La iglesia de San Miguel, conocida localmente como St. Michael, es una espléndida iglesia católica de estilo neorrománico situada al pie del Schlossberg en Homburg, Saarland, Alemania. Esta joya arquitectónica es un elemento destacado del paisaje de Homburg y se ha convertido en un símbolo querido de la ciudad. La iglesia está catalogada como monumento individual en el conjunto de Marktplatz/Klosterstraße, reflejando su importancia histórica y cultural.
Los orígenes de la iglesia de San Miguel se remontan al siglo XIII. La estructura original, conocida como la Heiligkreuzkapelle im Tal (Capilla de la Santa Cruz en el Valle), fue mencionada por primera vez en los registros del Monasterio de Wörschweiler en 1335. Esta capilla fue la primera iglesia documentada en Homburg. Para 1836, la antigua iglesia había celebrado su último servicio y se iniciaron los planes para un nuevo edificio.
Entre 1836 y 1841, bajo la dirección del inspector de construcción civil August von Voit de Múnich, se construyó la nueva iglesia en el mismo sitio. El nuevo edificio fue consagrado el 29 de septiembre de 1841 por el entonces obispo de Speyer, Johannes von Geissel. Durante la ceremonia de consagración, el pastor Johannes Jackel expresó su gratitud al comisionado de tierras Johann Christian Chelius, quien mostró una dedicación y celo excepcionales al supervisar el proyecto de construcción de principio a fin.
A lo largo de los años, la iglesia de San Miguel ha sido objeto de varias restauraciones, notablemente en 1930-31, 1970-72, 1991 y 1996-97, asegurando que esta estructura histórica se preserve para las generaciones futuras.
La iglesia de San Miguel es un impresionante ejemplo de arquitectura neorrománica. La iglesia está construida con bloques de arenisca roja, lo que le da una apariencia distintiva y cálida. La estructura es una iglesia de salón, caracterizada por su interior espacioso y abierto. La torre del coro, que toma la forma de un octágono, se eleva majestuosamente sobre el coro, culminando en un ábside que cierra hermosamente el interior de la iglesia.
Uno de los elementos más destacados dentro de la iglesia de San Miguel es el Altar del Baldaquino. Este exquisito altar fue donado en 1898 por el príncipe Leopoldo de Baviera, quien contribuyó generosamente con 20,000 marcos para su creación. El altar fue diseñado por el escultor Georg Busch de Múnich y ejecutado en el estilo germano-románico por el Instituto de Arte de la Corte Ducal Bávara Jacob Leser de Straubing. El baldaquino del altar, sostenido por cuatro columnas, le da su nombre, asemejándose a una tienda de campaña sobre el altar. En el arco frontal del baldaquino está inscrito en latín ECCE TABERNACVLVM DEI CVM HOMINIBVS (He aquí el tabernáculo de Dios entre los hombres).
El Altar del Baldaquino está adornado con tres ángeles, cada uno posicionado en el centro de los lados visibles. En el lado frontal, el Papa Clemente, sosteniendo una llave y un libro, y el donante, el príncipe Leopoldo, con una espada y un pergamino, se arrodillan en reverencia. La pieza central del baldaquino es una pequeña cúpula sostenida por dieciséis columnas, coronada con una cruz. Sobre la mesa del altar hay dos puertas doradas aladas con seis relieves que representan varias escenas de la vida de Jesús, con un relieve dorado más grande de la Crucifixión debajo de ellas. Sobre las puertas se encuentra una figura de Jesús sosteniendo las letras griegas Alfa y Omega, simbolizando el principio y el fin, con la inscripción latina Nahe ist der Herr (El Señor está cerca) arriba. En el punto más alto del altar hay una esfera de piedra con un cordero sosteniendo una bandera dorada y un halo, simbolizando a Cristo.
El coro está decorado con frescos históricos de Gebhard Fugel de Múnich, creados entre 1902 y 1904, aunque muchos fueron repintados durante las renovaciones en la década de 1970. A ambos lados del coro hay altares laterales: el altar mariano a la izquierda, elaborado por el escultor J. Stolz de Kaiserslautern en 1911, y el altar de San José a la derecha, diseñado por el arquitecto Anton Falkowski de Mainz en 1931. Las Estaciones de la Cruz a lo largo de las paredes de la nave, pintadas por Joseph Ripp de Homburg en 1911, son una copia de las Estaciones de la Cruz en la iglesia de Santa Ana en Múnich, creadas por el pintor Martin von Feuerstein en 1898. Estas fueron restauradas en 1972 por el artista Heinrich Lau.
Entre los mayores tesoros de la iglesia se encuentran dos custodias barrocas, un cáliz con una impresión en relieve de Maria Amalia, la esposa de Carlos II Augusto del Palatinado-Zweibrücken, y su vestido de novia, que fue reutilizado como manto ceremonial.
La iglesia de San Miguel cuenta con dos órganos: un órgano principal y un órgano de coro. El primer órgano principal fue construido en 1840 por el constructor de órganos Stumm de Rhaunensulzbach. Fue reconstruido en 1922 por Franz Kämmerer de Speyer y finalmente desmantelado y desechado en 1967. En 1968, se construyó un nuevo órgano principal por Hugo Mayer Orgelbau de Heusweiler, con 36 registros distribuidos en tres manuales y un pedal. El armazón de roble del órgano incluye una consola independiente que mira hacia el altar.
En 1999, se añadió un segundo órgano a la iglesia, construido por Hugo Mayer Orgelbau a mediados de la década de 1970. Este órgano portátil, generalmente ubicado en la parte delantera derecha de la nave, tiene cuatro registros y cajas de deslizamiento mecánicas.
El conjunto de campanas de la iglesia de San Miguel consta de cinco melodiosas campanas de bronce, fundidas en 1953 por la Fundición de Campanas Otto en Saarlouis-Fraulautern. Estas campanas fueron inauguradas ceremoniosamente y colgadas en un marco de campanas de acero con yugos de acero. A finales de la década de 1990, la cámara de campanas fue restaurada, reemplazando el antiguo marco de campanas con uno nuevo de roble, junto con nuevos badajos y máquinas de repique. Las campanas suenan para marcar varias ocasiones, como la oración del Ángelus tres veces al día, el inicio del domingo a las 5:00 PM y eventos especiales como bodas, la conclusión del Nikolausmarkt y las celebraciones de Nochevieja.
En conclusión, la iglesia de San Miguel es más que un lugar de culto; es un testimonio de la rica historia y esplendor arquitectónico de Homburg. Su diseño neorrománico, su interior exquisito y su importancia histórica la convierten en una visita obligada para cualquier persona que explore esta encantadora ciudad alemana.
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