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William A. Irvin

William A. Irvin Duluth

William A. Irvin

Sube a bordo del SS William A. Irvin, un majestuoso carguero lacustre anclado en la bulliciosa ciudad portuaria de Duluth, Minnesota. Esta gran embarcación, nombrada en honor a William A. Irvin, una figura prominente en la United States Steel Corporation, ofrece una visión única de la edad dorada del transporte marítimo en los Grandes Lagos. El William A. Irvin no es solo un barco; es un museo flotante, un testimonio de los logros de la ingeniería y la historia marítima que definieron una era.

La Historia del William A. Irvin

El SS William A. Irvin fue botado el 21 de noviembre de 1937 en la American Ship Building Company en Lorain, Ohio. Emprendió su viaje inaugural el 25 de junio de 1938, en medio del desafiante contexto de la Gran Depresión. Esta embarcación fue la primera de una distinguida clase de cuatro barcos, que incluía al Governor Miller, John Hulst y Ralph H. Watson. Cada uno de estos barcos costó aproximadamente $1.3 millones construir, una inversión significativa en esa época.

Nombrado en honor al cuarto presidente de US Steel, el barco fue bautizado por la esposa de William Irvin, Gertrude Irvin. El William A. Irvin rápidamente se convirtió en el buque insignia de la flota de US Steel, conocido por sus avances tecnológicos y lujosas acomodaciones. No solo era un caballo de batalla de los Grandes Lagos, sino también una nave de prestigio, a menudo hospedando a invitados de la compañía en sus opulentas cabinas de huéspedes.

Explorando el William A. Irvin

Al subir al William A. Irvin, te transportas inmediatamente a una época en la que los cargueros lacustres eran el alma de la región de los Grandes Lagos. El exterior del barco, con su llamativo casco rojo, se erige como un orgulloso símbolo del patrimonio marítimo. En el interior, el barco es un laberinto de tesoros históricos, desde las cabinas de huéspedes revestidas de roble hasta la sala de máquinas adornada con latón.

Uno de los aspectos más fascinantes del William A. Irvin es su cabina de proa de tres niveles, una característica única entre los cargueros lacustres. Esta cubierta adicional alberga cuatro cabinas de huéspedes y un salón para invitados, todos meticulosamente preservados para reflejar la época dorada del barco. El comedor de huéspedes, ubicado donde normalmente estaría la escotilla número dos, es un testimonio del doble papel del barco como carguero y hotel flotante.

La Sala de Máquinas

El corazón del William A. Irvin se encuentra en su sala de máquinas, una maravilla de la ingeniería de principios del siglo XX. A diferencia de los antiguos barcos transportadores de mineral de la época, que dependían de enormes motores de pistones, el William A. Irvin es impulsado por motores de turbina de vapor con engranajes. Estos motores, alimentados por carbón de un búnker de alimentación por gravedad, generan vapor que impulsa la nave a velocidades de hasta 12.5 mph cuando está vacía.

La sala de máquinas es un laberinto de tuberías, válvulas y medidores, todos meticulosamente mantenidos para preservar la integridad operativa del barco. La comunicación entre el puente de mando y la sala de máquinas se facilitaba mediante el telégrafo Chadburn y teléfonos de sonido, asegurando una coordinación perfecta durante los viajes del barco.

Carga y Descarga

El William A. Irvin fue diseñado para transportar hasta 14,000 toneladas de mineral de hierro, principalmente en forma de taconita procesada. Cargar y descargar esta enorme carga era una hazaña de ingeniería, lograda a través de 18 escotillas en cubierta. Cada escotilla estaba cubierta por una tapa de acero que pesaba 5.5 toneladas, la cual debía ser levantada utilizando una grúa de escotilla. La carga se vertía en tres bodegas, un proceso que típicamente tomaba entre tres y cuatro horas.

La descarga era igualmente impresionante, con el uso de grúas Hulett que podían alcanzar las bodegas y agarrar hasta 15 toneladas de mineral a la vez. Este eficiente sistema aseguraba que el William A. Irvin pudiera dar la vuelta rápidamente y volver a las aguas abiertas de los Grandes Lagos.

El William A. Irvin Hoy

Hoy en día, el William A. Irvin sirve como un barco museo, anclado en el Duluth Entertainment Convention Center. Ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar la rica historia del transporte marítimo en los Grandes Lagos y experimentar la grandeza de una era pasada. La inclusión del barco en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1989 es un testimonio de su importancia en los temas de ingeniería, historia marítima y transporte.

Cada año, el barco también da nombre a la carrera William A. Irvin 5K, que se celebra durante el fin de semana del Grandma's Marathon. Este evento atrae a casi 2,000 corredores que compiten en un recorrido que comienza y termina en el icónico casco rojo del barco, celebrando tanto el legado de la nave como el espíritu de la comunidad de Duluth.

En conclusión, el SS William A. Irvin es más que un carguero retirado; es un museo viviente, un símbolo de la destreza industrial y un hito preciado en Duluth. Ya seas un entusiasta de la historia, un aficionado marítimo o simplemente buscas una experiencia única, una visita al William A. Irvin promete ser un viaje inolvidable a través del tiempo.

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