En el corazón de Herne, una ciudad en la región de Renania del Norte-Westfalia en Alemania, se erige un conmovedor y poderoso testimonio de la historia: el Memorial de la Shoá (conocido localmente como Shoa-Mahnmal). Este memorial no es solo una estructura de piedra, sino un tributo profundamente emotivo a las víctimas judías de Herne y Wanne-Eickel que sufrieron persecución, deportación y asesinato durante el régimen nacionalsocialista.
El camino hacia la creación del Memorial de la Shoá comenzó con una resolución aprobada por el Consejo de la Ciudad de Herne el 13 de julio de 2004. Esta resolución pedía el establecimiento de sitios conmemorativos para honrar a las víctimas de la Shoá de Herne y Wanne-Eickel. Entre 2004 y 2008, se instalaron diez placas conmemorativas descentralizadas, cada una contando una historia de la vida judía en estas áreas.
En enero de 2008, la ciudad lanzó un concurso nacional para el diseño de un memorial central. La única condición era la inclusión de los nombres de más de 400 víctimas de Herne y Wanne-Eickel. De 29 propuestas, un jurado de siete miembros seleccionó tres diseños, y el 23 de septiembre de 2008, el consejo de la ciudad eligió el diseño de los diseñadores industriales Gabriele Graffunder y Winfried Venne (G&V Design).
La realización de este diseño, que costó aproximadamente 90.000 €, fue financiada por la Fundación de Arte y Cultura de la Herner Sparkasse. El memorial fue inaugurado el 29 de enero de 2010, en una ceremonia a la que asistieron antiguos ciudadanos judíos de Herne y Wanne-Eickel, y Charlotte Knobloch, entonces presidenta del Consejo Central de los Judíos en Alemania, pronunció el discurso principal.
El Memorial de la Shoá es una estructura imponente que mide 6,5 metros de longitud, 3,25 metros de ancho y 3,5 metros de altura. Está situado en Willi-Pohlmann-Platz, entre el edificio de la Herner Sparkasse y el Centro Cultural de Herne. El memorial presenta oculares de vidrio hechos a medida incrustados en un panel de concreto. Una rampa oscura, de color antracita, conduce a una placa conmemorativa vertical de 9 centímetros de grosor, hecha de concreto reforzado con fibra amarillenta y con refuerzo de acero inoxidable. En la parte superior de esta placa, está incrustado un Estrella de David dorada, un símbolo de identidad y recuerdo judío.
Incrustados en la placa hay 401 oculares de vidrio, cada uno con los nombres, fechas de nacimiento y muerte, y lugares de fallecimiento de las víctimas conocidas de Herne y Wanne-Eickel. Además, nueve oculares están dedicados a víctimas desconocidas. El diseño del memorial asegura que, desde la distancia, las letras parezcan perdidas, pero al acercarse, las inscripciones individuales se vuelven claras, sacando a las víctimas del anonimato.
Inscrito en hebreo en la placa está una frase comúnmente encontrada en las lápidas judías: Que sus almas estén ligadas en el haz de la vida (תהיה נפשו/נפשה צרורה בצרור החיים). Al comienzo de la rampa de cinco metros de largo, que simboliza las rampas de selección en los campos de concentración, están inscritas las palabras Recuerda 1933-1945 en hebreo y alemán. A lo largo de los lados de la rampa, se enumeran los nombres de varios guetos y campos de concentración, trabajo y exterminio donde las víctimas fueron deportadas o asesinadas, incluyendo Auschwitz, Buchenwald, Dachau y muchos otros.
El concepto de los diseñadores enfatiza que el visitante debe caminar conscientemente por el oscuro camino de la rampa, simbolizando el arduo camino de enfrentarse a este oscuro capítulo de la historia. La rampa inclinada representa el desafiante camino de la reflexión histórica y la necesidad de inclinarse ante las víctimas.
Para proteger el memorial del vandalismo, se añadió un sistema de portal de bronce sobre rieles a principios de 2020. Este sistema, diseñado en colaboración con los creadores originales, presenta placas de metal grabadas con ubicaciones de la vida judía en Herne, extendiendo la narrativa artística e histórica del memorial.
El Memorial de la Shoá es un elemento central de la cultura de recuerdo más amplia de Herne, que incluye las placas conmemorativas descentralizadas instaladas en toda la ciudad. Estas placas, parte del proyecto Nahtstellen, fühlbar, hier… (Costuras, tangible, aquí…), fueron creadas por grupos de estudiantes locales y relatan historias individuales de la vida y persecución judía. Juntas, estas placas y el Memorial de la Shoá forman una red cohesiva de sitios de recuerdo dedicados a las víctimas de la Shoá de Herne y Wanne-Eickel.
En 2019, se añadieron dos placas adicionales, conmemorando a la familia Wertheim y a la familia Frank, enriqueciendo aún más el tapiz de memoria de la ciudad. En el Día de Recuerdo de las Víctimas del Nacionalsocialismo en 2021, la ciudad encargó un cortometraje sobre la cultura local de recuerdo, accesible a través de códigos QR en el Memorial de la Shoá y otras placas.
A pesar de enfrentar múltiples actos de vandalismo, el Memorial de la Shoá se mantiene resistente, encarnando la memoria colectiva y el compromiso de nunca olvidar las atrocidades del pasado. Sirve como un lugar de reflexión, educación y un recordatorio solemne de la importancia de la tolerancia y los derechos humanos.
Visitar el Memorial de la Shoá en Herne no es solo un encuentro con la historia, sino una experiencia profunda que subraya el impacto duradero del recuerdo y la necesidad imperiosa de honrar a aquellos que sufrieron y perecieron durante uno de los períodos más oscuros de la humanidad.
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