Al acercarse a la Porte d'Aix, lo primero que impresiona es la grandiosidad de su escala y la meticulosa artesanía. El arco está coronado por ocho estatuas, cada una representando virtudes como la Prudencia, la Resignación y la Fuerza, consideradas cualidades esenciales para cualquier régimen. Estas estatuas, originalmente talladas en piedra, fueron restauradas más tarde con concreto reforzado debido al deterioro del material original.
Los bajorrelieves en el arco cuentan historias de gran significado histórico. En el pilar occidental de la fachada norte, se puede ver la representación de la victoria en Fleurus, donde el General francés Jourdan se niega noblemente a desarmar al derrotado Mariscal de Saxe Cobourg. El pilar oriental muestra la Batalla de Heliópolis, con el General Kléber recibiendo la sumisión de los jefes turcos. Cada relieve es un testimonio de la habilidad artística de David d'Angers, quien logró capturar la esencia de estos momentos históricos en piedra.
El área que rodea la Porte d'Aix ha experimentado cambios significativos a lo largo de los años. Originalmente, el arco se encontraba en la entrada de la ciudad, dando la bienvenida a los viajeros que venían de Aix-en-Provence. Sin embargo, el paisaje urbano ha evolucionado, especialmente con la construcción de la autopista A7 en 1971, que alteró dramáticamente el diseño clásico de la plaza Jules-Guesde, donde se encuentra el arco.
A pesar de estos cambios, se han realizado esfuerzos para preservar la integridad histórica de la Porte d'Aix. En 1982, el arco fue clasificado como monumento histórico, asegurando su protección y mantenimiento para que las futuras generaciones puedan admirarlo y apreciarlo.
Hoy en día, la Porte d'Aix se erige como un orgulloso símbolo de la rica historia y patrimonio cultural de Marsella. Es fácilmente accesible por transporte público, con estaciones de metro cercanas como Jules Guesde y Colbert Hôtel de Région que proporcionan un acceso conveniente. El arco es un lugar popular tanto para turistas como para locales, ofreciendo un pintoresco telón de fondo para fotografías y un espacio tranquilo para reflexionar sobre el pasado histórico de la ciudad.
Al caminar alrededor del arco, los visitantes pueden admirar las detalladas tallas e inscripciones que adornan su superficie. El área circundante, aunque modernizada, todavía retiene un sentido de importancia histórica, con restos del antiguo acueducto visibles cerca del Hôtel de Région. La yuxtaposición de lo antiguo y lo moderno crea una atmósfera única, haciendo de una visita a la Porte d'Aix una experiencia verdaderamente enriquecedora.
En conclusión, la Porte d'Aix es más que una maravilla arquitectónica; es una puerta al alma de Marsella. Su imponente presencia y detalles intrincados cuentan historias de triunfo, resiliencia y excelencia artística. Ya sea que seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o simplemente un viajero curioso, la Porte d'Aix promete dejar una impresión duradera y una apreciación más profunda por el rico patrimonio cultural de Marsella.
¡Compre sus entradas ahora!
¡Con myCityHunt descubre miles de ciudades de todo el mundo en emocionantes gymkanas, búsquedas del tesoro y juegos de escape!
¡Los vales de myCityHunt son el regalo perfecto para cualquier ocasión! ¡Sorprende a tus amigos y a la familia con este extraordinario regalo! Los vales de myCityHunt tienen una validez de 2 años a partir de la fecha de compra y pueden ser utilizados dentro de este período para una ciudad y un tour de libre elección del portafolio de myCityHunt.
Cupones de regalo