Situado en una pequeña colina conocida como Turó des Castell, el Castell de Sant Joan de Lloret, anteriormente conocido como Castillo de Lloret Castillo de San Juan, es una fortaleza histórica ubicada en la ciudad costera de Lloret de Mar en España. Este sitio notable, declarado bien cultural de interés nacional, ofrece tanto un viaje a través del tiempo como vistas impresionantes del mar Mediterráneo, convirtiéndolo en un destino imprescindible tanto para los entusiastas de la historia como para los turistas casuales.
Los orígenes del Castell de Sant Joan de Lloret se remontan al siglo XI. Los registros más antiguos de la fortaleza datan de 1041, cuando fue mencionada en un documento de donación por los vizcondes Guerau y Ermessenda a Sicardis, la nieta del vizconde de Girona y señora de Lloret. Para 1079, una capilla dedicada a San Juan fue consagrada dentro del recinto fortificado por el obispo Berenguer Guifré de Girona.
A lo largo de los siglos, el castillo fue testigo de numerosos cambios de propiedad y conflictos. Tras la muerte de Sicardis en 1104, las tierras feudales se dividieron entre sus hijos y eventualmente quedaron bajo la jurisdicción exclusiva del Capítulo Catedralicio de Girona. Durante el reinado de Pere el Grande, el castillo sufrió ataques de la armada francesa y más tarde de la flota genovesa en 1356, lo que lo dejó gravemente dañado. A pesar de los esfuerzos por restaurar la fortaleza, entró en un período de declive en el siglo XVI, cayendo finalmente en desuso.
El castillo está situado en un promontorio, con su característica central siendo la imponente torre maestra circular, de aproximadamente 18 metros de altura. Esta torre está rodeada por una gran muralla perimetral, de unos cinco metros de altura, que define el diseño triangular original del castillo, cubriendo un área de unos 500 metros cuadrados. La estructura fue construida principalmente con piedras fragmentadas y guijarros unidos con mortero de cal, dándole una apariencia robusta y duradera.
Dentro del recinto amurallado, había edificios simples de forma rectangular o trapezoidal donde vivían los señores del castillo y sus asistentes. A pesar de su simplicidad, el castillo sirvió como un importante bastión defensivo, proporcionando un punto de vista para monitorear las áreas circundantes y el cercano castillo de Sant Joan de Blanes, que forma parte de la misma línea de fortificaciones.
Los visitantes del Castell de Sant Joan de Lloret pueden embarcarse en un paseo escénico desde el Passeig Manuel i Bernat a lo largo de la costa para llegar al castillo, o alternativamente, conducir desde la Plaça de la Riera hasta el Carrer Francesc Campedrà, y luego al Carrer Marià Fortuny, que conduce directamente al sitio. El viaje en sí es un preludio encantador a la aventura histórica que espera.
Al llegar, lo primero que captura tu atención es la torre maestra, que se alza como un testimonio del legado duradero del castillo. La muralla perimetral circundante, aunque parcialmente restaurada, ofrece un vistazo a la grandeza original del castillo. Mientras exploras los terrenos, puedes imaginar la vida de los habitantes medievales que una vez llamaron hogar a esta fortaleza.
Para principios del siglo XIX, el Castell de Sant Joan de Lloret había caído en ruinas, quedando solo la torre intacta. El castillo fue confiscado por el estado en 1855 y sufrió más daños durante el bombardeo británico en 1805. En la mitad del siglo XX, actividades de construcción no autorizadas causaron una destrucción significativa en el sitio, lo que llevó a la Asociación Española de Amigos de los Castillos a iniciar esfuerzos para salvar y restaurar las estructuras restantes.
En la década de 1960, se realizaron los primeros intentos de restauración, y excavaciones posteriores en los años 1980 y principios de los 2000 revelaron más detalles sobre el diseño original del castillo. La torre y partes de la muralla perimetral fueron restauradas, permitiendo a los visitantes apreciar la importancia histórica y la belleza arquitectónica del castillo.
Uno de los aspectos más destacados de visitar el Castell de Sant Joan de Lloret son las impresionantes vistas panorámicas que ofrece. Desde la posición elevada del castillo, puedes contemplar el mar Mediterráneo, la pintoresca ciudad de Lloret de Mar y el paisaje circundante. Este punto de vista no solo proporcionaba ventajas estratégicas para los defensores del castillo, sino que también ofrece a los visitantes modernos una experiencia visual impresionante.
La historia del castillo se revive a través de exhibiciones informativas y visitas guiadas que profundizan en su pasado histórico. Puedes aprender sobre las diversas fases de construcción, las batallas y conflictos que moldearon su destino, y los esfuerzos por preservar este tesoro cultural para las futuras generaciones.
El Castell de Sant Joan de Lloret es más que un monumento histórico; es una puerta al pasado, ofreciendo una visión de la vida medieval y la importancia estratégica de las fortificaciones costeras. Mientras caminas por sus antiguas murallas y te paras a la sombra de su torre maestra, no puedes evitar sentir una conexión con las generaciones que han pasado.
Ya sea que seas un aficionado a la historia, un entusiasta de la arquitectura o simplemente busques un destino único y pintoresco, el Castell de Sant Joan de Lloret promete una experiencia inolvidable. Su rica historia, maravillas arquitectónicas y vistas impresionantes lo convierten en una atracción de visita obligada en Lloret de Mar, España.
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