En el corazón de Levallois-Perret, un suburbio al noroeste de París, se encuentra la impresionante Iglesia de Santa Odilia (église Sainte-Odile), un faro de brillantez arquitectónica y consuelo espiritual. Este magnífico edificio, dedicado a Santa Odilia, la patrona de Alsacia, no es solo un lugar de culto, sino también un testimonio de la intrincada mezcla de historia, arte y fe.
La historia de la Iglesia de Santa Odilia comienza a principios de la década de 1930, cuando Jean Verdier y Edmond Loutil imaginaron una nueva iglesia parroquial para servir a la creciente comunidad. La primera piedra se colocó el 24 de marzo de 1935, bajo la atenta mirada del Cardenal Verdier. La construcción fue interrumpida por los tumultuosos eventos de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual se guardaron cuidadosamente los valiosos vitrales de la iglesia para su protección. Después de la guerra, la construcción se reanudó y el 17 de noviembre de 1946, la iglesia fue bendecida por el Cardenal Suhard en una gran ceremonia a la que asistió el Obispo de Estrasburgo, Jean-Julien Weber.
La Iglesia de Santa Odilia es una joya arquitectónica diseñada por Jacques Barge, quien se inspiró en la arquitectura bizantina. La estructura de la iglesia, hecha de hormigón armado, está adornada con ladrillos de arenisca rosa de Saverne, el mismo material utilizado en la Catedral de Estrasburgo. La característica más destacada de la iglesia es su imponente campanario, que se eleva a una impresionante altura de 72 metros, lo que lo convierte en el campanario más alto de París. La torre está coronada con un gallo de cobre sobre una cruz, elaborado por Robert Barriot, simbolizando la vigilancia y la fe.
Una de las características únicas de la iglesia es su carillón, ubicado dentro del campanario decagonal. El carillón consta de veintitrés campanas, todas fundidas por la renombrada fundición Paccard justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Durante la ocupación alemana, estas campanas fueron enterradas cerca de Chartres para protegerlas de ser fundidas para materiales de guerra. Hoy en día, el carillón es el único operado manualmente en París, y sus melodiosos repiques se pueden escuchar durante festividades religiosas y ciertos domingos, añadiendo un encanto musical a la atmósfera serena de la iglesia.
Al acercarse a la Iglesia de Santa Odilia, uno es recibido por el gran portal, una obra maestra creada por Anne-Marie Roux-Colas. El portal representa a Santa Odilia siendo recibida en el cielo por la Virgen María, quien la presenta a Cristo, el sacerdote eterno. Rodeando esta escena central hay ángeles sosteniendo un libro y un modelo de la primera iglesia construida en Mont Sainte-Odile, simbolizando la regla monástica de la santa y su legado. La inscripción alrededor de la escena dice: Veni Odilia Sponsa Christi accipe coronam quam tibi Dominus praeparavit in aeternum (Ven, Odilia, esposa de Cristo, recibe la corona que el Señor ha preparado para ti por la eternidad).
El interior de la Iglesia de Santa Odilia es un festín para los ojos, con contribuciones de varios artistas renombrados. Anne-Marie Roux-Colas también esculpió el tímpano y los capiteles que representan a los cuatro evangelistas y a la Virgen María con el Niño Jesús. François Décorchemont creó tres monumentales vitrales, que cubren un área total de aproximadamente 300 metros cuadrados. Estos vitrales representan escenas como el Arcángel Miguel con varios santos, la vida de Santa Odilia y el Arcángel Rafael con otros santos. Los vibrantes colores y los intrincados diseños de estos vitrales dan vida al interior de la iglesia, proyectando un caleidoscopio de luz y color en todo el espacio.
El altar principal, elaborado por Auguste Labouret, es una pieza impresionante hecha de vidrio, mosaicos y esmaltes, con dos pavos reales, símbolos de la inmortalidad. La pila bautismal, completada en 1985 por Gérard Ambroselli, incluye una representación de un ciervo bebiendo, haciendo referencia al Salmo 42. El retablo, otra característica significativa, es obra de Robert Barriot y está sostenido por doce columnas que representan a los apóstoles. Representa a los veinticuatro ancianos del Apocalipsis y las siete iglesias, con Dios Padre apareciendo sobre el Cordero Divino en el centro.
El órgano de la iglesia, construido en 1950 por Rochesson-Beuchet-Debierre, es un instrumento impresionante con 25 registros distribuidos en dos teclados y un pedalero. Este órgano, con sus tonos ricos y resonantes, realza los servicios litúrgicos de la iglesia y es un testimonio del compromiso de la iglesia con la excelencia musical.
La Iglesia de Santa Odilia no es solo un monumento histórico; es un centro comunitario vibrante que continúa sirviendo a sus feligreses. La iglesia ofrece misas regulares en ambas formas del Rito Romano, atendiendo a una congregación diversa. Desde 1988, también ha sido un centro para la Misa Tridentina, atrayendo a fieles de toda la región.
En conclusión, la Iglesia de Santa Odilia es una notable combinación de historia, arte y fe. Su imponente campanario, sus impresionantes vitrales y su rica vida litúrgica la convierten en un destino imprescindible para cualquiera que explore Levallois-Perret o el área metropolitana de París. Ya seas un entusiasta de la historia, un amante del arte o un buscador espiritual, la Iglesia de Santa Odilia ofrece una experiencia profunda y enriquecedora que dejará una impresión duradera en tu corazón y mente.
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