En el bullicioso corazón de L'Hospitalet de Llobregat, se encuentra un tesoro oculto de importancia arquitectónica e histórica: las Casetes Borràs. Estas encantadoras casas, situadas entre las calles Progrés, Llobregat y Albareda, son un testimonio del rico tapiz cultural de la ciudad y su respuesta a los desafíos urbanos de principios del siglo XX.
Diseñadas en 1923 por el renombrado arquitecto Ramon Puig i Gairalt, las Casetes Borràs son un destacado ejemplo del estilo Noucentista. Este conjunto arquitectónico consta de 31 casas de una sola planta, cada una con un encanto y carácter únicos. Las casas están dispuestas en un diseño de corredor, similar a los "mews" ingleses, proporcionando un ambiente de vida íntimo y comunitario.
Las fachadas de estas pintorescas viviendas están adornadas con decoraciones clasicistas, con cornisas embellecidas con dentículos y molduras con intrincados relieves vegetales. Algunas casas cuentan con urnas ornamentales y palmetas, añadiendo un toque de elegancia a sus modestos exteriores. A pesar de su pequeño tamaño, que varía entre 38 y 65 metros cuadrados, estas viviendas ofrecen un uso inteligente del espacio, incluyendo una sala de estar-comedor, tres dormitorios, una cocina y un baño, todo centrado alrededor de un pequeño patio interior.
Las Casetes Borràs fueron encargadas por el actor teatral Jaume Borràs i Oriol y construidas por el contratista José Peracaula. Fueron edificadas como respuesta a la crisis de vivienda de las décadas de 1920 y 1930, impulsada por una ola de inmigración a L'Hospitalet. Estas casas proporcionaron viviendas asequibles a familias trabajadoras, ofreciendo una alternativa práctica a los barrios de chabolas que eran comunes en ese momento.
El diseño de Puig i Gairalt fue una solución pragmática a la demanda de viviendas para trabajadores. La disposición maximizó el uso del terreno disponible, permitiendo una construcción rápida y un retorno financiero veloz. Sin embargo, el diseño también enfrentó desafíos, como problemas de ventilación y humedad, comunes en entornos tan densamente construidos.
Pasear por los estrechos corredores de las Casetes Borràs es como retroceder en el tiempo. Las casas están dispuestas en tres filas, cada una con su propio carácter distintivo. La fila norte comprende ocho casas con fachadas orientadas al corredor norte. La fila central es una doble fila, con ocho casas orientadas al norte y otras ocho al sur. Finalmente, la fila sur, compuesta por siete casas, da a la calle Albareda.
Cada casa cuenta una historia, reflejando las vidas de las familias trabajadoras que una vez las habitaron. La disposición fomenta un sentido de comunidad, con espacios compartidos y un ambiente estrechamente unido que recuerda a tiempos más simples.
Hoy en día, las Casetes Borràs están protegidas como un bien cultural de interés local y están incluidas en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Arquitectónico de L'Hospitalet de Llobregat. A pesar de los cambios urbanos que han barrido la ciudad, estas casas siguen siendo una parte vibrante de la comunidad, sirviendo tanto para fines residenciales como comerciales.
La preservación de las Casetes Borràs es un testimonio del compromiso de la ciudad con honrar su pasado mientras abraza el futuro. Son un recordatorio de la resiliencia e ingenio de las personas que las construyeron y vivieron en ellas, ofreciendo una visión de la historia social y económica de L'Hospitalet.
Para los visitantes de L'Hospitalet de Llobregat, las Casetes Borràs ofrecen una oportunidad única para explorar un aspecto menos conocido del patrimonio arquitectónico de Cataluña. La zona es fácilmente accesible y proporciona un refugio tranquilo del ajetreo y bullicio de la vida moderna de la ciudad.
Al pasear por los corredores y admirar las fachadas decorativas, tómese un momento para apreciar la combinación de funcionalidad y belleza que define este tesoro arquitectónico. Las Casetes Borràs no son solo un conjunto de casas; son un museo vivo, preservando el espíritu de una época pasada para que las generaciones futuras lo disfruten.
En conclusión, las Casetes Borràs son un destino cautivador para cualquiera interesado en la arquitectura, la historia o la evolución cultural de los espacios urbanos. Ofrecen una ventana al pasado, mostrando el legado perdurable de la innovación arquitectónica y el espíritu comunitario de L'Hospitalet. Una visita aquí no es solo un viaje a través de la historia, sino una celebración del encanto y carácter perdurables de estas notables viviendas.
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