Ubicado majestuosamente en el promontorio de Arriluce en el exclusivo barrio de Neguri, Getxo, el Palacio Ampuero se erige como un testimonio de la grandeza arquitectónica y la importancia histórica de la arquitectura vizcaína de principios del siglo XX. Esta residencia palaciega, diseñada por el renombrado arquitecto Manuel María Smith en 1928, fue encargada por el destacado empresario y político José Joaquín Ampuero y del Río. El Palacio Ampuero no es solo un edificio; es una obra de arte que encarna la opulencia y la elegancia de la alta burguesía de Vizcaya durante el cambio de siglo.
El Palacio Ampuero es un impresionante ejemplo del estilo neo-montañés, caracterizado por su apariencia grandiosa y medieval. Este estilo arquitectónico, prevalente en la región durante esa época, se distingue por su diseño asimétrico, que Manuel María Smith incorporó magistralmente en el palacio. El edificio está construido principalmente de mampostería de sillería, lo que le confiere un aspecto robusto y atemporal.
La disposición del palacio es una intrigante mezcla de varios elementos arquitectónicos. Presenta una planta en forma de 'L', con múltiples estructuras de diferentes alturas y techos a dos aguas soportados por ménsulas intrincadamente talladas. La fachada está adornada con una variedad de diseños de ventanas, incluyendo semicirculares, ojivales, lobuladas y geminadas, junto con aberturas rectangulares, horizontales y angulares. Esta mezcla ecléctica de formas crea un exterior visualmente cautivador que es tanto armonioso como dinámico.
La posición topográfica del Palacio Ampuero añade a su atractivo teatral. Situado prominentemente hacia el borde del promontorio de Arriluce, el palacio ofrece impresionantes vistas de la Bahía de Abra, donde la ría de Bilbao se encuentra con el mar. Este telón de fondo escénico realza la grandeza del palacio, convirtiéndolo en un punto focal en el paisaje de Getxo.
La fachada del palacio que mira al mar es particularmente notable. Presenta una torre en el lado izquierdo, con un nivel de semisótano que corre a lo largo de una galería arcada. Sobre esto, la planta baja cuenta con una espaciosa terraza con ventanas de arco segmentado, y el primer piso incluye un balcón de piedra. Estos elementos no solo añaden al atractivo estético del palacio, sino que también proporcionan un amplio espacio para disfrutar de las vistas panorámicas.
El Palacio Ampuero es parte de un grupo de residencias de principios del siglo XX que originalmente pertenecían a la alta burguesía. Estas casas, muchas de las cuales han sido renovadas a lo largo de los años, contribuyen a la rica diversidad arquitectónica del área. Entre ellas se destaca el Palacio Lezama Leguizamón, diseñado por José María Basterra y posteriormente remodelado por Manuel María Smith, y el Palacio de Arriluce, que conserva su diseño original del arquitecto José Luis de Oriol.
Cerca, en el barrio de Las Arenas, la Avenida de Zugazarte alberga otros impresionantes palacios como el Palacio Eguzkialde, popularmente conocido como la Casa de la Alcaldesa, el Palacio San Joseren, el Palacio Kai-Alde y la mansión Itxas Begi. Estos edificios muestran una amplia gama de estilos arquitectónicos, desde el neo-vasco hasta el neo-medieval, cada uno con su encanto único y jardines bien cuidados que realzan el pintoresco paisaje del área.
El Palacio Ampuero no solo es una joya arquitectónica, sino también un símbolo del patrimonio histórico y cultural de la región. La familia Ampuero, que encargó el palacio, eran figuras influyentes en las industrias naviera y del cemento y tenían fuertes vínculos con el Banco de Bilbao, que más tarde se convirtió en el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA). El legado de la familia está entrelazado con el desarrollo económico y social de Vizcaya, y el palacio se erige como un monumento a sus contribuciones.
En reconocimiento a su valor histórico y arquitectónico, las villas residenciales de Getxo, incluido el Palacio Ampuero, fueron designadas como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental en 2001. Esta designación asegura la preservación y protección de estos importantes hitos para que las futuras generaciones los aprecien y disfruten.
En 1999, el Palacio Ampuero experimentó una significativa renovación, transformándolo en múltiples unidades residenciales y añadiendo una instalación de estacionamiento subterráneo. A pesar de estos cambios, el palacio ha conservado su integridad arquitectónica y continúa siendo una característica prominente en el paisaje de Getxo. También está incluido en el catálogo de edificios con protección especial, lo que enfatiza aún más su importancia como un hito cultural e histórico.
Hoy en día, el Palacio Ampuero sigue siendo un símbolo de la opulencia y la elegancia de la arquitectura vizcaína de principios del siglo XX. Su grandioso diseño, impresionante ubicación e historia rica lo convierten en un destino imprescindible para cualquiera interesado en el patrimonio arquitectónico y cultural del País Vasco.
En conclusión, el Palacio Ampuero no es solo un edificio; es una pieza viviente de la historia que ofrece una visión del pasado mientras continúa siendo una parte vibrante del presente. Su esplendor arquitectónico, combinado con su importancia histórica, lo convierte en una verdadera joya en el corazón de Getxo. Ya sea que seas un entusiasta de la arquitectura, un aficionado a la historia o simplemente un viajero curioso, una visita al Palacio Ampuero seguramente será una experiencia inolvidable.
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