El Château d'Étampes, situado en la pintoresca localidad de Étampes en el departamento de Essonne, Francia, es un notable testimonio de la arquitectura y la historia medieval. Ubicado en el borde del plateau de Hurepoix, esta antigua fortaleza real, conocida hoy principalmente por su torreón restante llamado la Tour de Guinette, ofrece a los visitantes una visión de la rica historia de Francia.
Los orígenes del Château d'Étampes se remontan a principios del siglo XII, cuando fue construido por orden de Luis VII. El torreón, erigido alrededor del año 1150, es un testimonio de la destreza arquitectónica de la época. A lo largo de su historia, la fortaleza desempeñó un papel crucial en la defensa y control de la ruta París-Orléans, una arteria vital del dominio real.
Durante finales del siglo XII, Felipe Augusto amplió el castillo con un recinto cuadrado y una segunda muralla defensiva. La importancia estratégica del castillo se destacó aún más cuando sirvió de residencia a la exiliada Reina Ingeburge entre 1201 y 1213. El Château d'Étampes fue escenario de numerosos conflictos, incluida su captura por los ingleses en 1358, su posterior recuperación por Carlos V, y el asedio liderado por Juan sin Miedo en 1411.
En los últimos años del siglo XV y principios del XVI, el castillo acogió a figuras notables como Carlos el Temerario tras la Batalla de Montlhéry, Ana de Bretaña en 1513, y Claudia de Francia en 1516. Sin embargo, la importancia militar del castillo disminuyó, y en 1589, Enrique IV autorizó el desmantelamiento de la fortaleza, dejando solo el torreón en pie. El sitio continuó presenciando eventos tumultuosos, incluido un asedio en 1652 y su eventual venta como propiedad nacional durante la Revolución Francesa.
El torreón del Château d'Étampes, con su diseño cuadrilobulado único, es una maravilla arquitectónica. Cada lóbulo de la estructura mide 7 metros de diámetro y se eleva a una altura de 36 metros. El pozo central, alrededor del cual se construye el torreón, añade a las capacidades defensivas de la fortaleza. El torreón estaba rodeado por una plataforma cuadrada, fortificada por una serie de muros y torres, creando un sistema de defensa formidable.
El primer recinto, una estructura cuadrada de 54 metros por cada lado, estaba protegido por cuatro torres en las esquinas. El acceso al torreón se realizaba a través de un puente levadizo en la esquina sureste. Más allá de esto, un segundo recinto cuadrado, de 90 metros por cada lado, albergaba una capilla dedicada a San Lorenzo y un edificio residencial. Esta área también contaba con muros y torres defensivas adicionales, creando un sistema de defensa en capas que hacía la fortaleza casi inexpugnable.
El tercer recinto, una estructura aproximadamente hexagonal, extendía aún más las defensas del castillo. Este muro exterior estaba reforzado con una batería rectangular y tres torres al sur. Dos puertas principales, la Porte d'Étampes al noreste y la Porte de Dourdan al noroeste, proporcionaban acceso al castillo. Estas puertas estaban conectadas por un patio interior, protegido adicionalmente por más puertas y torres.
Los visitantes del Château d'Étampes pueden explorar el intrincado interior del torreón, que revela la ingeniosidad de la arquitectura medieval. La entrada al torreón conduce a un vestíbulo con un foso defensivo diseñado para atrapar a los asaltantes. El primer nivel subterráneo cuenta con un pozo y letrinas, con paredes perforadas por tres aspilleras para la defensa.
El primer piso, accesible a través de una escalera dentro de la pared, servía como sala de guardia con aspilleras adicionales para la defensa. Esta sala también proporcionaba acceso al pozo y las letrinas. El segundo piso, al que se llega por una escalera de caracol, se abre a una galería iluminada por tres ventanas. Esta galería conduce a un gran salón, con un techo abovedado sostenido por cuatro columnas y adornado con dos chimeneas y varios nichos.
El tercer piso, un espacio de ático, es accesible a través de otra escalera de caracol. Este nivel albergaba cuatro tribunas de madera y ofrecía un punto de observación para vigilar el área circundante. El techo del torreón, marcado por dos adiciones redondas sobre los lóbulos norte y sur, proporcionaba capacidades defensivas y de observación adicionales.
Hoy en día, la Tour de Guinette se erige como un símbolo de la rica historia y herencia arquitectónica de Étampes. Clasificado como monumento histórico en 1862, el torreón ha sido preservado y mantenido como un sitio de importancia cultural e histórica. La zona circundante, que una vez fue una bulliciosa fortaleza, se ha transformado en un tranquilo parque, ofreciendo a los visitantes un entorno pacífico para reflexionar sobre el pasado.
En conclusión, el Château d'Étampes es más que un monumento histórico; es un testimonio de la resistencia e ingenio de la arquitectura medieval. Sus muros resuenan con historias de intriga real, estrategia militar y el paso del tiempo. Una visita a este notable sitio ofrece una oportunidad única para retroceder en el tiempo y experimentar la grandeza de una era pasada.
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