En la encantadora ciudad de Fürth, en el corazón de Baviera, se encuentra la Auferstehungskirche, un faro de historia y elegancia arquitectónica. Esta iglesia evangélica, cuyo nombre se traduce como Iglesia de la Resurrección, no es solo un lugar de culto, sino un monumento que refleja la rica trama cultural e histórica de la región.
La historia de la Auferstehungskirche comienza a principios del siglo XIX, una época marcada por un significativo crecimiento de la población en Fürth. El cementerio existente alrededor de la iglesia de San Miguel ya no podía satisfacer las necesidades de la ciudad, lo que llevó a la creación de un nuevo camposanto a lo largo de la Nürnberger Straße en 1802. Este nuevo cementerio requería la construcción de una capilla, que eventualmente evolucionó en la majestuosa iglesia que vemos hoy.
El 1 de abril de 1824, el magistrado de Fürth reconoció la urgente necesidad de una nueva iglesia para atender las necesidades espirituales de la creciente comunidad evangélica. El concurso de diseño atrajo a varios arquitectos, pero fueron los planes de Anton Brüger los que se llevaron el premio. Su visión, caracterizada por la simplicidad y claridad del estilo neoclásico, resonó con las preferencias estéticas de la época. La primera piedra se colocó el 14 de abril de 1825, y para el 15 de octubre de 1826, la iglesia estaba lista para su primer servicio, un testimonio de la dedicación y generosidad de la comunidad local, que financió la mitad del costo de construcción de 23,611 florines.
La Auferstehungskirche es un impresionante ejemplo de la arquitectura neoclásica. A diferencia de muchas iglesias tradicionales, que están orientadas de este a oeste, esta iglesia se alinea de norte a sur, una elección de diseño influenciada por su papel inicial como capilla del cementerio. El exterior de la iglesia se destaca por su austera elegancia, con líneas limpias y una ornamentación mínima.
Uno de los rasgos más llamativos de la Auferstehungskirche es su torre de 36 metros de altura, que se alza orgullosamente en el extremo sur del edificio. Originalmente diseñada para tener dos pisos, la torre se extendió a tres pisos gracias a una generosa donación de una pareja local, Margarethe y Leonhard Büttner, quienes habían ganado una lotería. Esta adición incluyó una galería y una barandilla de hierro forjado bellamente elaborada. La torre está coronada con una aguja de cobre y una cruz, y alberga un trío de campanas de bronce que han llamado a los fieles a la adoración desde 1950.
La entrada principal de la iglesia es un espectáculo digno de ver. Flanqueada por columnas con capiteles dóricos, la entrada exuda un sentido de grandeza y solemnidad. Sobre los paneles rectangulares de las puertas, una ventana semicircular permite que la luz inunde el vestíbulo, creando una atmósfera acogedora para los visitantes. En 1985, se añadió una rampa a la entrada lateral este, haciendo la iglesia accesible para todos.
El interior de la Auferstehungskirche es igualmente impresionante. La nave, que mide 30 metros de largo, 14 metros de ancho y 12 metros de altura, es espaciosa y está llena de luz. El extremo sur de la nave está adornado con un amplio frontón, sobre el cual se eleva la esbelta torre.
El presbiterio alberga el altar, una mesa de madera bellamente elaborada en tonos de marrón, oro y gris. El altar está adornado con un sencillo antependium con una cruz y está flanqueado por candelabros de hierro forjado. Detrás del altar se encuentra una grandiosa pintura que representa la Resurrección de Cristo, enmarcada por columnas corintias de mármol estucado. Esta obra maestra, creada por el artista local Elias Oehme, está coronada con un frontón triangular que lleva el Ojo de la Providencia dorado.
El púlpito, un punto focal del interior de la iglesia, se accede por un tramo de 15 escalones y descansa sobre una robusta columna corintia. El dosel sobre el púlpito está adornado con una paloma y una cruz, simbolizando el Espíritu Santo. Debajo del púlpito se encuentra el ambón, una pieza bellamente elaborada por el escultor Reinhart Fuchs, hecha de cobre y adornada con un cristal de montaña.
La iglesia cuenta con dos galerías, sostenidas por columnas de madera con capiteles dóricos. Estas galerías, añadidas en la década de 1880, tienen entradas separadas desde los lados este y oeste del edificio. El órgano, ubicado en una galería saliente en el extremo de la torre, añade un toque majestuoso al interior de la iglesia.
La pila bautismal, hecha de arenisca por el escultor Heinz Heiber, está inscrita con la frase bíblica "El que crea y sea bautizado será salvo". La tapa de la pila está adornada con una paloma y un pez, antiguos símbolos de Cristo y del Espíritu Santo.
Las ventanas de la iglesia, originalmente adornadas con coloridos vitrales que representaban escenas bíblicas, fueron reemplazadas con paneles de vidrio antiguo después de ser dañadas durante la Segunda Guerra Mundial. El techo, inicialmente una bóveda plana, fue reemplazado en 1913 por un diseño artesonado con una pintura central del Sermón de la Montaña por el artista de Núremberg Hermann Buschmann.
El órgano actual, instalado en 1989 por Hartwig Späth, es el tercero en la historia de la iglesia. Este magnífico instrumento cuenta con tres manuales, 57 registros de tubos y 40 registros, y es tocado por el dedicado organista de la iglesia.
Las tres campanas de bronce de la iglesia, fundidas en 1950, reemplazan juegos anteriores que fueron requisados durante las Guerras Mundiales. Estas campanas, con sus tonos armoniosos, continúan siendo una parte vital de la vida diaria de la iglesia, marcando el paso del tiempo y llamando a la comunidad a la adoración.
La Auferstehungskirche en Fürth es más que una iglesia; es un testimonio de la rica historia de la ciudad, su patrimonio arquitectónico y la fe duradera de su comunidad. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado a la arquitectura o un buscador espiritual, una visita a esta notable iglesia seguramente será una experiencia memorable y enriquecedora.
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