Ubicada en el pintoresco pueblo de Avon, cerca del famoso Château de Fontainebleau, se encuentra la iglesia de San Pedro de Avon, conocida localmente como église Saint-Pierre d'Avon. Esta joya histórica, que data del siglo XI, es uno de los edificios religiosos más antiguos de la región y ofrece una fascinante mirada al pasado. Con sus antiguas paredes de piedra y su rica historia, la iglesia ha sido un testigo silencioso de siglos de cambios y un símbolo constante de fe en la comunidad.
Los orígenes de la iglesia de San Pedro de Avon se remontan al año 1100, convirtiéndola en un notable vestigio de la arquitectura medieval. Originalmente una modesta estructura de piedra caliza y arenisca en forma de cruz latina, ha evolucionado a lo largo de los siglos. En 1259, la parroquia de Avon fue incorporada a la diócesis de Sens, marcando su importancia en la jerarquía eclesiástica.
A medida que el cercano pabellón de caza se transformó en el grandioso Château de Fontainebleau, la iglesia ganó prominencia como capilla real. Los reyes franceses que frecuentaban el château asistían a misa en esta misma iglesia, añadiendo a su atractivo histórico. A pesar del paso del tiempo, la robusta torre de campanario cuadrada, que data del siglo XII, aún se mantiene como un testimonio del legado perdurable de la iglesia.
La iglesia de San Pedro de Avon es una encantadora mezcla de estilos arquitectónicos. El coro gótico flamígero, añadido en 1555 por Jean de Monceau, el Señor de Avon, reemplazó el ábside original. Aunque gran parte de la decoración original se perdió en un incendio en 1892, la iglesia aún alberga dos exquisitas estatuas de madera policromada de la Virgen María y San Juan, restos del retablo de Enrique II.
El portal de arenisca del siglo XVI recibe a los visitantes con su grandeza, mientras que el pórtico del siglo XVII, donde Madame de Maintenon enseñaba catecismo, añade un toque de encanto histórico. El pórtico, elevado en el siglo XVIII, proporciona una acogedora entrada a este venerable sitio.
Dentro de la iglesia, las paredes resuenan con historias de antaño. La pila bautismal, instalada en 1616, y la cripta, excavada en 1690 para el entierro de sacerdotes trinitarios hasta la Revolución Francesa, son características significativas. Entre los entierros notables se encuentra el de Étienne Bézout, un renombrado matemático, cuya lápida se encuentra entre las 56 que fueron trasladadas a la pared del pasillo derecho en 1875.
Historias intrigantes también rodean a Giovanni Monaldeschi, un caballerizo de la reina Cristina de Suecia, quien tuvo un trágico final en 1657. Su lápida permanece en la entrada, un recordatorio conmovedor de la conexión de la iglesia con figuras históricas.
Las vidrieras de la iglesia son un festín para los ojos. Las ventanas del presbiterio, dedicadas a San Pedro y San Pablo, los patrones de la parroquia, iluminan el interior con vibrantes tonalidades. Además, las ventanas que honran a San Fiacro, el santo patrón de los jardineros, reflejan los lazos de la iglesia con la comunidad local.
En el pasillo izquierdo, una vidriera más reciente conmemora la deportación durante la Segunda Guerra Mundial, rindiendo homenaje a los 23 avonnais que perecieron en campos de concentración. Entre ellos estaban el Padre Jacques, famoso por la película "Au revoir les enfants", y Rémy Dumoncel, un exalcalde de Avon.
La iglesia de San Pedro de Avon fue designada como monumento histórico en 1908, asegurando su preservación para las futuras generaciones. Sus paredes, adornadas con cinco estatuillas de madera del siglo XVII, probablemente de báculos procesionales, continúan inspirando asombro y reverencia.
Para aquellos que visitan la encantadora región de Fontainebleau, la iglesia de San Pedro de Avon ofrece un escape sereno al pasado. Su historia, arquitectura y significado espiritual la convierten en un destino imprescindible para los entusiastas de la historia y los turistas casuales por igual. Ya sea que te atraigan sus antiguas piedras o las historias que cuentan, la iglesia promete un viaje a través del tiempo, lleno de descubrimiento y reflexión.
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